Cuando falta un mes para las elecciones provinciales en Córdoba del 25 de junio, los dos principales candidatos que pugnan por suceder a Juan Schiaretti como gobernador, el intendente Martín Llaryora y el senador Luis Juez plantean una campaña claramente diferenciada: el candidato oficialista se apoya en el caballito de batalla de la obra pública; mientras que su competidor cambiemita cabalga sobre la inseguridad y las fallas en políticas de salud y educación a nivel provincial.
En tanto que el Frente de Todos, la alianza de cristinistas y delasotistas devenidos albertistas, vuelve a presentarse a elecciones provinciales luego de ocho años, esta vez con el sello Creo en Córdoba, que lleva de candidato a gobernador a Federico Alesandri y de vice a la diputada camporista Gabriela Estévez. En 2019, cuando Juan Schiaretti logró su reelección y tercer mandato, el cristinismo cordobés lo apoyó decididamente.
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Los actos centrales por el 25 de Mayo, fueron los últimos que tuvieron a Llaryora como intendente, ya que hoy tomará licencia de un mes para hacer campaña por la Capital –principal bastión del oficialismo- y el interior.
Esta semana, el intendente capitalino dejó inaugurada la ciclovía en altura, una millonaria obra de 1,4 kilómetros de longitud que recorre parte del macrocentro; la nueva iluminación LED en el Arco de Córdoba y la avenida Sabattini, en el acceso sudeste de la ciudad; y el nuevo Parque Bustos en inmediaciones del estadio “Mario Kempes” en el noroeste.
En la localidad serrana de Huerta Grande, el candidato de la alianza schiarettista Hacemos Unidos por Córdoba reivindicó la coalición que incorporó a macristas como Javier Pretto o radicales como Myriam Prunotto, dirigentes que se pasaron sin estructura al oficialismo provincial: “Lo que hemos hecho es una concertación que mejora nuestra propuesta, que amplía nuestro marco de visión y que nos llevará a la modernidad, para sacarnos del odio, de la grieta, de la división”. Y agregó: “Y no es que somos más en el discurso: somos más en espacios de poder real, gestionando realmente. No es casual que la mayoría de los que se están sumando a nuestro espacio tienen experiencia de gestión”.
Las encuestas difundidas por el peronismo cordobesista y replicadas por los medios hegemónicos provinciales dan una ventaja de Llaryora sobre Juez de más de 10 puntos, sin embargo, el schiarettismo perdió a manos de Juntos por el Cambio las cinco elecciones municipales realizadas desde mediados del año pasado:el 11 de septiembre de 2022 triunfó por 17 puntos Sara Majorel (PRO) en Marcos Juárez; el 9 de marzo de este año, el radical Javier Dieminger arrasó con el 71% en La Falda, donde el schiarettismo no presentó candidato; el 27 de marzo en Hernando se impuso el radical Ricardo Bianchini con 51% de los sufragios; y el 6 de abril, el radical Guillermo Cavigliasso logró su reelección como intendente de General Cabrera gracias a la contundente victoria, donde cosechó 77% de los votos.
Mientras que el fin de semana pasado, Juntos por el Cambio le arrebató la intendencia de Corral de Bustos al peronismo de Schiaretti, consagrando al radical José María Odarda como nuevo intendente. Si bien el padrón de Corral de Bustos no tiene más de 8.000 votantes; este triunfo es muy significativo desde lo simbólico: al igual que en Marcos Juárez, el schiarettismo difundió hasta el sábado encuestas donde lo daban triunfador por ocho puntos y terminó perdiendo por 10%; además perdió un municipio propio; y el responsable político en la zona es el ministro de Desarrollo Social, Carlos Massei, uno de los armadores territoriales del gobernador.
Juez, gobernador y ministro
La campaña de Luis Juez corre por dos andariveles: la crítica a la dupla Schiaretti/Laryora por los altos niveles de inseguridad y por la crisis sin solución de áreas esenciales como la salud y la educación; pero además nacionalizando la elección: su victoria es el triunfo de Juntos por el Cambio en el distrito más refractario al kirchnerismo.
El martes pasado, el líder del Frente Cívico presentó su Plan Paz y Seguridad para los Cordobeses, donde resaltó “yo voy a ser el ministro de Seguridad, yo me voy a poner al frente de este programa” y prometió elevar un 50% el presupuesto destinado a seguridad para 2024.
Además, aseguró que “al narcotráfico se lo combate golpeando a los grandes cabecillas de las organizaciones mafiosas, que operan a nivel internacional, con terminales en nuestro país y nuestra provincia; a esos tipos hay que combatirlos, no basta con meter preso al narcomenudista”. Juez señaló que “los altos índices de pobreza e indigencia que se registran en Córdoba, superiores a la media nacional; son caldo de cultivo para que crezca el narcomenudeo”.
El candidato a gobernador de Juntos por el Cambio aprovechó y les pegó al cordobesismo y al kirchnerismo, recordando el amotinamiento policial de diciembre de 2013, cuando la Capital y algunas ciudades del Gran Córdoba fueron asoladas por los saqueos y el entonces gobernador José de la Sota le reclamó ayuda por Twitter al entonces secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni: “Juez como gobernador va a exigir al Gobierno nacional, que todos esperamos será de Juntos por el Cambio, la presencia de las fuerzas nacionales de seguridad en la cantidad y con la intensidad que nos corresponde a Córdoba. Estamos hablando de la Policía Federal, de Gendarmería y de Policía Aeroportuaria. Que nunca más los cordobeses suframos por una pelea entre los peronistas de Córdoba y los kirchneristas a nivel nacional como ocurrió aquella noche del 3 de diciembre de 2013″.
Luis Juez también batalla sobre el malestar creciente en las áreas de salud y educación, por caso, hace dos semanas participó de una asamblea de los trabajadores de la salud en el Hospital Córdoba, uno de los más importantes de la provincia y con mayor nivel de actividad gremial: “Fui al Hospital Córdoba invitado por sus trabajadores, donde escuché viejos reclamos de los equipos de salud, que se repiten en todos los hospitales de la Capital y el interior; que tienen una tremenda legitimidad, teniendo en cuenta la crítica situación laboral y económica por la que atraviesan desde antes de la pandemia. Se llenan la boca diciendo que inauguran obras, pero el sistema de salud está colapsado, la prioridad es el capital humano, y desde hace años, está desatendido, maltratado, ninguneado. Para llegar a fin de mes, tienen que tener más de un empleo”; le dijo Juez a El Destape.
Juntos por el Cambio encargó encuestas que se darán a conocer la primera semana de junio, sin embargo el primer corte que manejan en el búnker de Juez y su socio Rodrigo de Loredo están muy conformes: “Schiaretti es como Milei, las encuestas le dan bárbaro a Llaryora, pero las urnas muestran una realidad completamente distinta. En las cinco elecciones municipales perdieron; en una no presentaron candidato y en otra perdieron siendo oficialismo. En Córdoba se viene el cambio, y anticipa el cambio nacional. La Municipalidad, la Provincia y la nación van a estar gobernadas por Juntos por el Cambio”, detalló un dirigente radical miembro de la mesa chica de Juez/De Loredo. El borrador del muestreo lo da a Llaryora arriba por un punto sobre Juez –un empate técnico-; y a De Loredo 4% sobre el delasotista Daniel Passerini para las elecciones municipales del 23 de julio en la Capital.
Volver a las urnas
El Frente de Todos no la tiene fácil en Córdoba, principal distrito del antikirchnerismo. Esta vez, la alianza de cristinistas y delasotistas reconfigurados en albertistas, presentó Creo en Córdoba, el sello que competirá a nivel provincial con Federico Alesandri como candidato a gobernador y Gabriela Estévez de vice; quiénes también están anotados para ser 1 y 2 en la boleta de legisladores.
Además, el frentetodismo, a diferencia de 2019, competirá por los 70 legisladores provinciales, tribunos de cuentas y presentará candidatos a la intendencia en las principales ciudades como la Capital, donde el miércoles se inscribió la alianza.
Esta semana, en el coqueto Studio Theater, el frente presentó las candidaturas provinciales, donde Alesandri apuntó: “El oficialismo provincial fue muy funcional a Macri, y a una derecha maldita” y reivindicó sus orígenes delasotistas: “Como muchos de los que hoy estamos acá, yo nací en la vida política con la militancia de José Manuel de la Sota, él conocía a cada compañero y compañera dirigente del interior; con un gran desarrollo territorial que nos permitió soportar las derrotas y cuando nos tocó gobernar, transformamos la provincia para siempre”.
Alesandri es intendente de Embalse y es hijo del legislador schiarettista Carlos Alesandri, uno de los armadores del delasotismo en el departamento Calamuchita. La táctica del Frente de Todos apunta a recolectar con su ambulancia a los heridos de la feroz interna oficialista, donde Schiaretti y Llaryora ninguneó a históricos del delasotismo para privilegiar a foráneos sin votos ni territorio como la radical Myriam Prunotto y al macrista Javier Pretto, quienes son candidatos a vicegobernadora y viceintendente de la Capital, respectivamente.
En la grilla de candidatos a legisladores hay delasotistas paladar negro como Olga Riutort, ex esposa de De la Sota y actual directora de PAMI Córdoba y María Josefina Almada. También, en el tercer lugar de la grilla va de candidato Juan Monserrat, líder del gremio docente UEPC y un lugar más abajo, Constanza San Pedro, referente de Juan Grabois en Córdoba.
En 2015, la última elección provincial que jugó el kirchnerismo en Córdoba, sacó el 18% con Eduardo Accastello candidato a gobernador y el humorista “Cacho” Buenaventura como vice. Accastello había sido ministro de Gobierno de De la Sota y actualmente es ministro de Industria y Comercio de Schiaretti. Mientras que Buenaventura fue “la imagen” del Banco de Córdoba (BanCor) y de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) durante los gobiernos de De la Sota.