El futuro de los diputados radicales que acompañaron los vetos de Javier Milei está en duda. La UCR inició un proceso, en el Tribunal de Ética, para definir su desafiliación, pero el proceso no es rápido. Se espera que, entre lo que queda de octubre y los primeros días de noviembre, se pueda resolver. Por ahora, los suspendidos preventivamente atraviesan su período de defensa. Lo que también está paralizada es su expulsión del bloque en Diputados.
Durante la reunión parlamentaria habitual, los legisladores de la UCR iniciaron un largo proceso de discusión, que lejos está de haber terminado. En principio, no son cinco los diputados bajo la mira sino cuatro: Luis Picat, Martín Arjol, Mariano Campero y Federico Tournier. El que quedó salvado es Pablo Cervi que, pese a no haber estado de acuerdo con rechazar el veto de Javier Milei a las universidades, se ausentó y no votó con el gobierno.
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En el debate interno, se revivieron votaciones del pasado, como sucedió, por ejemplo, con la reforma laboral impulsada por el radicalismo dentro de la ley Bases. Con este argumento, quienes decidieron no echar a los diputados libertarios buscaron exhibir la “doble vara” existente para evaluar las conductas de los correligionarios. Si en el pasado hubo legisladores que no acompañaron la decisión mayoritaria del bloque, sin consecuencias, por qué debería haber un castigo ahora. Se trató de una chicana al sector referenciado en Facundo Manes que, hasta ahora, se muestra el más coherente a la hora de mostrar su oposición al gobierno. Pero no fue el único razonamiento esgrimido durante la charla, también se habló de la funcionalidad de las conductas y de cómo las posiciones de algunos pueden favorecer a otros bloques que no son el radicalismo.
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Uno de los puntos centrales para mantenerlos dentro del espacio radica, sin embargo, en la incidencia. Tener más bancas implica un mayor poder de negociación, además de colaborar en la repartición de autoridades y miembros de comisiones. Por eso, se les pidió a los díscolos libertarios que, en caso de abandonar el espacio, mantengan un interbloque con los centenarios. Una suerte de mayor autodeterminación sin perjudicar la representación del partido en la Cámara Baja. Los cuatro juzgados no estuvieron presentes en la reunión del bloque, se les pidió expresamente que no asistieran. De ellos, salvo Tournier que no está afiliado, tres fueron suspendidos en forma preventiva del partido. Quien se salvó del ojo crítico de sus compañeros de bloque, Cervi, también atraviesa el proceso en el Tribunal de Ética.
No se planteó, como se especuló en la previa, el quite de comisiones, sino que se fue a fondo con la discusión real: ¿Tienen o no tienen que seguir en el espacio? Se barajaron dos opciones. Por un lado, motorizada por los mismos que intentaron eyectarlos tras el veto a los jubilados, la expulsión. Este sector, encabezado por Manes y Evolución no cuenta con los votos necesarios para lograr el cometido. Dependen de reunir la mayoría de los votos, dentro del bloque, para hacerlo. Por el momento, la mayoría pareció inclinarse por no expulsarlos pero los invitaron a tomar una decisión. Según su posición, quienes deseen irse del armado pueden hacerlo, pero formando un interbloque para mantener cierta unidad y volumen numérico.
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En caso de no querer pegar el portazo y quedarse dentro del bloque, deberían acatar el reglamento del espacio. Esta norma indica que el espacio debe expresar la regla de la mayoría y comprometerse a cumplirla. La decisión se barajó en la última reunión en la que se buscó expulsar a estos miembros libertarios. Según el sector más combativo dentro de la UCR, nunca se votó semejante sometimiento de las minorías pero, según la conducción, sí quedó aprobado. Cervi quedó fuera del listado de objetados justamente por haber cumplido con el reglamento del bloque. Pese a no querer rechazar el veto de Milei, decidió ausentarse para no ir en contra de lo definido por el resto de sus compañeros.
De este modo, los díscolos no tienen mucha alternativa: o se van, pero mantienen el vínculo con el bloque madre o se quedan y acatan las decisiones de la mayoría. En caso de optar por esta segunda alternativa, quedará abierto el capítulo de la convivencia. En el sector que propuso la expulsión de los cuatro, se manifestó su falta de disposición a coexistir, en el bloque, con estos legisladores. Por lo tanto, quedará inaugurada una nueva discusión en torno a la supervivencia del espacio.