Ochenta y siete diputados nacionales votaron en contra de una actualización de los salarios de los jubilados, con el acompañamiento al veto del presidente Javier Milei al proyecto que había contado con media sanción en la Cámara baja y el Senado. Con represión en las inmediaciones a manifestantes, jubilados y niños, el oficialismo de La Libertad Avanza (LLA) logró afianzar sus sociedades políticas y meter baza en la oposición para llegar a blindar el veto de Milei. El presidente de la motosierra cree que encontró la fórmula para sortear la inferioridad numérica legislativa. Sin embargo, también es posible que se metió con un tema que puede costarle muy caro a futuro.
Cómo se votó
Los votos de Unión por la Patria, el Frente de Izquierda y los Trabajadores, Encuentro Federal, Coalición Cívica, Por Santa Cruz, el Movimiento Popular Neuquino y la mayoría del radicalismo no alcanzaron para bajar el veto. Solo cosecharon 153 votos. El oficialismo necesitaba que no haya tres tercios para rechazar el veto. Con 87 le alcanzaron. Además de los aliados del PRO, el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), Producción y Trabajo, Buenos Aires Libre y Creo, se le sumaron cinco radicales.
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En la votación se registraron ocho abstenciones: Lourdes Arrieta y siete diputados de la bancada de Innovación Federal. Además, hubo nueve ausencias: Ricardo López Murphy y Francisco Morchio (Encuentro Federal), Héctor Baldassi, Ana Clara Romero y Roberto Stefani (PRO), Gerardo Cipolini, Roxana Reyes (UCR), Pamela Caletti (Innovación Federal) y Ana Fabiana Aubone (Unión por la Patria).
La fractura a cielo abierto de la UCR
Los cinco radicales que fueron a la Casa Rosada para oficializar el acompañamiento al veto y que obtuvieron cargos antes de la sesión, como Pedro Galimberti, estuvieron en el eje de la sesión. El diputado del FIT Nicolás del Caño tildó de "vergüenza" que el entrerriano haya asumido como titular de la represa de Salto Grande.
"No quieren que le vaya bien al gobierno", lanzó Mariano Campero, uno de los radicales que fueron a la Rosada a oficializar su voto por el veto. Mientras decía esto, toreaba a los diputados de Unión por la Patria que lo insultaban. Florencia Carignano desde su banca le hacía con sus dedos pulgar e índice el gesto de dinero.
"Crearon un candidato a gobernador, es insólito", protestó en los pasillos una voz de la oposición dura, a raíz de que la trascendencia del cambio de postura, en términos de "degerado fiscal" a "héroe", le dio una publicidad al diputado de Tucumán, hasta esta semana, un desconocido.
"El proyecto para actualizar las jubilaciones es nuestro, no del oficialismo", se quejaron en la UCR con el cambio de parecer de Campero y los otros cuatro. El resto del bloque radical coincidió en el rechazo al veto: los sectores de Facundo Manes, de Evolución y de los conducidos por el jefe de la bancada, Rodrigo De Loredo. "Difícil chamba es la que tengo", se consoló el cordobés en el recinto.
Hubo dos excepciones, Cipolini y Reyes que se ausentaron. La santacruceña antes dijo que iba a abstenerse. Voces del bloque coincidían en el diagnóstico: eterna antikirchnerista, no sabe cómo pararse para ser oposición al gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, que finalizó con esa hegemonía.
Estrategias y efectos a futuro
Al inicio, cuando apenas había iniciado la sesión, la diputada nacional del PRO Silvana Guidici pidió que se cierre la lista de oradores, en un vuelto por la sesión en la que se rechazó el DNU de la SIDE. Tras los pedidos de bloques como la CC, se acordó un tiempo para los oradores divididos por cada una de las bancadas.
La UCR esperaba apelar a la insistencia parcial en algunos artículos, pero para esto se necesitaba una colaboración del PRO, su socio en el extinto Juntos por el Cambio, que cumplió como aliado de sus actuales aliados. "Por lo menos aprendan de la educación que siempre tuvieron los radicales, ya que no tienen conducta partidaria", le lanzó el jefe del bloque amarillo, Cristian Ritondo, al bloque del partido centenario.
El jefe del bloque de diputados nacionales de Encuentro Federal, Miguel Ángel Pichetto, lamentó que se rechazara un proyecto que destinara un ínfimo "0,4%" del Producto Bruto Interno. Voz en cuello, José Luís Espert de LLA afirmó que "cuesta diez mil millones de dólares".
El triunfo de LLA en Diputados hizo que pasara desapercibido el desmarque de la ex integrante del bloque oficialista, Lourdes Arrieta. Si bien amagó con votar en contra del veto, la arrepentida del tour de genocidas se abstuvo. En la tarde del martes, se rumoreó un intento de una jugada para que los diputados de Unión por la Patria de Catamarca voten a favor del veto, vía negociación con el gobernador Raúl Jalil. No es la primera vez que el oficialismo lo intenta. Desde el peronismo se consolaron con haber sostenido los 98 votos en contra de Milei.
"Esto va a ser así de ahora en más", comentaba un oficialista, sobre la estrategia de fortalecer alianzas y pinchar en bloques ajenos. Lo cierto es que los mileistas podrían haber encontrado el método infalible para bajar proyectos incómodos post veto presidencial. "Hay que ver cómo se constituyeron los votos y si van a volver a poder repetir lo que hicieron para esta sesión", especularon voces opositoras con años de trayectoria en Pasos Perdidos.
En los pasillos se especulaba con el costo político de perjudicar a los jubilados, que, consideran, a la larga termina impactando. Pichetto en su alocución recordó la drástica caída en la imagen de Macri entre el triunfo de las legislativas de 2017 y la reforma jubilatoria, que tuvo también un Congreso rodeado de represión a las protestas.