En un encuentro con ministros, los infectólogos que asesoran al Gobierno recomendaron mantener las restricciones de circulación dispuestas la semana pasada pero fortaleciendo los controles para asegurar que se cumplan. Ante un panorama de tensión en la ocupación de camas de terapia intensiva y la aparición de inconvenientes para asegurar la provisión de oxígeno, pidieron que se hiciera lo posible para que disminuir la circulación de gente en las calles en esta segunda ola de coronavirus. En lo que respecta a las clases presenciales hubo opiniones variadas. Con este panorama, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, conversarán con los ministros de las jurisdicciones más complicadas para evaluar los próximos pasos.
MÁS INFO
Según comentó a El Destape uno de los ministros que participó, ninguno de los epidemiólogos planteó que se cerrara todo por 15 días, como propuso temprano el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán. Es que, entienden, esa es una carta que se puede jugar sólo una vez y, probablemente, resulte más eficaz más adelante, cuando lleguen los días de frío. En Gobierno adelantaban que esta semana el Presidente retomará la costumbre de conversar con los gobernadores antes de preparar el nuevo decreto. En ese sentido, veían probable que se volviera a juntar la mesa Nación, Provincia y Ciudad. Asustados por la situación sanitaria, los funcionarios porteños comenzaron el lunes a admitir la necesidad de aplicar las restricciones que negaban hasta el viernes pasado.
Fue la primera de las reuniones de una semana que estará marcada por este tipo de encuentros. El viernes finalizan las restricciones dispuestas en el último DNU y el presidente Alberto Fernández tiene que resolver cómo seguir en un cuadro que se presenta cada vez más complicado, con un porcentaje de ocupación de camas en el AMBA del 80%, aunque en muchos establecimientos ya no hay lugares disponibles. Los expertos convocados al encuentro en la Casa Rosada mostraron su preocupación. "No es momento de relajar ninguna medida", subrayaron.
El dato positivo que se comentó fue que las primeras restricciones, resueltas dos semanas atrás, tuvieron su efecto y bajaron los contagios de 150 mil a 130 mil casos semanales. Que era de esperar, entonces, que en los próximos días se produjera un nuevo descenso a partir de las medidas más fuertes determinadas en el DNU. "Hay que esperar la recolección de datos de las próximas 72 horas para saber dónde estamos parados y precisar cómo debe ser la próxima etapa", detallaron.
"No es momento de relajar ninguna medida"
Fue una reunión más amplia de lo acostumbrado, lo que marca la centralidad que adquirió el problema. Además de Cafiero y Vizzotti, participaron los ministros Eduardo "Wado" de Pedro (Interior), Agustín Rossi (Defensa), Sabina Frederic (Seguridad), la vicejefa de Gabinete Cecilia Todesca, la secretaria de Legal y Técnica Vilma Ibarra y la asesora Cecilia Nicolini, quienes escucharon la opinión de 16 sanitaristas. "El sistema de salud está saturado y el personal está estresado", escucharon. Una realidad que los funcionarios que recorren sanatorios y hospitales conocen muy bien. Los médicos plantearon su preocupación por lo cerca que ven una dramática postal que ya se vio en otras partes del mundo: cuando deban empezar a elegir a qué pacientes ingresar a terapia intensiva a quiénes no, de acuerdo a sus posibilidades de sobrevivir.
Uno de los más estrictos fue el médico Luis Cámera, quien no sólo se inclinó por seguir con las restricciones sino que también se mostró en contra de la presencialidad escolar. "Tiene que haber menos gente en la calle", reclamó, según trascendió. Pero hubo otros especialistas que también observaron la importancia de que los chicos concurran a la escuela. A través del ministro de Educación, Nicolás Trotta, el Gobierno avanza hacia un esquema de presencialidad "administrada", más acotada.
Pedro Cahn propuso que se establezcan criterios epidemiológicos -por ejemplo, casos por cantidad de habitantes- para decidir las medidas y que las 24 provincias se comprometan a cumplirlas. De esa manera, argumentó, ya no hará falta discutir cada dos semanas cómo seguir sino que en base a esos parámetros aprobados por todos, cada jurisdicción sabrá cómo actuar según sus números. Su hija, Florencia Cahn, pidió que se vuelva a hacer un repaso de qué actividades no esenciales puedan regularse con nuevos protocolos, cuestión de bajar todo lo posible el movimiento de personas.