En el mismo decreto que extendió la emergencia sanitaria por el coronavirus hasta fin de año, el Gobierno estableció nuevas restricciones de vuelos desde o hacia el exterior dividiendo a los países en "zonas afectadas" y "zonas afectadas de mayor riesgo", comprendiendo esta última categoría a los países que tengan circulación comunitaria de las nuevas cepas de COVID-19 "que pueden condicionar la capacidad de respuesta del país y requieren de medidas sanitarias específicas".
Jefatura de Gabinete se encargará de ir actualizando la información respecto a la situación epidemiológica pero, en principio, se reducirán entre un 20 y un 30% los vuelos con Brasil, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Panamá, México, Estados Unidos y Europa. Además, quienes arriben desde el exterior deberán mantenerse una semana en aislamiento preventivo.
La cuestión se discutió el lunes cuando se reunió el Consejo Federal de Salud, que agrupa a los ministros de todo el país. Hubo un repaso por el crítico aumento de casos que se están viendo en otros países de la región y por el nivel de contagiosidad de las nuevas cepas que circulan por Europa. "Se va a restringir muy fuertemente la salida de nuevos turistas hacia las regiones de circulación del virus", anticipó entonces el ministro bonaerense, Daniel Gollan. También adelantó que quienes volvieran deberían cumplir un sistema de cuarentena.
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Las medidas quedaron determinadas en el decreto publicado el jueves por la noche. Las autoridades bonaerenses incluso habían llegado a demandar un cierre de fronteras para evitar el seguro desembarco de las nuevas cepas británica, sudafricana y de Manaos que vienen causando estragos. Pero, por el momento, el Gobierno no quiso tomar una medida tan drástica y se decidió por un camino intermedio. Según el mapeo que realizaron las autoridades de Salud, la recomendación fue disminuir un 30% los vuelos con Chile, Colombia, Perú, Ecuador y Panamá, un 20% con Brasil, México y Europa y un 10% con Estados Unidos. El detalle exacto será dado a conocer el viernes a través de una resolución administrativa de la Jefatura de Gabinete, Para entrar y salir, los argentinos y residentes deberán presentar un test PCR negativo hecho no más de 72 horas previas al embarque y mantenerse aislados siete días al arribo.
En todos los casos, quienes arriben del exterior deberán brindar información sobre su itinerario, declarar su domicilio en el país y someterse a un examen de salud para determinar el potencial riesgo de contagio. Las personas extranjeras no residentes además deberán contar con un seguro de viajero especial para la atención de la COVID-19 en el país.
La ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la directora de Migraciones, Florencia Carignano, junto a las autoridades aéreas, se encargarán de ir manejando la cantidad de vuelos y pasajeros que podrán ingresar desde cada zona de acuerdo a los números epidemiológicos que se vayan manejando. "La autoridad sanitaria podrá disponer medidas adicionales en cualquier momento de la permanencia de las personas enunciadas cuando sospeche la existencia de riesgo de propagación del virus, en especial cuando procedan de 'zonas afectadas de mayor riesgo'. Asimismo, podrá dejar sin efecto cualquiera de estas excepciones, con el fin de prevenir contagios", advirtió el decreto.