La segunda ola de coronavirus preocupa al Gobierno y en las próximas horas habrá anuncios sobre nuevas restricciones en la zona del AMBA. El paquete se centrará en tres ejes que generaron coincidencias entre las gestiones de Nación, Ciudad y provincia: la nocturnidad, el transporte público y reuniones sociales. El problema central fue el horario del cierre y eso derivó en la necesidad de realizar dos reuniones para llegar a algún tipo de acuerdo. Para la CABA, cerrar todo a las 22 es decretar la muerte del rubro gastronómico, pero es la hora que eligió la administración bonaerense para cortar con las actividades nocturnas. El decreto se terminará de redactar hoy y quedará listo para su firma.
El paquete de medidas comenzará a regir a partir del viernes, con el fin de la actual etapa del DISPO y duraría unas tres semanas, según anticipó ayer la ministra de Salud, Carla Vizzotti. "Son tres semanas de un esfuerzo más grande para lograr vacunar a quien tiene mas riesgo de morir, no estamos en la misma situación del año pasado", sostuvo la funcionaria en conferencia de prensa y agregó que el Gobierno tomará "medidas tempranas, intensivas, transitorias y localizadas para atrasar la trasmisión del virus".
Los números preocupan. Ayer se registró el pico máximo de 20.870 casos en 24 horas y 163 muertes. Cuatro distritos se mostraron como los más complicados, con registros de cinco y cuatro cifras: Buenos Aires llegó a 10.402, la Ciudad tuvo 2.281 positivos, Córdoba llegó a 1.843 y Santa Fe a 1.296.
Lo que quiere Nación
Nación busca restringir la circulación durante la noche, por lo que los bares y restaurantes volverán a manejarse con las modalidades de delivery y "take away" para afectar lo menos posible la actividad comercial. Por la delicada situación económica, el Gobierno apunta a tocar la menor cantidad de ramas posible para mantener el empleo y el consumo.
Por otro lado, la gestión de Alberto Fernández quiere frenar con las reuniones sociales, en especial las que se realizan en espacios cerrados y con más de 10 personas. Las actividades recreativas y la nocturnidad son dos problemas por la falta de protocolos y de controles, algo que también buscarán reforzar en el transporte público.
El Ministerio de Transporte determinó, ante el crecimiento de los contagios y el descontrol en la cantidad de pasajeros, que en el transporte automotor se podrán trasladar hasta 10 personas paradas en los horarios pico. Por otro lado, los trenes podrán circular con una persona parada por metro cuadrado en los espacios libres disponibles, exclusivamente en horarios de mayor demanda. Los servicios serán para esenciales que cuenten con el permiso correspondiente y habrá monitoreo constante por las clases presenciales.
La visión de Buenos Aires
Desde el gobierno bonaerense analizaron que la Nación implementará una serie de medidas de restricción de la circulación, las actividades nocturnas y las reuniones sociales para los distritos con un aumento sostenido de casos en las últimas semanas. Ante esta directiva, cada provincia adaptará su esquema por lo que criticaron la actitud de la Ciudad, distrito al que acusaron de hacer "un fetiche con el horario porque no quiere tomar medidas de fondo". Por eso, remarcaron que no discutirán a qué hora comenzará el cierre, si a las 22 o a las 24, mientras haya más medidas.
La provincia quiere un paquete de disposiciones fuertes por dos semanas, tiempo en el que se proyecta vacunar a los 2.250.000 bonaerenses de riesgo. Los tres ejes serán los mismos que los manejados por Nación: la nocturnidad, el transporte público y las actividades recreativas con el objetivo de darle tiempo a la campaña de inoculación.
Dentro de las decisiones apuntan a combinar dos cuestiones clave: que el transporte público sea solo para esenciales, docentes y estudiantes, al tiempo que la actividad fabril y agropecuaria continúe con sus tareas con los protocolos vigentes, aprobados por el Ministerio de Salud.
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Los pedidos de la Ciudad
El Gobierno porteño apunta a lograr una suerte de tercera posición entre el aperturismo total planteado por Patricia Bullrich y el cierre estilo cuarentena, que le adjudican a Axel Kicillof. En un comunicado oficial de Juntos por el Cambio, criticaron cualquier tipo de medida restrictiva: “Nos parece particularmente preocupante que frente al fracaso de la estrategia sanitaria del gobierno nacional la respuesta repetida sea insistir con restricciones excesivas y mal calibradas”. Además, dijeron estar “convencidos de que debemos defender la mayor normalidad posible, que implica garantizar el derecho a la educación, el trabajo y el ejercicio de las libertades fundamentales”.
Además, consideran que será muy difícil lograr que las personas cumplan restricciones fuertes, más allá de que la situación lo amerite. Incluso piensan que ante medidas más drásticas, podría haber incumplimientos.
Con esa base, desde la administración porteña quieren restringir actividades nocturnas pero a partir de las 24, no de las 22 como busca la provincia porque sería una condena para los locales gastronómicos. La economía de la Ciudad es principalmente comercial, por eso quieren mantenerla abierta el mayor tiempo posible.
Por otro lado, piden trabajar en el cumplimiento de los protocolos existentes y de los aforos en el resto de las actividades, entre las que se encuentran los restaurantes, los bares, los comercios e, incluso, las actividades culturales que hoy no funcionan a capacidad máxima.
Como planteó el Gobierno nacional en reiteradas ocasiones, y coincide el de la provincia, también solicitan mantener la presencialidad en los colegios, una cruzada que iniciaron en 2020 y que aún continúan pidiendo para algunos distritos del país en que se mantiene la virtualidad.