Los infectólogos y especialistas que participaron del encuentro encabezado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, remarcaron la necesidad de moderar el movimiento de la gente en las calles. "Si no bajamos la circulación de la gente, no vamos a bajar la circulación del virus", insistieron en la reunión de virtual que convocó a más de 20 expertos. Aconsejaron medidas de cierre "por poco tiempo, con un principio y un final", que a la gente les resultan más fáciles de sobrellevar.
Por otro lado, plantearon que si se quiere mantener las clases presenciales y la actividad económica -en lo que se mostraron de acuerdo-, es necesario restringir las reuniones sociales, que señalaron como el principal foco de contagios. "Hay que poner mayores controles porque no se respetan los aforos en los lugares cerrados, ni las limitaciones a las reuniones sociales", advirtieron.
Como fue costumbre durante el año pasado, Cafiero agradeció la posibilidad de escuchar el aporte de los expertos y conocer su punto de vista respecto a cómo se viene gestionando la pandemia. También su evaluación acerca del posible escenario futuro, que pinta complicado. Antes de avanzar hacia nuevas medidas, lo que en la Casa Rosada ayer veían inevitables, quieren contar con el respaldo del equipo asesor. Respecto a este punto, los epidemiólogos remarcaron que esta segunda ola no es más de lo mismo. No se trata de la segunda parte de lo que se vivió el año pasado, sino que implica nuevas variantes del coronavirus que ya hicieron estragos en otros países por su altísimo nivel de contagiosidad, por lo que los parámetros a tener en cuenta son diferentes. "Es casi una nueva pandemia", planteó uno de los expertos que habló.
Destacaron el gran esfuerzo realizado por el Estado durante 2020 cuando se reforzó el sistema de salud con rapidez y evitó que algún argentino muriera por falta de atención médica. Además, que ahora permite encarar esta segunda ola con una estructura sanitaria más robusta. No obstante, la rápida suba de casos amenaza con hacer colapsar el sistema en poco tiempo más. Los sanitaristas avisaron que las restricciones de la semana pasada todavía son muy recientes, que será necesario esperar diez días para saber si dieron algún resultado. Remarcaron que la única manera de frenar la circulación del virus será bajando la circulación de gente. No hay otra.
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Por el lado de Gobierno, además de Cafiero y Vizzotti, participaron el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, de Seguridad, Sabina Frederic, de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz. El elenco de expertos se conectó de manera virtual y fue extenso: los infectólogos Pedro y Florencia Cahn, Luis Cámera, Omar Sued, María Marta Contrini, Susana Lloveras, Elsa Baumeister, Cecilia Freire, Angela Gentile, Tomás Orduna, Gustavo Lopardo y Eduardo López, entre otros, pero también hubo sociólogos como Gabriel Kessler, y psiquiatras como Santiago Levin y Alicia Stolkiner.
Hubo elogios de partes de los especialistas por cómo se está llevando adelante el plan de vacunación y hubo un fuerte apoyo a todas las vacunas que se están aplicando en el país. Ponderaron tanto su efectividad como eficacia y cobertura. "Brindan un horizonte alentador", aseguraron. Las preocupaciones vinieron por el lado del comportamiento social, que ven relajado en lo que se refiere al cumplimiento de las medidas de cuidado. En especial en lo que tiene que ver con las reuniones sociales. Pidieron que se restrinjan todo lo posible esos encuentros y que se intensifiquen los controles, en particular en el AMBA y en los grandes centros urbanos, que es donde se verifica el mayor crecimiento de contagios.
En sintonía con lo que se viene pregonando desde el Gobierno, los especialistas dieron su aprobación a que se mantengan las clases presenciales, lo mismo que la actividad económica, ya que funcionan en lugares verificados y mediante protocolos. Pero, avisaron, para que clases y actividades productivas sigan abiertas hay que cerrar por otro lado. Por ejemplo, plantearon, las actividades recreativas grupales y los deportes amateurs. En particular cuando se realizan en espacios cerrados. Teniendo en cuenta la experiencia acumulada -y el cansancio que arrastra la población por las medidas de cuidado que ya llevan más de un año- aconsejaron que las medidas de cierre que se tomen se hagan "por poco tiempo, con un principio y un final".