Con una histórico y multitudinaria movilización, cerca de 1.500 vecinos de Río Tercero se pronunciaron en contra de los despidos en Petroquímica, la principal industria de esa ciudad que días atrás anunció el cese de actividades en la planta de elaboración de TDI (diisocianato de tolueno).
La marcha por el centro de la ciudad no solo marcó el reclamo por los trabajadores despedidos sino que los ciudadanos también manifestaron la preocupación ante el posible cierre total de la empresa. Este domingo, los empleados comenzaron a enterarse de la decisión empresarial cuando recibieron telegramas de despido vía mail, mientras la industria, que emplea a 375 operarios, tiene sus plantas detenidas y está a cargo de supervisores y de personal jerárquico.
Hasta ayer por la tarde, habían llegado 80 notificaciones de despido y se habían notificado un total de 40 suspensiones hasta nuevo aviso entre el personal de la planta. Según lo informado, la determinación se da en el marco de complicaciones que tuvo para hacerle frente a la competencia de ese producto que brinda el mercado asiático, especialmente China.
Durante la marcha de este lunes hubo reclamos hacia el presidente Javier Milei, pese a que Río Tercero lo apoyó fuertemente en el balotaje, con el 75% de los votos. En ese sentido, el titular del Sindicato de Trabajadores Químicos, Lucas Felici, aseguró: "Los cordobeses no votaron esto. Nadie votó despidos, no a la producción. Todos tenían, de alguna forma, la ilusión de un cambio. Pero este no era el cambio que buscaba la gente y hoy lo estamos demostrando”.
Organizada por el gremio, pero con amplia participación gremial local y provincial, la columna de tres cuadras circuló por el centro de la ciudad exigiendo la reincorporación inmediata de las personas a las que les llegó un comunicado de desvinculación. Los manifestantes también advirtieron que hay 100 más de obreros que pertenecen a las empresas tercerizadas de Petroquímica, que eventualmente también perderían la fuente laboral.
En tanto, Felici brindó un panorama sobre las medidas que están tomando las autoridades empresariales: “La intención es que no entre nadie y cerró los portones. No tenemos claridad cómo sigue esto aún. Apenas llegaron las primeras notificaciones, nosotros obviamente paramos el resto de las fábricas que tenemos agremiadas en el polo químico y comenzamos con las medidas de fuerza”, agregó.
El impacto económico y social es de carácter nacional, no solo por quienes se quedarán sin su fuente de ingresos, sino también por el desabastecimiento de insumos clave para la industria argentina. El TDI se usa en la fabricación de espumas de poliuretano, elastómeros y revestimientos. Sin embargo, el cierre de la planta de Río Tercero obliga a importar este producto, encareciendo los costos y afectando considerablemente a las pymes que dependen de él.
Se espera una reunión este miércoles próximo convocada por el Ministerio de Trabajo provincial para intentar acercar posiciones entre las partes.
Dow Argentina anunció el cierre total de sus actividades en Santa Fe
En tanto, la continuidad de la única planta de producción de poliuretano del país tras la decisión de Dow Química de sustituir la producción local con importaciones de sus plantas en el exterior. En ese contexto, la firma se niega a vender la planta y busca mantener el control del mercado argentino desde el exterior de un insumo básico para diversas industrias del país. La planta está ubicada en Puerto General San Martín, Santa Fe y su cierre afectaría a 120 puestos de trabajo directos que se amplían a unos 600 si se consideran los empleos indirectos vinculados a la actividad.
De esta manera, la decisión de la multinacional norteamericana de más de 60 años en el país obligaría a innumerables industrias locales a importar un insumo básico, incrementando costos y afectando el tejido productivo nacional. "Lo que quiere la empresa es mantener el mercado a través de las importaciones, no dejar que nadie entre al mercado del poliuretano negándose a vender la planta, y así seguir con una posición monopólica, sostener las mismas ganancias y traer el producto de Brasil, lo que no trae ningún beneficio a la Argentina y aumenta la dependencia de productos extranjeros", señaló Mauricio Brizuela, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos (SOEPU).
Asimismo, se alertó que “esto produce un impacto económico, ya no solo por los puestos de trabajo perdidos y su impacto sobre la actividad regional, sino que, en un contexto económico complejo como el actual, donde se lucha por mantener el superávit de la balanza comercial y ser cauteloso con las divisas, el cierre de DOW generaría una demanda adicional de divisas” a la vez que se pierde “una industria que también es clave para la generación de divisas a través de las ventas al exterior”.