Jubilaciones: si veta la ley, Milei pone en riesgo la relación con los dialoguistas

Los bloques van a ingresar en una etapa de análisis profundo de cada tema, sin darle un cheque en blanco al gobierno pero sin "hacer kirchnerismo". Confían en que Milei no podrá vetar la ley por tener los votos para insistir con ella en el parlamento.

06 de junio, 2024 | 00.05

El presidente reafirmó que vetará cualquier ley sancionada por el Congreso que, a su criterio, complique la persecución del déficit cero. Los mensajes no se hicieron esperar y llegaron por las redes sociales, casi como una advertencia, para que Javier Milei sea consciente de que, ante la debilidad parlamentaria del oficialismo, no va a poder voltear la nueva movilidad jubilatoria. Una anticipación de lo que podría ser una nueva alianza opositora, aún mayor que la conseguida en la madrugada del jueves.

En defensa de la institucionalidad, la Constitución y del Congreso, cuya existencia corre riesgo si el Ejecutivo decide rechazar todo lo sancionado por los legisladores, vapuleados desde que Milei llegó al gobierno, hay confianza en la oposición dialoguista. Consideran, después de la media sanción y los planteos presidenciales, que cuentan con los dos tercios de los votos de los presentes para rechazar el veto de la Casa Rosada e insistir con la ley.

En el Senado, el debate no se instaló ni por asomo. Martín Lousteau celebró que se haya conseguido la aprobación en Diputados y pidió una acción similar para la Cámara Alta, pero los representantes de las provincias están concentrados en trabajar la ley Bases y el paquete fiscal que podrían tratarse en el recinto la semana que viene.

Muchos dialoguistas firmaron los dictámenes en disidencia, lo que prolongó la instancia de negociación con el gobierno al tiempo que habilitó la posibilidad de convocar a una sesión. Esas observaciones opositoras hacen que el oficialismo no tenga asegurados los votos, aunque se descuenta que habrá una aprobación en general.

La agenda en el Senado todavía no abarcó la nueva movilidad jubilatoria y cada uno tiene sus propios intereses. Por ejemplo, el halcón mendocino, Rodolfo Suárez, presentó un proyecto de ley para legitimar al conviviente en las sucesiones intestadas. Para el hombre de Alfredo Cornejo, la legislación actual reconoce, en la convivencia, muchos derechos y deberes, pero en forma limitada y con diferencias frente a la organización matrimonial, con impacto claro en el derecho sucesorio.

Si bien la Cámara Alta está sumergida en otro debate, cuando Milei avance con los vetos va a encontrar resistencias en todo el Congreso. La ley Bases y el paquete fiscal se van a “salvar”, como se dijo desde un bloque dialoguista, porque el rechazo a una ley, desde Casa Rosada, llegaría una vez sancionados los proyectos del gobierno. Como se dijo, el Senado tratará estos textos antes que cualquier otra cosa.

Salvo el PRO, los bloques dialoguistas no tienen una relación cercana con el gobierno. Por eso, se estima que las cosas no van a cambiar demasiado una vez que el presidente comience a vetar leyes sancionadas. Desde la UCR se aventuró la continuidad de una relación tirante, algo que no se vio hasta la votación de las jubilaciones pero que, según se estima, empezará a repetirse en el tiempo.

Los radicales quieren analizar tema por tema, no buscan “hacer kirchnerismo”, oponiéndose a todas las iniciativas, pero sí rechazar las que consideren impropias y acompañar las percibidas como acertadas. Más allá del acuerdo político alcanzado para la movilidad jubilatoria, los boina blanca no quieren quedar pegados a Unión por la Patria, aunque seguramente haya más coincidencias a futuro, ahora que se rompió la barrera que impedía votaciones conjuntas.

El problema llegará, para el presidente, si profundiza la actitud confortativa. Muchos dialoguistas se van a cansar (aún más), acotando el alcance de su voluntad. La sesión por las jubilaciones fue, en gran medida, una respuesta a ese porte del gobierno. Más allá de que nadie quiere pagar el costo de ajustarle a ese sector, también hubo un poco de bronca por el incumplimiento de varias promesas y el envío de recursos a provincias, según se confió desde el parlamento. Por eso, varios ya se mostraron cansados con la postura oficialista.

“El Gobierno tiene que saber que el vinculo entre los Poderes Ejecutivo-Legislativo” necesita de “una relación continua, no episodios aislados donde siempre (La Libertad Avanza) se lleva lo que quiere”, sostuvo una fuente dialoguista. Claramente, se le envió un mensaje a la Casa Rosada para recordarle su desventaja numérica, aún con su extensión gracias al PRO.

Nicolás Massot, en su alocución, resumió la posición de Hacemos Coalición Federal frente al gobierno. El bloque es muy heterogéneo y hay posturas más combativas que otras, como las socialistas. Dentro de esa complejidad, el diputado planteó acompañar el rumbo del gobierno poniéndole un límite a los excesos que puedan cometer durante la gestión, como hacer que los jubilados paguen el déficit en lugar de eliminar regímenes fiscales especiales, una demanda de este sector.

Bajo esta óptica, y con el dato de que ya no les importan los agravios que pueda arrojar el presidente (algo que, al parecer, se extendió a varios bloques), Milei tendrá más complicada la negociación, profundice o no su enfrentamiento con el Congreso. Habrá votaciones en las que tenga más acompañamiento y otras en las que no. “Al menos cuatro Bloques que votaron la ley Bases respaldaron esta medida”, lanzó el radical Alejandro Cacace en X, sobre jubilaciones, lo que grafica bastante bien la actitud que adoptarán los dialoguistas. Un poco y un poco.

La misma posición adoptó la Coalición Cívica, entendiendo que la función del Congreso es la de cooperar con el gobierno, acompañando lo que se crea que es correcto y rechazando lo que no. Por lo tanto, el vínculo continuaría en el mismo tono que hasta ahora.

Habrá que ver el impacto del humor social en esos posicionamientos dialoguistas. Si la población empieza a cansarse y el apoyo al presidente ya no es tan fuerte, las decisiones de los legisladores también podrían acomodarse a los nuevos vientos. Lo que si se descuenta es que, una vez aprobada la ley Bases, muchos comenzarán a soltarse un poco más, porque hay quienes no pueden, de momento, cargar con el peso de no darle la primera ley al presidente.

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