“Para que dejen de atacar al campo” es una de las consignas con las que sectores de la oposición y los medios comerciales convocaron a un banderazo el 9 de julio aún en medio de la pandemia de coronavirus, algo que pone en riesgo su salud y la de toda la ciudadanía. No es casual. Si bien no es la primera alusión a ese campo que en realidad son las patronales agroexportadoras para fomentar una movilización, en este caso el relato incluyó la construcción de un escenario con robos y daños masivos a silo bolsas orquestados por el kirchnerismo y el Gobierno. Que la realidad y los datos no se ajustaran a ese relato no impidió las múltiples notas en Clarín, La Nación y sus medios satélites. Lo cierto es que si bien hay denuncias vinculadas a los silo bolsa, son ínfimas en relación al total del delito, no hay ningún indicio de que haya vinculaciones políticas a esos daños y se trata en su mayoría de robos comunes, pases de cuentas entre empresarios y peones e incluso varios casos de roturas por parte de animales.
El servicial Nicolás Wiñazki se llevó otra vez la medalla de oro a la operación mediática. El 20 de junio publicó una nota en Clarín titulada “Sospechan que grupos K rompieron silo bolsas, quemaron campos y atacaron chacareros”. En la bajada afirmaba que “Dirigentes agropecuarios fundan sus dudas en que, excepto el ministro de Agricultura, nadie del Gobierno condenó los ataques”. En la nota se preguntaba “¿Por qué los ruralistas sospechan de ser el objetivo del kirchnerismo anti-campo?”, Compartió el podio con Diego Leuco, que alertó sobre robos, incendios y asesinatos en el campo, evidentemente tras una pobre lectura de un reciente informe de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las patronales agrarias.
Estas operaciones se apoyan en que hay datos que son conocidos para quienes transitan los caminos rurales pero no para los citadinos, permeables a la influencia de medios que tienen a su vez intereses agropecuarios. Vale recordar que Clarín y La Nación son socios en Expoagro, la mayor feria anual de venta de maquinaria agrícola, y varios de sus accionistas son a su vez productores agropecuarios. Y no es casualidad que la exagerada difusión de casos de vandalismo rural como si se tratara de una plaga que amenaza a toda la producción agropecuaria del país se diera mientras se discute el destino de Vicentin, operador de muchos de esos granos.
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Según los últimos datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, en 2018 se guardaron más de 45 millones de toneladas de granos en silo bolsa. Cada silo bolsa permite almacenar 200 toneladas de grano aproximadamente, ya que hay de distintos tamaños. Un cálculo rápido indica que hay más de 200.000 silobolsas en el país. Algunos informes señalan más, incluso el editor rural de Clarín Héctor Huergo dijo que son más del doble, pero haremos un cálculo conservador. Según los datos oficiales a los que accedió El Destape, en 2020 hubo 105 ataques a silo bolsas entre las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires. Es decir, al 0,5%.
Wiñaski sentenció que "la cronología de acontecimientos extraordinarios y violentos contra ruralistas es apabullante”. Lo que queda apabullado al revisarla de verdad es su operación mediática. Al repasar los casos y ponerlos en contexto, el panorama es muy diferente.
En provincia de Buenos Aires hubo 14 casos de daños a silo bolsa. Uno en Leandro N. Alem, por ejemplo, ya fue esclarecido. Dañaron 3 silo bolsa que tenían maíz pisingallo por un conflicto entre un empleado y el dueño del campo. En Tandil hubo otro caso similar de un empleado que dañó 3 silo bolsa luego de ser despedido, caso ya esclarecido. En Baradero también detuvieron al autori de daños en un silo bolsa que había ingresado al Campo El Talero con perros galgos. En Trenque Lauquen una de las denuncias por rotura de un silo bolsa se descubrió que la habían hecho unos caballos. Otro, en 9 de julio, robaron cereales sin violentar alambrados ni tranqueras, es decir, utilizaron copia de las llaves. En Navarro encontraron roto un silo bolsa con picadura de maiz, que se usa como comida de vacas, y la hipótesis es que ese fue el objetivo. En Tandil uno 3 silo bolsas dañados con el cereal derramado pero no faltaba nada y sigue en investigación. Hubo otros casos iguales en Villarino, Ameghino, Rojas, Robert y Baradero, con roturas sin robo. En Carmen de Areco detuvieron a varios menores se robaron herramientas de un tractos y dañaron un silo bolsa con soja. Otros menores rompieron un silo bolsa en Rojas pero el cereal fue recuperado.
Para dar una magnitud, el último dato del Ministerio de Seguridad, de 2018, indica que en provincia de Buenos Aires hubo 93.643 casos de robos, 63.652 de hurtos y 22.714 catalogados como “otros delitos contra la propiedad”. Robos, daños y hurtos en silo bolsas, 14.
En Santa Fe, los delitos contra la propiedad superan los 70.000 al año. La principal problemática de la provincia, sin embargo, hace años que son los homicidios vinculados al narcotráfico y los heridos por armas de fuego. En el primer semestre del 2020 hubo más de 100 homicidios en Rosario y 631 casos de heridos por armas de fuego solo entre las ciudades de Santa Fe y Rosario y sus alrededores. Los casos vinculados a silo bolsa fueron 16. De esos, 13 fueron roturas, 2 con robo de cereal y el restante con robos de equipamiento. En la mayoría no se determinó la causa. En los que sí, pasó lo siguiente. En Amenábar, departamento de General López, la hipótesis por la ruptura de 2 silo bola de soja es la pelea del productor con integrantes de la UATRE, gremio de peones rurales. En San Jerónimo Sur que el productor había discutido con cazadores de la zona. En Carcarañá lo mismo pero la discusión fue con una cooperativa. En Entre Ríos hubo 19 denuncias por daños a silo bolsas. La mayoría por roturas y robos de cereal y una por un incendio intencional. En Córdoba son 19 los casos, de los cuales 10 fueron incendios intencionales y el resto en su mayoría robos de soja.
Las estadísticas criminales del Ministerio de Seguridad indican que en 2018 hubo 853.566 delitos contra la propiedad en el país. Casi 2.400 por día. Son los últimos datos consolidados pero los números no varían mucho año a año. Incluyen robos, hurtos y otros delitos contra la propiedad. Dentro de eso, resulta innecesario mostrar lo que representan los casos de silo bolsas.
El silo bolsa es una tecnología que llegó al país en los 90 y fue desarrollada y perfeccionada desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), es decir, por el Estado. Permite almacenar los granos con muchas ventajas respecto a los silos tradicionales. Entre otras cosas, hace posible la guarda de los granos para especular con los precios y el dólar.
“La producción de los principales granos en Argentina pasó de 50 millones de toneladas en la campaña 1996/97 a 120 millones de toneladas en 2016/17. Sin esta innovación, el incremento de la capacidad de acopio hubiese requerido inversiones más costosas en silos fijos y de un tiempo mayor de desarrollo”, afirmó la Bolsa de Rosario.
El mismo informe de la Bolsa de Rosario señala: “El inconveniente que presenta la utilización del silo bolsa, desde el punto de vista del productor, es que su cuidado es más demandante de atención que otro tipo de ensilado, en especial en lo referido al llenado, vaciado, control de roedores y seguridad por robo. Una mala conservación de los granos por un mal llenado, un cerrado defectuoso de las bolsas al momento de producirse el llenado, la ruptura de la bolsa por piedras, la filtración de agua por alguna rotura o el ingreso de roedores al interior de la bolsa, se traduce en una pérdida de calidad y cantidad de la producción almacenada”. Robos y rupturas son comunes. De hecho, varios de los casos denunciados tienen que ver con animales, discusiones entre productores y sus empleados o factores climáticos.