El 29 de diciembre comenzó con impaciencia, nerviosismo pero mucha expectativa. A diferencia de 2018, el movimiento feminista llega con la posibilidad de una victoria en el Senado para lograr, de una vez, sancionar la ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Por una cuestión de estrategia - y tal vez un poco de cábala - se mantendrá hasta el final el espíritu de "es un empate técnico hasta que se vote" pero en los pasillos del Congreso se respira cierta tranquilidad porque la situación de igualdad se rompería con la definición de un grupo de indecisos y el pelotón de los dudosos. Quienes manejaron la rosca entienden que se inclinarán por la opción verde o por la abstención pero no le sumarán voluntades a los antiderechos. El tratamiento durará al menos 12 horas y podría votarse cerca de las 5 de la mañana. Como en Diputados, el cierre será con las voces de legisladores a favor y en contra pero, a diferencia de la Cámara Baja, en la Alta cerrará un celeste, el operador "pro vida" José Mayans.
Como el 10 y 11 de diciembre, por el Senado desfilarán los funcionarios nacionales y provinciales. Minutos antes del debate, ingresó la ministra de Mujeres bonaerense, Estela Díaz, que se quedará nuevamente hasta el final de la sesión. También lo harán desde el Ministerio de Salud de la Nación que hoy dio un mensaje claro después de la primera vacunación contra el coronavirus en la Argentina: su titular, Ginés González García, se mostró con un pañuelo verde en su muñeca derecha.
Al inicio de la jornada, se votó por unanimidad la extensión de la licencia de José Alperovich, que enfrenta una denuncia de abuso, y no votará. Él hubiera elegido oponerse. Durante las 12 horas de sesión se escucharán los discursos de 59 oradores, contando los seis de cierre. Se estima que el debate durará unas 12:15 por lo que se votaría cerca de las cinco de la mañana por retrasos habituales e incumplimientos de lapsos. Cada bloque definió la cantidad de minutos destinados a sus senadores y senadoras. Van desde los 5 a los 25 minutos de apertura y cierre. Más del 80% de los legisladores pidió la palabra, un indicador de la importancia de este tema para la política y la sociedad.
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Los discursos finales serán seis, divididos en tres a favor y tres en contra. Alberto Weretilnek será el primero. Él acompañó el dictamen de mayoría en disidencia y se espera que vote a favor de la iniciativa incluyendo modificaciones en la reglamentación. Le seguirá Juan Carlos Romero. Juntos por el Cambio y el Frente de Todos tendrán dos representantes cada uno.
La mayor alianza opositora contará con el discurso de Silvia Elías de Pérez, por el lado antiderechos, y del formoseño Luis Naidenoff por la IVE. En el caso del oficialismo, la palabra verde final será de Anabel Fernández Sagasti, la armadora central de la rosca en el Senado, y el último discurso del debate quedará en manos de José Mayans, jefe del bloque del Frente de Todos y ferviente operador "pro vida". En Diputados eso no ocurrió, las dos ponencias finales fueron a favor del proyecto.
Pero habrá claves durante toda la jornada. Dos senadores que votaron a favor en 2018 y ahora sembraron dudas sobre sus posturas hablarán entre los primeros 20. Se trata de los cordobeses de Juntos por el Cambio, Ernesto Enríquez y Laura Rodríguez Machado. Ambos deben renovar bancada el año que viene.
En tanto, dos de las indecisas más herméticas brindarán sus discursos en el orden 28 y 30. Se trata de Stela Maris Olalla y Lucila Crexell respectivamente. En el puesto 36 lo hará Sergio "Oso" Leavy, quien apoya al sector celeste pero votaría a favor de la IVE en caso de ser necesario. Por su parte, Edgardo Kueider lo hará en el lugar 38. Él acompañó el dictamen de mayoría pero con algunos reparos así que puede optar por el apoyo o la abstención.
Una vez terminado el tratamiento histórico del aborto legal, el Senado iniciará el debate por el plan de los Mil Días. Al igual que Diputados, saldrá por unanimidad y con un abordaje rápido. Sólo cuatro oradores anotados, miembros informantes. Cada uno hablará 15 minutos por lo que se debería votar tan sólo una hora más tarde. El 2020 terminaría con más derechos.
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