Las dudas de la oposición dialoguista frente al veto de Javier Milei

Hay miradas posadas sobre al menos tres radicales y algunos legisladores de Innovación Federal. El PRO, una clave para el Gobierno, todavía no definió la postura y amenaza con votos en contra y ausencias.

04 de octubre, 2024 | 00.05

“Hay que ser cautelosos”, se advirtió desde Diputados a menos de una semana de una sesión histórica. El miércoles, se intentará nuevamente aprobar la ley de financiamiento universitario, y el mapa de apoyos muestra un amplio respaldo opositor al presupuesto educativo. La UCR, Encuentro Federal, la Coalición Cívica, Por Santa Cruz, el Movimiento Popular Neuquino y Unión por la Patria solicitaron una sesión en el recinto para rechazar el veto de Javier Milei. Si todos estos espacios asistieran sin fisuras, se podría garantizar un mínimo de 157 votos. Sin embargo, nada es tan predecible.

En este contexto, es necesario considerar los votos de Innovación Federal, que cuenta con ocho diputados de Salta, Misiones y Río Negro. Tres de ellos, provenientes de Salta, apoyarían la ley. La duda recae sobre los otros cinco. Si todos se unieran a la ola opositora, el umbral para rechazar el veto subiría a 165 votos, pero esto aún no está claro.

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Dentro de la UCR, que cuenta con 33 miembros, surgieron algunas incertidumbres. Por su actuación ante el veto a los jubilados, los diputados bajo observación son Mariano Campero, Luis Picat, Federico Tournier, Martín Arjol y Pablo Cervi. A priori, aunque no se descarta un voto unificado por parte de los radicales, los tres primeros podrían votar a favor del gobierno, mientras que los otros dos podrían ausentarse. Durante la votación de la media sanción, Arjol y Cervi votaron a favor del financiamiento, mientras que el resto estuvo ausente.

Excepto Tournier, que no es afiliado, los diputados mencionados fueron suspendidos preventivamente del partido. Para su expulsión de la UCR, se barajan dos motivos principales: presentarse en una boleta no avalada por la Convención, o actuar en contra de los principios del partido, lo que encajaría en este caso. De continuar votando a favor del gobierno, se acumularían más pruebas para el juicio que se lleva a cabo en el Tribunal de Ética de la UCR, donde ya se investiga el futuro de estos dirigentes dentro del partido.

En la UCR apuestan a consolidar los votos de sus miembros. En esa misión, el partido convocó "a sus diputados y senadores nacionales a que insistan con la aprobación de la Ley de actualización presupuestaria de las Universidades públicas". Una postura que, se detalló, está inscrita "en los lineamientos de la Mesa Nacional que el pasado 25 de septiembre aprobó un documento en que se instó a los bloques parlamentarios nacionales a que `sostengan esa postura, estén presentes en el recinto y voten en contra del anunciado veto del Presidente`". Una forma de anticipar que habrá consecuencias para quienes decidan no hacerlo.

El legislador porteño radical Francisco Loupias también expuso la situación en redes sociales, subrayando el difícil escenario salarial, con muchos trabajadores por debajo de la línea de pobreza, y la importancia de la educación pública como herramienta de ascenso social, pidiendo preservar “lo que funciona”. “Horas después de la marcha, de manera absolutamente reaccionaria, el gobierno (Milei) decidió vetar la ley, burlándose de miles de estudiantes y de los millones que marchamos en todo el país. DIPUTADOS NACIONALES, NO TRAICIONEN A LOS CIUDADANOS QUE PRETENDEN REPRESENTAR”, exclamó Loupias, dirigiéndose principalmente a los propios.

Para la oposición, la mejor estrategia sería que los diputados indecisos se ausentaran de la votación, algo que también busca la Casa Rosada. El oficialismo apuesta por que falten varios diputados con intención de insistir en la ley, y un legislador anticipó que podría haber numerosas ausencias. “El gobierno es más especulador de lo que pensábamos”, comentó.

La Libertad Avanza, ante la dificultad de reunir los votos necesarios para mantener el veto con un tercio de los legisladores, se enfoca en evitar que la oposición alcance los dos tercios de los votos emitidos. Sin embargo, una de las claves será la postura del PRO. Álvaro González, larretista que estuvo ausente durante la primera votación, marchó en defensa de las universidades y se espera que vote en contra del veto. “Lo único que te saca de la vulnerabilidad es el acceso al conocimiento. En nuestro país, la educación pública siempre fue un derecho”, afirmó.

Otro miembro del PRO, Héctor Baldassi, quien también se ausentó en la primera instancia, declaró estar convencido de que “lo único que te saca de la vulnerabilidad es el acceso al estudio y al conocimiento, especialmente en el nivel universitario. Hay que hacer eficientes los recursos, controlar y mejorar, pero la prioridad debe ser el financiamiento de la educación superior”.

Los otros dos ausentes en agosto fueron Sabrina Ajmechet, profesora de la UBA, y Emmanuel Bianchetti, diputado misionero. Ninguno de ellos se pronunció públicamente sobre el tema. Según fuentes del PRO, la decisión se tomará en bloque, aunque algunos especulan que, además de votos en contra del veto, podría haber ausencias.

Las posiciones dentro del bloque están sobre la mesa, pero aún no se definió una postura final. El objetivo es actuar de la manera más organizada posible ante una votación que los coloca en una situación incómoda: defender la educación pública, pero también apoyar al gobierno y su plan económico.

En una reunión con Senadores, se abordó el tema y si bien Mauricio Macri dijo que el partido está a favor de la educación pública, también se sostuvo que esta ley no promociona la transparencia. No quieren "despilfarrar" dinero sin un objetivo claro o una transparencia marcada. Según se explicó, esta posición iría en línea con la adoptada frente a los fondos de la SIDE. El veto pende de un hilo y la división en tierras amarillas es total. A diferencia de lo ocurrido con los jubilados, acá la discusión se planteó más profunda.

Milei se volvió muy dependiente del PRO. De los 87 diputados que respaldaron el veto a los jubilados y fueron invitados a un asado en Olivos, asistieron menos de ochenta. De los 38 miembros del PRO, 25 asistieron, y solo uno de los cinco radicales que apoyaron el veto se unió. Si el PRO no logra sumar suficientes votos para apoyar el veto, el gobierno podría enfrentar serios problemas. Según lo anticipado desde las filas del PRO, en la próxima reunión del bloque, el martes, se definirá una postura con el objetivo de alcanzar el mayor consenso posible.