La senadora de Río Negro por el Frente de Todos, Silvina García Larraburu, era una de las tantas legisladoras que se encontraban en la duda con respecto a la votación por la despenalización y legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Tras la media sanción de la Cámara de Diputados, ahora la iniciativa se debate en el Senado y la legisladora no dudó en mostrar en su discurso su postura a favor del Aborto Legal, Seguro y Gratuito. "Voto por una mujer libre", remarcó.
En un emocionante discurso, la representante rionegrina decidió ejemplificar con un caso real: "Quiero contarles una historia real, la historia de Marina. Se enfrentó a una situación crítica, como la de tantas mujeres. Se esfuerza en su trabajo, se compromete con sus estudios, quiere progresar como persona. Tiene sueños, metas y objetivos. Por descuido, quizás, imprudencia o ignorancia, queda embarazada. En sólo un instante, todo se le derrumba. Su vida se estremece, se siente sola y desamparada. Sus creencias, valores, su profunda fe chocan de frente con el futuro que había previsto para su vida". Y agregó: "Marina siente mucha culpa, el miedo la paraliza, en su sentir más profundo cree que puede existir en el futuro un castigo divino. Un castigo que le impida tener hijos y formar una familia. Lo que no encuentra es amor, comprensión. Nadie la entiende, nadie la protege. Sabe que el problema es sólo de ella".
Apuntó contra el patriarcado, diciendo que las mujeres deben demostrar constantemente que son "aptas" y declaró que "siempre rendimos examen ante la mirada masculina de la sociedad y del poder". Pensando en el futuro, manifestó: "Estamos atravesando un cambio de paradigma y este cambio lo lideran y protagonizan las luchas feministas y ambientales. Comprendí que nada puede detener el avance de la historia y la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo es la demanda de las nuevas generaciones. Todas las leyes que ampliaron derechos fueron resistidas por algunos sectores, en su momento se dijo que las mujeres no teníamos preparación para votar y que el divorcio iba a ser el fin de las familias. Todas estas predicciones tuvieron un único motivo oculto: evitar lo que la mujer libre significa".
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Si bien durante la votación del 2018 se mostró en contra, Larraburu remarcó: "En este tiempo comprendí que más allá de mi postura personal o mi sistema de creencias, estamos ante una problemática que requiere un abordaje político y público. En este sentido, la propuesta que desarrolla nuestro gobierno es integral y superadora que dialoga de frente con el Plan de los Mil Días. El Estado se hace presente en ambas iniciativas". Y agregó: "Con esta ley visibilizamos algo terrible que ocurre y ocurrió siempre. Lo hacemos sin discriminar, valorando y sin discriminar a la mujer, respetándola. Las mujeres podrán decidir, dejar la clandestinidad y actuar de manera segura".
Cerrando con el caso real de Marina, muy emocionada y al borde de las lágrimas, la senadora del FdT expresó: "El final de la historia de Marina es diferente a lo que imaginamos. Ella tenía sus ahorros, pudo pagar una operación clandestina que de milagro salió bien. Marina lloró, Marina se deprimió, se levantó y siguió. Formó una familia. Marina no olvidó y la tristeza la visita de vez en cuando, porque toda decisión siempre tiene un costo. Conocemos miles de casos de mujeres que no han corrido la misma suerte y que han muerto o han perdido su capacidad de procrear. Marina sigue con su fe intacta y no se atreve a juzgar a otra mujer porque sabe que solamente quien estuvo en sus zapatos, puede entender lo que se siente".
También remarcó que "Marina cree en Dios, cree en un Dios verdaderamente misericordioso" a pesar de haber abortado hace un tiempo y sostuvo: "Hace dos años me encontraba en este recinto sosteniendo una posición diferente a la de hoy, las cosas cambiaron. Aprendí mucho en este tiempo, siento que haber transitado por los dos pensamientos y emociones respecto a esta ley me da una plusvalía para entenderla desde un lugar más amplio e integral. Pero sobre todo, de más amor y empatía". Y sumó: "Soy la misma senadora, que en este tiempo decidió seguir escuchando. Escuchando a todas las partes, analizando diferentes situaciones, recibiendo diferentes testimonios. Pero sobre todo, con un profundo respeto al que piensa distinto".
Por último, terminando con su extenso discurso, Larraburu sentenció: "Mi voto es por una mujer libre, que pueda actuar, decidir según su propia conciencia sin que nadie, nunca más, le diga lo que tiene que hacer con su propio cuerpo. Mi voto es un voto deconstruido. Y es un voto afirmativo". Un voto más para los pañuelos verdes que sueñan con que sea ley.