Por el fuerte aumento de contagios registrados en los últimos días, el Gobierno acordó la restricción de la circulación nocturna, acotar los vuelos desde y hacia el exterior, limitar las reuniones sociales nuevamente hasta diez personas como máximo y que el uso del transporte público vuelva a ser únicamente para trabajadores esenciales. Así quedó determinado durante la reunión virtual que mantuvo el presidente Alberto Fernández con los gobernadores, quienes respaldaron las iniciativas y quedaron en seguir trabajando con la Jefatura de Gabinete, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Salud para aplicarlas de acuerdo a las posibilidades de cada distrito. El consenso fue que se debían extremar las medidas de cuidado pero sin frenar la actividad económica ni malograr las vacaciones ni la temporada turística, clave para la recuperación de varias provincias.
La invitación a la reunión le llegó a los gobernadores el martes a la tarde, después de que el Gobierno verificara el veloz incremento de casos, que alcanzó ese día los casi 14 mil contagios y las 151 muertes. Resultó la cifra más alta en dos meses. El número encendió las alarmas y obligó a acelerar las medidas que estaban en estudio. "Estoy muy preocupado", le remarcó el Presidente a los gobernadores, que les propuso restringir la circulación de 23 a 6. Algunos barajaron alternativas como hacerlo desde las 22 o desde las 24 o a la 1 de la madrugada, pero todos estuvieron de acuerdo.
Esta veda nocturna ya fue aplicada en varios países e incluso actualmente rige en algunas provincias argentinas como Chaco, La Pampa, Formosa y Santiago del Estero. El Presidente -que se conectó desde Olivos acompañado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro del Interior, "Wado" de Pedro, la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello- interpretó que una medida de ese tipo sería la que menos impactaría la economía y serviría para evitar las reuniones sociales y las fiestas de jóvenes que se multiplicaron en estas semanas. "Los mandatarios coincidimos en que esta medida reducirá el impacto de la segunda ola de la enfermedad en la Argentina sin afectar a la mayoría de las actividades económicas que buscamos recuperar luego de un año muy difícil", informó el gobernador de Tucumán, Juan Manzur.
El mismo martes del pico de casos el gobernador bonaerense Axel Kicillof le había planteado la posibilidad de un cierre nocturno a los intendentes de los municipios de la Costa, que le expresaron su rechazo. Pero en la reunión virtual con los gobernadores, Kicillof volvió a defender la idea dada la suba de contagios que se verifican especialmente en el AMBA. Subrayó que debido a los últimos números habían decidido que una docena de municipios retrocedieran de fase mientras que hay distritos del interior provincial que desde hace tiempo se encuentran en una situación aliviada en los que no tendría sentido implementar restricciones. Otros gobernadores como Gildo Insfrán, de Formosa, o Rodolfo Suárez, de Mendoza, coincidieron en que en muchas zonas de sus provincias, casi libres del virus, no tendría lógica la medida.
Otro punto bajo análisis fue el de los vuelos desde y hacia el exterior, en particular en los destinos que registran gran número de casos. Desde Navidad que están suspendidos los vuelos desde el Reino Unido, Italia, Países Bajos, Australia y Dinamarca, países en los que habían aparecido casos de la nueva cepa de la Covid-19, 70 por ciento más contagiosa. Esa prohibición rige hasta el viernes y se prorrogaría. Además, se agregarían nuevos países o directamente se suspenderían los vuelos internacionales por dos semanas, es algo que se impulsa desde el Ministerio de Salud. Llamativamente, el gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales, fue uno de los mandatarios que se expresó a favor del cierre de los vuelos comerciales. Lo que ya se acordó con los gobernadores es que se exija el test PCR también a los pasajeros de vuelos de cabotaje.
Aunque hubo consenso general, algunos gobernadores plantearon la necesidad de contar con un margen de aplicación de las restricciones en sus distritos para no volver a ahogar actividades comerciales como bares y restaurantes, de las más golpeadas durante 2020. Tampoco que se establezca en la forma de toque de queda, que exigiría un control policíaco de las calles y la detención de infractores. La intención es que las fuerzas de seguridad actúen como elemento persuasivo. Por eso acordaron seguir trabajando en los próximos días con Cafiero, De Pedro y el ministro de Salud, Ginés González García, para establecer un marco de aplicación de acuerdo a determinados parámetros epidemiológicos, tal como se hizo en los primeros meses de la pandemia para fijar las fases en cada región.