La dispar distribución de las tareas de cuidado es uno de los pilares en torno al cual se construyen otras desigualdades. Limpiar la casa, preparar la comida, hacer las compras, cuidar a los hijos e hijas, coordinar horarios de escuela, de los médicos y otras actividades impiden, muchas veces, que las mujeres puedan estudiar, trabajar, desarrollarse profesionalmente e incluso tener tiempo para ellas. Por eso, después de la sanción de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, lograr la igualdad en ese ámbito será tema de agenda. Un objetivo en el que se comenzó a trabajar a fines del año pasado y que será materia de debate en el 2021 para que deje de ser un tema familiar y pase a ser una cuestión social, con responsabilidad del Estado. Se trata, una vez más, de garantizar igualdad de oportunidades a todos.
El trabajo empezó el 5 de noviembre de 2020 cuando la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta, encabezó la primera reunión de trabajo de la Comisión Redactora del anteproyecto de ley para crear un Sistema Integral de Cuidados con Perspectiva de Género con el objetivo de convertir un asunto que por tanto tiempo fue considerado “privado, familiar y femenino” en un asunto público, social y de todos los género.
En ese momento, la ministra destacó que el 2020 visibilizó la desigual organización social de los cuidados, su impacto en términos de género y de clase. “No hicimos más que transformar en política pública una demanda creciente de los movimientos de mujeres y de la diversidad”, sostuvo y argumentó: “Creemos que la desigualdad en los cuidados está en la base de la desigualdad de género y es por eso que esta temática tiene que ser abordada con una perspectiva feminista. Una visión global que abogue por la igualdad de género en esta esfera”.
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El proceso será largo y acarreará mucho trabajo, al igual que el proyecto de aborto legal, seguro y gratuito. No sólo implicará la sanción de una ley sino también la lucha contra poderes establecidos hace siglos y la necesidad de lograr un cambio cultural y social profundo. Para lograrlo, se definieron cuatro aspectos clave para llegar, ocho meses más tarde, a la presentación del anteproyecto de ley final.
Lucía Cirmi Obón, directora Nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, detalló a El Destape los ejes en los que se centran los trabajos hacia la igualdad. El primero es la construcción del Mapa Federal del Cuidado, para identificar los espacios públicos y comunitarios de cuidado así como los espacios de formación en cuidados. Esto, explicó, “está conectado con la cuestión de los hogares. Este año quedó en evidencia la desigualdad. ¿Qué hacen los Estados para disminuir esa desigualdad? Lo que hacen es que pase a ser una cuestión pública, que haya estructuras y pase a ser una responsabilidad del Estado”.
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Frente a una diversidad de necesidades y situaciones es necesario desplegar una batería de opciones, enfatizó. “Hoy toda la sociedad cree que es una responsabilidad de la familia y, dentro de las familias, de las mujeres. Las familias de ingresos medios y altos tienen dinero para contratar espacios de cuidado infantil, para contratar una trabajadora de casa particular y pueden seguir trabajando normalmente. Pero las más pobres no pueden hacer una cosa ni la otra y las mujeres se quedan en los hogares dependiendo económicamente del resto de tu familia”, muchas veces de una persona violenta. “Esta agenda es de justicia social porque algo que es un privilegio para un grupo de mujeres, tiene que ser un derecho para toda la sociedad. Necesitamos que el cuidado deje de ser una cuestión familiar para que sea de toda la sociedad”, resumió. Más allá de eso, seguirán relevando lo que pasa dentro de cada casa “pero la respuesta estatal tiene que ser con mensajes claros y servicios públicos de cuidado”.
Por eso, el mapa servirá para saber dónde hace falta construir esos nuevos servicios de cuidado ya que hoy, por ejemplo, es casi imposible encontrar espacios de primera infancia para dejar a los hijos de menos de dos años y salir a trabajar o estudiar.
El segundo eje está conformado por una mesa interministerial que ayudará a definir dónde y qué tipo de espacios o servicios son necesarios. Desde un apoyo a domicilio, la necesidad de ir a un lugar fuera de la casa o transformar el espacio público para poder transitar con personas que están bajo el cuidado de otra. Todas estas acciones están complementadas con el tercer aspecto: un trabajo en territorio de la Campaña Nacional “Cuidar en Igualdad” con recorridos por todo el país. Finalmente, se arribará al cuarto, la mesa redactora del anteproyecto de ley.
El objetivo, dijo Lucía, es construir como los feminismos. Desde abajo, con todos y colectivamente. Por eso ya se reunieron con centrales sindicales, lo harán con la primera infancia, personas mayores, organizaciones de la discapacidad y de la sociedad civil en general para lograr un cambio de paradigma. “Los varones son igualmente responsables en el cuidado porque tiene beneficios para ellos mismos”, remarcó.
La diputada nacional del Frente de Todos Mónica Macha le dijo a El Destape que “la agenda de cuidados es prioritaria y es una buena noticia que nuestro gobierno tome la iniciativa desde el Ejecutivo". Y en ese sentido, ahondó: "Necesitamos darle un marco legal, una regulación y una fuerza de derecho laboral a un trabajo históricamente precarizado. La pandemia demostró el rol clave que ocupan las tareas de cuidado, su peso específico en la organización familiar y social, e incluso su importancia en el PBI y el aporte que hacen a la economía”.
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Por eso, Macha analizó que es necesario “avanzar en dos sentidos: por un lado terminar con la informalidad y darle una regulación y protección a las cuidadoras domiciliarias, esto es avanzar en reconocer su práctica y darle el lugar que injustamente les ha sido negado. Pero, por otro lado, también necesitamos avanzar en un cambio cultural hacia una distribución más justa de las tareas de cuidado hacia el interior de los esquemas familiares. Son dos líneas de una misma agenda. El reconocimiento del Estado y la transformación cultural”.
Sobre esto, explicó que a veces se trata “de esquemas familiares que incluyen personas con discapacidad o adultos mayores, situaciones que hacen muy difícil una corresponsabilidad justa. Creo que ya pueden verse algunos signos de cambio con las nuevas generaciones, con las nuevas formas de maternar y paternar, más horizontales, menos machistas, de un acompañamiento mutuo. Al fin de cuentas, la pregunta por la agenda de cuidados es desmontar un pilar del patriarcado”.
Uno de los hombres que se refirió a esto fue el diputado nacional por el oficialismo, Itai Hagman. Lo hizo durante su discurso en el debate por la Interrupción Voluntaria del Embarazo, cuando explicó que uno de los pasos para avanzar hacia la igualdad está vinculado a la paternidad y los tiempos que los varones tienen para acompañar a sus recién nacidos y sus compañeras tras el parto. “Es fundamental que la legislación argentina tome nota de la responsabilidad que los varones debemos asumir en las tareas del cuidado. Incluso creo que no solo traería más igualdad en ese ámbito sino que también puede traer más igualdad en el ámbito laboral, mercado que todavía es muy injusto con las mujeres", sostuvo.