Con impulso del Frente de Todos y casi todas las bancadas opositoras, con excepción de Juntos por el Cambio, la Cámara de Diputados debate cómo continuará el formato de sesiones. El macrismo, por su parte, prepara otra insólita "travesía por la democracia" para ir de forma presencial al recinto y hasta amenaza con judicializar la sesión.
Aún no hay acuerdo, y ante la rebelión de JxC que amenazó con boicotear el acuerdo del oficialismo con el resto de la oposición para sesionar de forma remota, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, decidió cederle el recinto a la bancada presidida por Mario Negri para que pueda participar presencialmente. A pesar de tener diputados que son grupos de riesgo, y que abrir el recinto implica movilizar a varias decenas de trabajadores del Congreso a un espacio cerrado en plena pandemia de coronavirus, la oposición más dura se apresta a ir al recinto y hasta denuncia un "golpe" de Massa, presidente de la Cámara Baja.
Por ahora, se mantienen las posturas iniciales: Juntos por el Cambio quiere sesiones presenciales para temas controversiales, y el resto está de acuerdo en continuar con las mixtas, según pudo saber El Destape.
Inclusive, la Asociación del Personal Legislativo, gremio principal de los trabajadores del Congreso, manifestaron su rechazo a la intención de Juntos por el Cambio y hasta advirtieron que van a exigirle hisopados a todos los diputados que vayan a ir al recinto.
En declaraciones televisivas, Massa confirmó que en conjunto con los bloques minoritarios de la oposición que abonaron el acuerdo de renovar el protocolo de sesiones remotas, tomaron la decisión de "dejarles el recinto a los diputados de Juntos por el Cambio que quieran debatir de manera presencial" en la sesión convocada para este martes a las 13:00.
"Les acabo de mandar el protocolo", ratificó el ex intendente de Tigre, que convocó a la comisión de Labor Parlamentaria a las 11:00 para allí ratificar el acuerdo para renovar el protocolo vencido, según pudo saber NA de altas fuentes parlamentarias del oficialismo.
Durante la sesión, se abordará una agenda de consenso: el proyecto que crea un régimen de promoción turística y gastronómica para paliar la emergencia económica de estos sectores, y otra iniciativa para endurecer las sanciones a la pesca ilegal. "Remoto o presencial, que sesionen como quieran, pero que les den a los actores, a los operadores turísticos y a los mozos de restaurantes la ley, porque esa gente no puede esperar y el Estado tiene que estar ahí invirtiendo", lanzó Massa.
Ante el avance del Frente de Todos con sus socios parlamentarios a fin de sesionar de forma remota, Juntos por el Cambio, que alegaba que eso no podía hacerse ya que el protocolo estaba vencido desde el 7 de agosto, decidió mover sus fichas para romper ese acuerdo e imponer sus propias reglas.
"Caravana por la democracia" e intento de judicialización
En pie de guerra y con un contragolpe sorpresivo, anunció que sus diputados viajarían en caravana desde las provincias para concurrir presencialmente a la sesión, jugada que encendió las alarmas del oficialismo, ya que una concentración de legisladores por encima de la recomendada (de aproximadamente 45) en el recinto podría comprometer la seguridad sanitaria en medio del pico epidemiológico.
Según estiman en Juntos por el Cambio, serían 100 los legisladores de ese interbloque que ocuparían bancas en el recinto, una cifra muy superior a los 45 de las sesiones anteriores. Más allá de que la agenda de temas a tratar no sea conflictiva (de hecho JxC había intentando que se trataran en la sesión anterior), todo está dado para que la sesión se inicie con escándalo.
Sucede que al desconocer la legitimidad del acuerdo entre el Frente de Todos con algunos bloques opositores para prorrogar la virtualidad, se espera que Juntos por el Cambio siente a sus diputados en el recinto (lo que le serviría para argumentar que tiene vocación de debatir) y al no reunirse el quórum con el recuento tradicional de legisladores presentes en las bancas, podría alegar que la sesión es inválida y por ende retire a su tropa del lugar.
"Ellos están queriendo obturar la sesión, que no haya sesión. Por eso reeditan la ´travesía por la democracia´ que habían hecho hace unos meses. Vienen a hacer un show, violando la medida de aislamiento social, preventivo y obligatorio en un lugar cerrado, exponiendo no sólo los legisladores que sería lo de menos porque somos esenciales sino también a los trabajadores de la casa", advirtió en diálogo con NA la diputada nacional y secretaria parlamentaria del bloque Frente de Todos, Cristina Álvarez Rodríguez.
La decisión de Juntos por el Cambio contrasta con la postura que había tomado el abril pasado cuando firmó el protocolo de sesiones remotas, en el entendimiento de que podía comprometer la salud tanto de los legisladores como del personal legislativo. Ahora que el cuadro de situación epidemiológica empeoró a niveles críticos, tomaron la decisión inversa, lo cual sólo se explica por el cambio en el escenario político: en pocos meses el clima político entre oficialismo y oposición pasó de la serenidad y la legitimidad multipartidaria para avanzar con medidas restrictivas, al re ensanchamiento de la grieta de la mano de un agotamiento social de la cuarentena.