A pesar del cansancio propio de un aislamiento social obligatorio y la incertidumbre que genera una pandemia, creció la aprobación de los ciudadanos ante las decisiones tomadas por el presidente Alberto Fernández así como la respuesta de su Gobierno ante el COVID-19.
Según una encuesta de Poliarquía, cuando se detectó el primer caso de coronavirus en el país, el 3 de marzo, la aprobación presidencial se ubicaba en el 48%. Bajó al 43% cuando se comenzaron a tomar las primeras medidas restrictivas y preventivas y desde allí no paró de subir.
Con el decreto de la cuarentena obligatoria, la aceptación de Fernández trepó al 72% y después de dos meses de aislamiento, se consolidó el el 80% marcando otra vez un aumento respecto a la última medición realizada en la primera semana de mayo, donde el número era del 79%.
Pero el Gobierno también goza de una gran aceptación en la comunidad. En la semana previa al anuncio de la cuarentena, la aceptación de la gestión ya era alta, incluso más que la del propio Fernández, con el 64%.
Durante la primera semana del aislamiento, trepó a un 84% y después comenzó a descender producto de las fake news y operaciones generadas por la oposición y medios de comunicación hegemónicos. Eso llevó la medición al 75% durante la primera semana de mayo pero volvió a crecer en estos días, al subir al 75%.
Lejos del hastío que una situación así puede generar, en base a 2601 casos relevados, la encuesta demostró una amplia aprobación a la cuarentena por sobre la economía, pese a la preocupación obvia por su parate pero decidiendo, al igual que el Gobierno, priorizar la salud.