La Rioja ya planea una cuarentena "administrada", con la vuelta de actividades diferenciadas de acuerdo a una "segmentación geográfica" y un retorno paulatino de la actividad comercial y productiva con estrictos protocolos, pero no volverán las clases ni los empleados públicos. Para ello, desde el gobierno riojano se apela a la conciencia ciudadana para evitar retrocesos en la etapa que se viene.
"En los próximos días anunciaremos un conjunto de medidas destinadas a reactivar sectores claves de la producción y el trabajo, las cuales se traducirán en un mayor nivel de movilidad social, con el consecuente riesgo que esto implica para la propagación del virus. Medidas que fueron tomadas en base al diálogo con representantes de una amplitud de sectores que componen nuestra comunidad (sectores económicos, religiosos, de la construcción, académicos, científicos, entre muchos otros)", afirmó el gobernador Ricardo Quintela en un comunicado.
A la espera de que Alberto Fernández confirme que la cuarentena obligatoria se extenderá hasta el 24 de mayo, el gobernador advirtió: "Con el objetivo de preservar la vida, el Estado nacional y provincial viene fijando normas para regular la movilidad social y también sanciones para quienes las transgreden en detrimento de lo colectivo. En esta nueva etapa, estas normas habilitarán de manera gradual la reactivación de sectores de la producción y el comercio, pero las sanciones para quienes las transgredan serán más duras".
Según el ministro de Salud de La Rioja "el 'quedate en casa´ seguirá vigente, la salidas seguirán siendo por DNI desde el 11 de mayo. Se está conversando para comenzar con una suerte de aislamiento administrado, con habilitaciones y excepciones paulatinas de algunas actividades". Y para no dejar dudas al respecto, exclamó: "hay situaciones que no se contemplan en la cuarentena, como la vuelta al colegio o la vuelta de los empleados públicos".