El dato encendió todas las alarmas. La ocupación de camas de terapia intensiva en el país pegó ayer el salto más importante desde que comenzó la pandemia: 47 pacientes tuvieron que internarse bajo esas condiciones en sólo 24 horas, lo que representa un aumento de casi el 25 por ciento, según informó esta mañana el parte presentado por las autoridades nacionales. En total, ya son 250 las personas que requieren cuidados de mayor complejidad a causa del coronavirus en la Argentina.
La mayoría de los nuevos ingresos a UTI se dieron en el área metropolitana, donde la velocidad de circulación del coronavirus amenaza con saturar la capacidad hospitalaria en cuestión de semanas. El principal foco es la ciudad de Buenos Aires, donde se encuentran internados más de la mitad de los pacientes en esas condiciones del país. En general, la curva de camas de terapia ocupadas sigue la forma de la de nuevos casos confirmados, con siete a quince días de delay, por lo que cabe esperarse que el número continúe subiendo.
Más de 130 infectados están ocupando plazas UTI en CABA. Según fuentes del ministerio de Salud de la Ciudad, ya hay 74 personas internadas en esas condiciones en hospitales públicos, que representan un 25 por ciento de las 300 camas de las que dispone el Estado porteño para afrontar la pandemia. Alrededor de 60 pacientes graves ocupan camas de terapia intensiva en establecimientos privados, pertenecientes a prepagas o gestionados por obras sociales. La disponibilidad de ese sector supera las 600 vacantes.
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En la provincia de Buenos Aires la cantidad de camas de cuidados especiales ocupadas hasta el último reporte es de 73, la enorme mayoría de ellos en hospitales y clínicas privadas del conurbano. Precisamente esa zona fue donde se hicieron mayores esfuerzos para reforzar la capacidad sanitaria, con la construcción de edificios modulares, la instalación de tiendas de campaña por parte del Ejército y las obras para concluir establecimientos que habían sido interrumpidas por el gobierno anterior.
Hoy, la capacidad del sistema público en toda la provincia, contando hospitales nacionales, provinciales y municipales, supera las dos mil camas UTI, de las cuales la mitad está en el Gran Buenos Aires. Según estimaciones oficiales, los privados cuentan con otras dos mil. No todas esas instalaciones estarán habilitadas a priori para pacientes de Covid-19, porque durante el invierno aumenta la demanda por otro tipo de dolencias. En el gobierno provincial estiman que en el conurbano podrían atender hasta 2500 pacientes graves en simultáneo.
Si bien las necesidades actuales parecen muy alejadas de la capacidad de respuesta, la naturaleza exponencial de la expansión del coronavirus hace que un escenario de saturación del sistema no parezca remoto. Según algunos expertos, con la tasa de replicación actual podría llegar tan pronto como a mediados del mes que viene en CABA y algunas semanas más tarde cruzar la General Paz. Desde el gobierno nacional y provincial reconocen esa proyección; las autoridades porteñas sostienen que no existe tal peligro.
Desde que comenzaron los preparativos para afrontar la pandemia, se reforzó fuertemente la capacidad de cuidados intensivos del sistema sanitario en todo el país. En ese marco, las 24 provincias del país aumentaron su capacidad y se inauguraron unidades en lugares donde nunca antes había habido camas de alta complejidad. Gracias a ese esfuerzo, la disponibilidad de camas UTI pasó de 18,1 a 23,1 cada 100 mil habitantes, una tasa mucho más alta que otros países como Italia (12,1), Francia (11,6) o Corea del Sur (10,6).