Las diferencias dentro del radicalismo quedaron expuestas una vez más. O dos veces más. La fallida sesión en Diputados para tratar una nueva fórmula de movilidad jubilatoria dejó en claro la existencia de dos sectores bien diferenciados, uno apegado al comunicado de la UCR, más orientado a cierta rebeldía frente a los avances del gobierno nacional. Otro, que participó de otro texto, con más vocación de negociar.
Cinco diputados del radicalismo bajaron al recinto para colaborar con el quórum que, finalmente, no se alcanzó para habilitar la sesión pedida por Hacemos Coalición Federal. Facundo Manes, Pedro Galimberti, Marcela Coli, Fernando Carbajal y Pablo Juliano fueron los que decidieron hacer caso al segundo punto planteado en el comunicado del Comité y la Convención, el de la recomposición de ingresos a los jubilados.
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“Nosotros acordamos defender a los jubilados. Era una sesión para poner de relieve la dura situación que atraviesan”, se dijo desde este sector. Los 29 restantes no acompañaron esa decisión y se apegaron a la posición del bloque, definida el lunes, de pedir la conformación de la comisión de Previsión Social para avanzar desde el casillero cero.
La comisión quedó presidida, en forma temporal, por Karina Banfi, la vice del bloque de la UCR en Diputados. Todo un gesto del gobierno para, frente a la necesidad del número y los reclamos boina blanca, intentar frenar los inconvenientes a futuro. La lección del resto de las autoridades se hará mañana, luego de un cuarto intermedio, junto al avance de un plan de trabajo.
Fernando Carbajal, uno de los que aportó al quórum, lanzó un duro mensaje en redes sociales. Para él, ante el fracaso de la primera reunión de la comisión, que no pudo ni terminar con la nómina de autoridades, la solución era estar presentes en el recinto. Una clara oportunidad perdida por su bloque.
Según explicó Banfi, el grueso de la UCR no bajó al recinto porque no había necesidad de apurar al gobierno con la conformación de comisiones al encontrarse, aún, en el momento del calendario en el que se suelen armar esos órganos. Por lo tanto, los esfuerzos estuvieron concentrados en la constitución de la comisión de este miércoles.
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Sin embargo, la sesión, aún cuando no pudo desarrollarse, dejó algunos mensajes importantes. En primer lugar, expuso al gobierno en su nulo interés por resolver el problema que sufre el poder adquisitivo de los jubilados al no abordarlo de inmediato. En segundo lugar, le advirtió al oficialismo que la oposición puede unirse para aprobar o rechazar proyectos si se lo propone. Hubo momentos en los que se llegó a más de 120 diputados en sus bancas, aún con todos los problemas climatológicos para llegar en avión desde las provincias. Finalmente, le generó una sensación de incomodidad a La Libertad Avanza, que no gusta de los momentos molestos.
Pero la UCR también se generó, a sí misma, una dinámica fastidiosa. Por ahora, los diversos ecosistemas conviven con las diferencias profundas que ya se manifestaron, pero seguramente habrá reacomodamientos políticos para ubicar a quienes estén más próximo a una opción de centro y a quienes elijan el camino de negociar con la extrema derecha.
Diputados del norte firmaron un comunicado en respuesta al publicado por el Comité – presidido por Martín Lousteau – y la Convención – comandada por Gastón Manes -. “No es necesario "instar" (apretar o urgir la pronta ejecución de algo)”, sostuvieron al responder los planteos de los órganos máximos partidarios.
Los radicales Malbec están enojados. Se acusa que Lousteau no consulta, que las reuniones son virtuales y que por eso se generan estos inconvenientes internos. Como ya contó El Destape, para algunos que recibieron de mala gana ese texto, la posición del partido no dijo nada. El primer punto del contra-documento va en ese sentido: “Consideramos innecesario que se pida el cumplimiento de la Constitución; en nuestra asunción juramos por la Constitución”. Como si se tratara de una obviedad.
La interna, detonada por el DNU
También remarcaron que la garantía de autonomías provinciales o el reaseguro de la educación pública están en la Carta Magna, por lo que no sería necesaria una proclama en su defensa. Respecto de las jubilaciones, remarcaron que el Ejecutivo “debe -imperiosamente- presentar un presupuesto para poder alcanzar los cambios; y que estos cambios sean sustentables”.
La diferencia máxima llegó con el posicionamiento frente al tratamiento del decreto de necesidad y urgencia 70/2023. “Es necesario aprobar el DNU del Gobierno nacional y profundizar aún más la modernización laboral y sindical de nuestro país”. Todo un gesto a horas de un debate clave en el Senado que, eventualmente, tendrá que llegar a Diputados. En esa misma línea también fue Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza, que, según difundió el ministro Guillermo Francos, le dio su apoyo al decreto.
Después de horas de incertidumbre, escraches públicos y una carta presidencial amenazando a los senadores con hacer naufragar cualquier negociación con los gobernadores de rechazar el DNU, el debate mantuvo su vigencia y hay mucha expectativa. Según confió una fuente PRO, que conversará su posición en la previa a la sesión, el comunicado de Javier Milei no cayó bien. Enojó más que lo que acobardó.
Martín Lousteau, una de las personas más miradas por estas horas, confrontó directamente con el presidente vía redes sociales y en un acto en CABA lanzó un título sugerente: "La única manera de honrar a los próceres de nuestro partido es teniendo el coraje que ellos tuvieron y mostrando carácter", en línea con el comunicado que generó revuelo. Los radicales se reunieron el miércoles a la noche. Como en el macrismo, podría haber votos en distintos sentidos.
Además de estos debates, los diputados del norte que acompañaron el texto que le redobla la apuesta al comunicado de la UCR, también decidieron poner otras cuestiones sobre la mesa: la disminución, hacia la eliminación, de los derechos de exportación; propiciar la transparencia en todos los estamentos del Estado; trabajar en la baja de los gastos tributarios nacionales, provinciales y municipales; instar a la presentación del Presupuesto Anual.
El documento llevó las firmas de los diputados radicales Luis Picat (Córdoba), Martín Arjol (Misiones), Alfredo Vallejos (Corrientes) y Mariano Campero (Tucumán). El riesgo de estos desencuentros radica en que la conducción partidaria no tenga, en un futuro, eco en el Congreso y algunos gobernadores.