Efecto dominó en el Congreso: la interna libertaria detonó diferencias en el PRO

Con mucha indiferencia, los llamados espacios dialoguistas apuestan a no cambiar de posición frente a los proyectos de ley presentados. Las leyes marcarán un antes y un después en la relación con el Gobierno. Estalló una interna en el PRO.

12 de abril, 2024 | 00.05

La feroz interna de los libertarios generó indiferencia en la llamada oposición dialoguista, pero el PRO mostró sus propias diferencias. Los espacios políticos dispuestos a colaborar con el Gobierno, dándole herramientas para esta primera etapa, ya conocían la improvisación y poca conexión entre las facciones internas de La Libertad Avanza. La pelea pública por la conducción de la comisión de juicio político la hizo pública y dejó en evidencia para el conjunto de la sociedad lo que muchos vivieron durante el verano.

Después de tantos idas y vueltas, de tantos acuerdos pactados y rotos a las pocas horas, de publicaciones agresivas en redes sociales, falta de interlocutores válidos, algunos fracasos y otras revanchas, para los dirigentes del ex Juntos por el Cambio la interna de los libertarios no impactará en el panorama inmediato.

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Los gobernadores dialoguistas ya tomaron la decisión de acompañar la ley Bases y todavía hay mucho ojo puesto en el paquete fiscal que, como la primera, podría sufrir modificaciones. El apoyo en general a los proyectos apareció como una decisión política. Por ahora, es la postura más clara y, salvo una tragedia, no debería cambiar.

Emilio Monzó, que ofició de presidente de Diputados durante la gestión de Mauricio Macri, graficó la postura en una entrevista en LN+. Para el legislador, el trabajo parlamentario del verano alejó las posibilidades de que el gobierno tenga sus herramientas de gestión pero, dados los cambios de actitud de este tiempo con mayor apertura para negociar, el Ejecutivo “va a tener la ley ómnibus aprobada”. Pero cuestionó las acciones del presidente en redes sociales, que pueden poner en riesgo todos los acuerdos alcanzados.

El PRO tiene una relación bastante particular con el oficialismo. Con sus tres ramas internas, el macrismo se pudo mostrar unido durante los debates más calientes, pero una parte pugna por lograr una especie de fusión con el gobierno, mientras que otra patea ese encuentro para más adelante y una tercera lo rechaza. En líneas generales, para el macrismo la interna de La Libertad Avanza es un problema de La Libertad Avanza. Eso no complicaría su decisión de acompañar los proyectos, aunque un diputado no descartó distintos escenarios, lo que muestra que todavía no se terminaron de analizar los alcances del escándalo libertario.

El macrismo, pero también el resto de los dialoguistas, podrían optar por alejarse del Gobierno dada su improvisación, desprolijidad y transmisión de poca confianza. Otra de las opciones es un poco más positiva, la de aprovechar esas debilidades de LLA para “colar” más fácilmente las iniciativas propias. La última indica que nada cambiará y que todo se desarrollará como hasta ahora. Un misterio.

Desde el Congreso se encargan de asegurar que no habrá, al menos en el ámbito parlamentario, una fusión o coalición con el bloque que representa al gobierno. Pero desde la conducción del partido se habla de un trabajo electoral conjunto hacia delante y un sector, el bullrichista, no mira con mala gana una migración hacia el oficialismo si el partido amarillo no llegara a avanzar en ese sentido.

Esto desató una nueva interna. El sector de Mauricio Macri contó a Clarín que, después de la ley Bases, empezarán a debatir proyecto por proyecto, fomentando esta no fusión e, incluso, un alejamiento. El bullrichismo estalló de la bronca. El diputado Damian Arabia posteó en X sus profundas ganas de aprobar la ley Bases, algo que fue compartido por la propia Patricia Bullrich y Martín Menem. Esta facción amarilla no va a analizar texto por texto sino que su acompañamiento será total. "Cuando llegue el momento se verá", calmaron las aguas desde la conducción del bloque. 

En ese camino, el propio presidente no descartó la posibilidad de incluir a un sector del radicalismo. En la UCR nunca confiaron en el Gobierno durante los trámites parlamentarios y conocen la falta de seriedad a la hora de manejar semejantes responsabilidades. Durante una reunión de bloque el miércoles, en plena interna libertaria, conversaron sobre el desplazamiento de Oscar Zago, de la dificultad para conseguir algún tipo de organización y sobre la falta de un diálogo institucional. Al menos para la UCR, habrá un antes y un después de la ley Bases. Parte de los boina blanca tienen la intención de darle herramientas al gobierno pero, una vez otorgados los instrumentos, la relación no va a ser tan sencilla. Habrá proyectos que salgan aprobados y otros que no, pero la intención es mantener una postura más firme.

Pareciera que la estrategia de muchos es la de brindar herramientas y dejar que el Gobierno actúe. De este modo, no se los podrá acusar de obstruccionistas y, si el Ejecutivo fracasa, será pura responsabilidad de los libertarios. La falta de diálogo es bastante transversal. Dentro de la Cámara, los sectores más amigables no encontraron interlocución. La única que existe es con Guillermo Francos, ministro del Interior y, ahora, con Nicolás Posse, jefe de Gabinete que recibió al bloque radical este jueves en Casa Rosada. No estuvo, sin embargo, el titular de Economía, Luis Caputo, pese a que se debatieron cuestiones fiscales.

La interna que se coló en la comisión de juicio político fue adjudicada a una impericia propia de La Libertad Avanza y no a otro factor, por lo que se esperó que vuelva a ocurrir en el futuro, por lo que Francos debería hacer un poroteo en su propio bloque. Más allá de eso, desde los tres bloques dialoguistas y los gobernadores se especuló con que la ley va a salir aprobada, pero con modificaciones. El espacio de Miguel Ángel Pichetto recién tendrá un panorama más acabado la semana que viene, lo mismo el resto de los sectores. Desde la UCR cuestionaron, por ejemplo, la actualización anual de Ganancias. También podría haber retoques en privatizaciones y reformas del Estado. Pese a este panorama optimista, un legislador radical aseguró que el gobierno sabe que no tiene los números.