El PRO decidió jugar la carta de la incógnita y todavía no definió una postura clara respecto al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, una jugada que volvió a diferenciar al macrismo de sus aliados fundacionales de Cambiemos, el radicalismo y la Coalición Cívica, que se mostraron a favor de no poner palos en la rueda durante el debate del pacto con el organismo de crédito. El bloque que conduce Cristian Ritondo se encolumnó tras la línea de no pronunciarse hasta conocer la letra del entendimiento pero le bajó el tono a la confrontación instalada por el sector halcón del partido. Este jueves al mediodía, en Olivos, se reunirá la mesa nacional de la alianza para abordar la discusión de forma presencial.
La reunión se desarrolló a las 16 en el anexo C de la Cámara de Diputados, poco después de debatir la actitud frente a la modificación de la composición del Consejo de la Magistratura, un proyecto que iniciará su recorrido parlamentario en el Senado. Respecto al FMI, el PRO coincidió en que no consensuarán una postura, tanto en el bloque como en la alianza amplia, hasta no conocer los detalles del pacto. Por lo tanto, la mesa nacional de este mediodía no debería lanzar una propuesta certera de cara al tratamiento del texto.
Ricardo López Murphy, presente en el encuentro por parte de Republicanos Unidos, fue el dirigente destacado del debate. Según contó una fuente presente durante la exposición legislativa, fue el “más claro”, el que entendió que no se puede rechazar absolutamente todo pero “sin olvidar los límites”. El liberal analizó que la situación es compleja y que a pesar de la oposición o insatisfacción con el Gobierno y el kirchnerismo, es necesario leer detalladamente todo el entendimiento para adoptar las posiciones pertinentes.
Desde su bancada se destacó la importancia de no caer en default y de avanzar hacia un acuerdo razonable que le permita a la Argentina mantener una relación madura con el mundo. Sin embargo, según reveló una fuente del macrismo, en principio se optará por el silencio y la expectativa, pero con la suba de impuestos como un límite marcado.
Los dos expositores elegidos por la bancada PRO para iniciar el debate fueron Luciano Laspina, actual diputado nacional, y el ex ministro de Economía Hernán Lacunza. Ambos coincidieron en la necesidad de plantear la falta de conocimiento del acuerdo, el primero sostuvo que “no hay cambios de fondo en las principales políticas del kirchnerismo pero al menos le pone un freno al descontrol monetario y fiscal que viene haciendo el gobierno”. El segundo dijo que “por ahora se evitó el default lo que es positivo, pero no alcanza”.
Respecto a la modificación del Consejo de la Magistratura, que no tendrá un tratamiento inmediato en Diputados, se compartió la postura comunicada por la mesa nacional. La intención de que el organismo sea presidido por el titular de la Corte Suprema de Justicia. En su exposición, el diputado Pablo Tonelli explicó que “la solución más republicana es que el Congreso dicte una nueva ley orgánica. Los principales puntos que debe contener la ley incluyen que la Corte, a través de uno de sus miembros, integre el Consejo y lo presida, mejorar el procedimiento de los concursos y la gestión presupuestaria, e incrementar las auditorías y controles de gestión del Poder Judicial”.
Una vez más, los asuntos vinculados al Poder Judicial mostraron falta de grietas o matices dentro de la alianza opositora, no así el pacto con el FMI. El radicalismo y la Coalición Cívica fueron claros en la idea de no poner palos en la rueda, garantizar el quórum, ser responsables y recurrir, posiblemente, a la abstención como una estrategia para el avance del acuerdo sin la necesidad de votar a favor. Después de que algunos dirigentes del PRO pusieran en duda su actitud facilitadora en caso de que el oficialismo no acompañe de forma unánime, se le bajó el tono a la discusión y se optó por el silencio expectante pero, a diferencia de sus compañeros de coalición, sin definiciones. Del encuentro en el Congreso participaron los bloques Frente PRO, Avanzar San Luis, CREO, Ahora Patria, Encuentro Federal, Producción y Trabajo, y Republicanos Unidos.
El PRO bonaerense mueve sus fichas
En medio de debates nacionales, 20 intendentes del PRO viajarán este viernes a Mar del Plata para participar de un Foro que se centrará en las problemáticas comunes locales, el vínculo con la gobernación, la situación económica de cada distrito y la estrategia legislativa, pero que también comenzará a armar el camino al 2023. Si bien el pacto con el Fondo Monetario Internacional les quedó un poco lejano en materia de toma de decisiones, no se descartó su tratamiento en el encuentro o su inclusión en la hoja de ruta del futuro más inmediato. Sin embargo, también se dejó trascender la intención de no complicar la firma del pacto.
Más allá de eso, comenzarán a abordar los desafíos de la entrada a un año no electoral pero con múltiples objetivos para la oposición, entre los que se encuentran consolidar al macrismo para intentar crecer en las distintas secciones electorales. En ese camino, Julio Garro, jefe comunal de La Plata, y Néstor Grindetti, de Lanús, comenzaron a armar un nuevo equipo de referentes locales, consecuencia del fracaso, o la poca elasticidad del Grupo Dorrego.
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El nuevo grupo comandado por Grindetti y Garro, bajo el nombre de Hacemos, está dirigido a los municipios donde actualmente el PRO no gobierna, ya sea porque están bajo mando peronista o radical. El espacio llegó para intentar reemplazar o ampliar las facultades del famoso Grupo Dorrego que fue la primera experiencia de los intendentes para sostener la unidad después de la derrota del 2019 y los liderazgos de los caciques con mandato vigente, en base a vínculos con referentes de cada sección electoral.
El resultado del ensayo organizativo no defraudó, pero ahora buscarán concentrarse en las secciones electorales más allá del trabajo político del intendente en su municipio ya que no lograron consolidar al PRO y en casi todo el interior ganó la lista de Facundo Manes, por la UCR, en las elecciones 2021. El resultado electoral encendió las alarmas dentro del macrismo pese a haber ganado en la primera, segunda, tercera y octava sección. Entendieron que si el PRO apuesta a gobernar la provincia como alternativa al peronismo, y ante una posible interna con el radicalismo en 2023, tiene que lograr una base política más amplia y una mayor fuerza electoral, principalmente en el interior, donde no tiene candidatos fuertes.