Los intendentes Alberto Descalzo (Ituzaingo), Gustavo Menéndez (Merlo), Leo Nardini (Malvinas Argentinas) y Ariel Sujarchuk (Escobar) advirtieron sobre el colapso del sistema sanitario en cada uno de sus distritos por el aumento de casos y por la mayor circulación en las calles. Además, coincidieron en que las decisiones de cómo continuar con el aislamiento se debe tomar en conjunto entre el Gobierno bonaerense y el de la Ciudad de Buenos Aires.
En una conferencia de prensa organizada por APeRa, los jefes comunales expresaron la preocupación que genera que los casos asciendan de forma diaria y graficaron: “Si esta es la copa, el agua está por desbordar”.
“Vemos con preocupación el crecimiento del virus y la fatiga de la sociedad cansada respecto a la cuarentena. Tenemos que tratar de tener en cuenta la situación de los comerciantes, vecinos y buscar un punto de equilibrio”, apuntó el jefe comunal de Ituzaingó y subrayó que “se dice que el miedo es no tener las camas suficientes, pero no es tanto ese el miedo, sino que también es no tener el recurso humano suficiente, no tener médicos y enfermeros”. “Estamos preocupados, pero bien”, resumió.
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En esa línea, Nardini explicó que “la escalada de casos se ve todos los días y hay gente que está encerrada desde hace mucho tiempo y cree que la enfermedad nunca le va a tocar” y advirtió que en el distrito tienen “un sistema sanitario muy desarrollado, pero sin el acompañamiento de la gente es muy complejo”.
“Nosotros acompañamos la situación general de la provincia, de la región sanitaria 5ta. Miren si esta es la copa, el agua está al borde. Todos los días contamos las escasas camas libres”, aseveró el intendente de Escobar y criticó que “muchos se plantean cuando llega el pico y lo que llegó antes que el pico fue el borde de la situación y la escasez económica”.
Para los intendentes es clave pasar agosto para que comience a bajar la curva de contagios y entienden que volver a una fase restrictiva es engorroso por el cansancio y hastío que existe en la mayoría de la población. Además, los cuatro jefes comunales coincidieron en la necesidad de que las decisiones, por lo menos en el Área Metropolitana de Buenos Aires, se tomen de forma conjunta entre Ciudad y Provincia.
Al respecto, Nardini remarcó que “no hay una pelea entre el Conurbado y la Ciudad de Buenos Aires¨”, donde ya se habla de acelerar las fases de normalización y replicó: “Estamos tratando de buscar la mejor situación, seguramente poniendo contrapuntos, para cuidad a la sociedad en su conjunto”.
Además, advirtieron que cualquier decisión que se tome en la Ciudad de Buenos Aires, en relación a una supuesta apertura del aislamiento, provocará consecuencias en el resto del AMBA.
“Una de las cosas que va a dejar la pandemia es el trabajo en continuo que se ha podido hacer entre jurisdicciones de distintos signos políticos y por eso reafirmo que la suerte del AMBA está atada a su conjunto y una mala decisión en cualquiera de ellas va a afectar a la otra”, sentenció Menéndez.
En promedio, en cada uno de esos distritos, más del 70% de las camas se mantienen ocupadas y a esta preocupación se suma la caída de los recursos que hubo en los Municipios, ya que, en muchos casos, una fuente de financiación es el pago de los impuestos municipales que los vecinos dejaron de pagar por la crisis económica que se aceleró por la pandemia de coronavirus.
“La situación que atravesamos es en función de lo que pasa en la economía argentina”, remarcó Descalzo. Los intendentes aplicaron en sus territorios planes de excepciones para pequeños comercios que se vieron perjudicados durante la pandemia, pero igual “se cayó la recaudación de las tasas en general”. Frente a esta situación, se hace asistencia directa de Nación y Provincia. “Estamos lejos de ser la municipalidad que se autoabastece”, sentenció.
En ese sentido, el jefe comunal de Ituzaingó remarcó: “Estamos con el agua por rebalsar la copa, de no tener los recursos necesarios, pese a los esfuerzos que hacemos por tratar de mantenerlos”.
El caso de Merlo no escapa de esta realidad. Menéndez detalló que al inicio de 1200 desde el Municipio se asistía a 1200 personas en los comedores y se llegó a 2019 asistiendo a 50 mil personas. Ahora en agosto del 2020, asisten a “110 mil personas por día”. “Todos tenemos que empezar a ver cómo se sale de esta situación, cómo empezamos a marcar un rumbo y tiene que ser venturoso para los argentinos”, manifestó.
“Somos los primeros que recibimos los golpes de una mala gestión y los primeros que salimos beneficios de las políticas adecuadas”, reflexionó al plantear la importancia de que se articule de forma integral con Nación y Provincia.
En ese sentido, Sujarchuk subrayó que esta situación “revalorizó la necesidad del rol del Estado” y planteó que “sin Estado local fuerte, la ciudad no se transforma”. “El achicamiento económico que se produjo, perjudicó a todos los municipios que se espera de ellos que organicen la vida urbana pero no se puede más que ampliar la asistencia alimentaria”, aseveró.
Además, los jefes comunales coincidieron en el punto de partida que se enfrentó la pandemia, que fue con un Estado provincial y nacional diezmado, pero sobre todo, con un recorte de la coparticipación por parte de la administración de Cambiemos durante los últimos cuatro años.