Dentro de 48 horas, el próximo domingo 29 de noviembre, los 136.000 vecinos de Río Cuarto mayores de 16 años habilitados para votar, decidirán si el peronista Juan José Llamosas sigue siendo el intendente, o si Gabriel Abrile logra devolverle el gobierno municipal al radicalismo que gobernó hasta 2015.
Los comicios son mirados a nivel nacional por tres razones: Río Cuarto está entre las 25 ciudades más importantes del país; es la primera elección de importancia en plena pandemia y es el primer test electoral desde que Alberto Fernández llegó a la Casa Rosada.
En Río Cuarto, la segunda ciudad en importancia de la provincia mediterránea no hay clima electoral. El duelo atronador por la muerte de Diego Maradona terminó de anestesiar a un padrón que irá a las urnas porque es un deber obligatorio, más que un derecho ciudadano. En plena pandemia, con una cuarentena de ficción, con 9.350 infectados por Covid-19 y 170 muertos en la ciudad, nunca hubo clima electoral y los riocuartenses padecieron la campaña más larga del mundo.
Tal lo estipulado por la Carta Orgánica, el intendente Llamosas quería votar el 29 de marzo, pese a que los infectólogos le sugerían que pospusiera las elecciones por la crisis sanitaria. En esa época, el candidato de la alianza schiarettista Hacemos por Córdoba le llevaba una cómoda diferencia de 15 puntos al radical Abrile de Juntos por el Cambio, el frente de radicales, macristas y juecistas. A fines de enero, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro le dio el apoyo de la Casa Rosada a Llamosas y se sacaron la foto de ocasión en Buenos Aires.
Pero el 19 de marzo, el presidente Alberto Fernández dispuso la cuarentena preventiva y obligatoria y los sueños de fácil y rápida reelección de Llamosas quedaron en suspenso. La fecha de elecciones se pensó en mayo, porque el mandato del intendente vencía el 2 de julio. Pero con la pandemia por el Covid-19 en alza, todo el arco político decidió prorrogar el mandato de todos los funcionarios –intendente, secretarios, concejales y tribunos de cuentas- hasta el 8 de octubre y la realización de elecciones el 27 de septiembre. Los contagios masivos y el creciente número de muertes hizo que las elecciones se pospusieran nuevamente hasta el domingo 29 de noviembre, dentro de dos días.
Una cláusula de la Carta Orgánica Municipal le prohíbe a las autoridades electorales pegar los comicios locales a los provinciales y nacionales para que los votantes sólo valoren la gestión a la hora de elegir intendente. En 2016 votó el 71% del padrón y ahora se espera que, pese a los temores por la pandemia del Covid-19, lo haga el 65%.
Qué dicen las encuestas
Las encuestas del oficialista Llamosas –un conservador que pasó del delasotismo al schiarettismo y tiene el apoyo nacional del Frente de Todos- y del opositor Abrile –un alfonsinista que logró unificar a la UCR y lo apoya la derecha del PRO y el juecismo- vaticinan una alta polarización.
Zuban Córdoba que trabaja para el PJ cordobés desde hace más de una década le da 41,1% al intendente Llamosas y su alianza Hacemos por Córdoba; y muy cerca está Abrile con 36,2%; muy lejos con 7,8% aparece Pablo Carrizo un candidato antisistema que va con el sello PAIS. Los indecisos llegan a 7,9%; y el margen de error es de 4,89%, porcentaje similar a la diferencia entre los principales candidatos.
Desde la oposición, Juntos por Río Cuarto mostró una encuesta realizada por Gerardo Heckman de Test Consultores –no tiene historial de trabajos similares- que le dio a su cliente Abrile 37,4% contra 30,3% del actual intendente Llamosas.
En el comando de campaña de Juntos por Río Cuarto destacan que en las elecciones presidenciales del año pasado, Juntos por el Cambio se impuso ampliamente con 56,18% de los votos y el Frente de Todos llegó al 31,95%, y que “con la candidatura de Abrile vamos a retener gran parte de ese caudal de votos, porque además de ser la misma fuerza política, Abrile representa al riocuartense promedio”.
Mientras que en el búnker del intendente Llamosas también prestan atención a esos números y discrepan: “No hay una transferencia de votos directa. Acá se está evaluando la gestión municipal”, dicen abiertamente y por lo bajo admiten que el carácter conservador del intendente le suma votos que hace un año fueron a la dupla Mauricio Macri-Miguel Pichetto.
La novedad de esta elección municipal es que se realizará en plena pandemia y con un protocolo especial: la Junta Electoral Municipal amplió de 32 a 49 los lugares donde se votará; hay reubicación de votantes para que no deban trasladarse a más de diez cuadras de su domicilio, y sólo habrá 288 electores por mesa.
“Es la única elección importante en pandemia, nuestro protocolo es el ensayo de las legislativas del año próximo. Ampliamos a 49 los centros de votación, 47 escuelas, y en el oeste de la ciudad sumamos el Club Banda Norte y la Vecinal San Pablo. Serán 463 mesas de votación, incluyendo la mesa de extranjeros y las habilitadas para los menores de entre 16 y 18 años que pueden elegir intendente y no están obligados a votar. Tenemos veedores de la OEA, de Defensorías del Pueblo de 10 provincias; y 370 policías asignados al operativo. Imagine que para el Rally Mundial se disponen 250 efectivos y nosotros tenemos 120 agentes más”, explicó Fernando Pérez, a cargo de la Junta Electoral Municipal de Río Cuarto.
Protocolo especial: elecciones con COVID
Pérez le detalló a El Destape que “el protocolo aprobado por el Comité de Operaciones en Emergencia (COE) incluye el uso de barbijo y careta para las autoridades de mesa, uso de alcohol líquido al 70%, alcohol en gel, habrá alfombras sanitizantes en cada mesa de votación y cinco facilitadores por escuela asegurando el distanciamiento social. Además, cada votante dejará su DNI en una bandeja, las autoridades verán sus datos sin tocar la tarjeta. Y el votante tomará sus dos Boletas Unicas de Sufragio (BUS), irá hasta la cabina de votación, elegirá su opción, doblará el voto en cuatro y lo introducirá en la urna. Cada dos horas, un servicio de limpieza pasará por cada mesa de votación a desinfectar el ambiente”.
Además de la elección de intendente, 19 concejales y tres miembros del Tribunal de Cuentas; el domingo los vecinos deberán decidir si aprueban dos enmiendas a la Carta Orgánica Municipal: que las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante comiencen el 1 de febrero, en vez del 1 de marzo como ocurre actualmente; y que se establezca en forma permanente la Junta Electoral Municipal y no se la convoque cada cuatro años.
Los otros candidatos
Además del intendente Llamosas que va por su reelección y de su principal competidor Gabriel Abrile; el domingo también serán candidatos y jugarán para sentarse como concejales otros seis candidatos: Pablo Carrizo, un referente de la antipolítica que hizo muy buena elección hace cuatro años como candidato progresista y feminista; pero viró hacia un discurso de antipolítica derechista y fue denunciado ante la Justicia por su ex pareja por violencia de género, lo que le valió que lo expulsaran de Respeto, su propio partido y lo procesara la Justicia. Ahora compite con el sello PAIS.
La grilla se completa con Eduardo Scoppa, de Riocuartenses por la Ciudad; Guadalupe Fantín, del Frente Izquierda Unidad; Lucía de Carlos, de Nuevo Respeto; Mario Lamberghini, del Partido Libertario y Marcelo Ljubich, de la Unión del Centro Democrático (UCeDe).
Con la paridad entre el intendente peronista Llamosas y el radical Abrile; y la apatía de la ciudadanía, Río Cuarto promete un final abierto que se saldará el domingo desde las 19.30 cuando la Junta Electoral Municipal comience a cargar los datos de los tres circuitos electorales públicamente.