En la Ciudad de Buenos Aires se encendieron las alarmas por la merma en la recaudación producto de la recesión que generó el plan de ajuste que activó Javier Milei. Si la situación se profundiza, Jorge Macri le advirtió a Luis “Toto” Caputo que en mayo hay riesgo de que las cuentas porteñas entren en déficit. El ministro de Economía se comprometió a compensar esa diferencia con fondos que estén por fuera del reclamo por la coparticipación y por la deuda que arrastra Nación por la falta de cumplimiento del fallo de la Corte Suprema de Justicia.
En cada reunión de trabajo, las autoridades porteñas escuchan de sus pares nacionales la misma frase que el Presidente instaló desde el primer día. “No hay plata”. Cuando se vieron las caras a principios de mes para hablar sobre la coparticipación, según supo El Destape, hubo un encuentro previo y a solas de diez minutos en el que Macri le informó a Caputo que en mayo o junio es posible que los balances entren en déficit.
A diferencia de otras provincias, desde la sede de Uspallata detallaron este portal que en Ciudad todavía no dio esa situación por la política de déficit cero y superávit financiero de los últimos dos años. En momentos de desaceleración de la inflación por desplome del consumo, también bajaron los recursos que las jurisdicciones reciben. "Por la recesión bajan los recursos, pero los gastos son los mismos o mayores", apuntaron desde el gobierno porteño para proyectar una pérdida del equilibrio financiero a fines de mayo o comienzos de junio.
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Hoy la Ciudad logra a base de un impuesto del 8% de Ingresos Brutos sobre Leliqs y pases pasivos un nivel de recursos que iguala el 2,95% de coparticipación que ordenó el máximo tribunal que preside Horacio Rosatti. Caputo se comprometió a compensar el déficit del Tesoro de la Ciudad si los ingresos quedan por debajo de ese coeficiente producto de la licuación de los títulos de deuda sumado a la menor recaudación de IVA y Ganancias.
“‘Toto’, te comprometiste a compensar si estoy abajo en la recaudación de pases y Leliqs”, advirtió Macri a Caputo en tres oportunidades ese día y los funcionarios de ambas administraciones fueron testigos. El pacto excluye el reclamo por el porcentaje de coparticipación y la deuda acumulada por la falta de pago que asciende a 1,2 billones de pesos. Si se cumple lo que dicta la cautelar, en Ciudad prometen que se elimina ese tributo.
Producto de que Nación reconoce el fallo y la deuda, las autoridades de la Ciudad confían en que pagarán algún día, pero duda que pueda ser este año. “Tienen vocación de cumplir, hoy no pueden hacerlo”, explicaron. En el Palacio de Hacienda aseguran que no hay partidas presupuestarias para dar cumplimiento y que el superávit fiscal es una regla.
Pero analizan una alternativa momentánea para dar una respuesta que le permita al gobierno porteño estar más holgados financieramente sin tener lo que le corresponde por coparticipación. Ciudad propuso redireccionar créditos internacionales para realizar obras que Nación no tenga previsto ejecutar y que en territorio porteño se puedan usar para realizar bajo autopista. "Nos aliviaría financieramente, pero la deuda se sigue devengando", describió un funcionario porteño.
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El conflicto por la coparticipación comenzó en 2020 cuando por quitas de un decreto de Alberto Fernández y una ley se quitó 2,1% de esos recursos por lo que la dejó en 2,1%. En diciembre de 2022 una medida cautelar dictada por la Corte Suprema le reconoció a la Ciudad un coeficiente del 2,95% y estableció que ese dinero se tenía que girar diariamente a la Ciudad. Esa diferencia nunca se liquidó por lo que en la sede de Uspallata detallaron: “Desde esa fecha hasta marzo de este año, la Ciudad dejó de percibir 522.114 millones de pesos que, actualizado con intereses, llega a 1,2 billones de pesos”.
En paralelo a esta discusión se trabaja en avanzar con la transferencia de bienes e inmuebles que Nación tiene en la Ciudad. Tanto aquellos que generan ingresos como la IGJ y la estación de Retiro, como otros que tienen que ser reactivados. Tal es el caso del terreno donde se alojaba el Mercado de Hacienda, que pasó del barrio de Mataderos a Cañuelas. “El predio está vacío, no perciben nada y nosotros gastamos para que no lo ocupen”, ejemplificó una autoridad porteña que se sienta en la mesa de negociación para graficar lo que definió como una muestra de “estado ineficiente”.
Por el momento, Macri elige no elevar la confrontación con el Gobierno nacional, es decir, con Milei. Prioriza todavía el vínculo político que a su entorno de confianza asegura que es “muy bueno”. Eso sí, en Uspallata avisan: “Van a tener que definir cuánto tiempo más incumplen”. Hay paciencia, pero se agota.