Una publicación en el Boletín Oficial porteño generó alarma entre los trabajadores considerados como "no esenciales" durante la pandemia. Con la necesidad de fortalecer la atención y contención para hacer frente al coronavirus, se creó el programa “Servidores Públicos en apoyo a las acciones de concientización, distanciamiento social y cercanía a los ciudadanos, implementadas por el gobierno en el marco de la política sanitaria COVID-19", que funcionará bajo la órbita de la Secretaría de Transformación Cultural. Los empleados temen por las condiciones de cuidado ante situaciones de riesgo y advierten la falta de capacitación para enfrentar un panorama de esta índole, sobre todo porque no suelen realizar acciones con grupos vulnerables de forma directa.
"Nos preocupa saber cómo nos vamos a resguardar", aseguraron desde el área de Cultura a El Destape y advirtieron: "No tenemos la formación indispensable como para estar en un centro de salud y no quisiéramos tener que quedar en esa situación" incómoda de exposición ya que sus tareas se limitan a acciones culturales puntuales y no a la atención de grupos vulnerables.
Una de las trabajadores recordó que "hace poco mandaron un mail solicitando los datos personales como el nombre, el DNI, el titulo universitario y un teléfono. Muchos no respondieron pero intuimos que estaban armando listados para asignarnos algo relacionado con este programa".
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Patricio Villani, delegado de la junta interna de ATE Promoción Social analizó que "si no son tareas netamente esenciales, no debería sumarse más gente en la calle y, de necesitarse en lugares específicos, tienen que ser personas formadas". Pareciera ser "una respuesta más política que sanitaria" frente a los cuestionamientos por la apertura comercial en la Ciudad y el crecimiento de los casos positivos.
Desde el gobierno porteño argumentaron que la organización y gestión se vio obligada a priorizar la atención de la emergencia sanitaria requiriendo que cada repartición estatal priorice sus actuaciones al servicio de la pandemia, así como la reasignación de recursos, incluidos los trabajadores, para acompañar las acciones desarrolladas. Ante ese panorama, consideraron necesaria la "creación de un programa de Servidores Públicos, en apoyo a las acciones de concientización, distanciamiento social y cercanía a los ciudadanos". El mismo funcionará bajo la órbita la Secretaría de Transformación Cultural, dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros, y también implicará actividades de apoyo a los equipos de salud de todos los recursos humanos disponibles.
Desde el área de Cultura los trabajadores aseguraron que esta modalidad venía funcionando bajo la forma de voluntariado, "pero ahora es como más compulsivo". O eso temen, ya que aún no fueron debidamente notificados sobre cómo serán las actividades, sus funciones ni protección. Por eso, este jueves se reunirán para intentar acomodarse ante el nuevo panorama y delinear acciones.
Según la resolución publicada el martes, las autoridades superiores de cada repartición están facultadas a “poner a los trabajadores a disposición de las áreas definidas como esenciales”, así como “modificar los horarios habituales de trabajo o lugar de prestación del servicio”. Se manifestó que la situación es especial, transitoria y excepcional y que "en ningún caso implicará un menoscabo salarial sobre los conceptos normales y habituales percibidos por el personal y en todo momento se priorizará la salud y seguridad de los/as trabajadores/as".
En los ministerios esenciales ya rige la potestad de reasignación de tareas por parte para que sigan funcionando los programas que no pueden frenar ante la pandemia. Son actividades abordadas no sólo desde lo cuantitativo (cantidad de personal) sino desde lo cualitativo (calidad de la atención y contención de los sectores más vulnerables). Por eso, lo importante es, si se necesita personal, contratar gente capacitada: "Ya hubo dos tandas grandes de contratación en Salud, es importante pero sigue faltando. Se trata de sumar profesionales específicos para tareas específicas", sostuvo Villani.
Según las estimaciones, una gran cantidad del personal estatal no tiene tareas asignadas en medio de la pandemia, situación que se suma a la ya famosa presión sobre los "ñoquis" o la iniciativa demagógica PRO de la reducción del sueldo a "los políticos". Ésto redunda en la "utilización de trabajadores para que vayan a hacer algo y que reditúe políticamente sin que necesariamente aporte a mitigar la cuestión del virus", analizó el delegado.
Para conformar el área, la Secretaría en cuestión se encargará de seleccionar y asignar tareas en función de "los perfiles, habilidades y disponibilidad de los recursos afectados" además de garantizar "la formación específica requerida para llevar adelante la tarea asignada", coordinar y asegurar la entrega de los elementos o equipo de protección personal que corresponda para resguardar la salud y seguridad de las personas alcanzadas, según las indicaciones del ministerio de Salud.
Las personas que sean puestas en comisión (o sea que se trasladen de una repartición a otra) deberán ser notificadas de sus nuevas tareas y se les comunicarán las órdenes de servicios para prestar funciones, la tarea a realizar, una referencia de contacto, dirección, horario, fecha de inicio y modalidad de la prestación (presencial o a distancia).
Desde el Gobierno aclararon que la “Comisión de Servicios COVID-19” no implica en ningún caso modificar la situación salarial ni la categoría escalafonaria de la persona alcanzada y que cumplido el plazo de la comisión de servicios, las personas retornarán a su repartición de origen en forma automática, sin que deba dictarse acto administrativo a tal efecto. Pese a poner el hombro, Villani aseguró que los trabajadores esenciales aún no cobraron el plus por realizar sus tareas durante la pandemia y los tercerizados mediante la Universidad de Buenos Aires estuvieron sin percibir su ingreso ínfimo de $22.000 a pesar de trabajar en lo que se conoce como la primera línea.
Por supuesto, de la iniciativa quedaron exceptuadas las personas mayores de sesenta años, embarazadas y los grupos de riesgo.