En medio de las negociaciones con funcionarios de Javier Milei por el proyecto de ley ómnibus, el bloque de diputados radicales buscará resolver sus diferencias internas en una cumbre prevista para las 18hs en el palacio legislativo. De un lado, los que negocian cambios y creen que hay que acompañar al oficialismo; del otro, los que promueven el rechazo y, en todo caso, acompañar artículos concretos. También están los que proponen un dictamen propio.
Esa tensión interna le pone presión al principal negociador: el jefe de la bancada, Rodrigo de Loredo. El cordobés es quien encabeza las conversaciones con los delegados del Presidente. El martes, concentró varias horas de la tarde a discutir con el secretario de Finanzas, Pablo Quirno y el de Hacienda, Carlos Guberman. Los funcionarios de Economía fueron inflexibles en dos puntos clave: jubilados y retenciones.
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“Fue una mala reunión con los de Caputo, no ceden en nada”, confiaron los negociadores radicales a El Destape. Este miércoles continuará la pulseada y a las 18 De Loredo deberá llevar un resultado concreto del ida y vuelta. “Esperaremos la devolución que haga el Gobierno de todos los cambios que hemos propuesto y tomaremos una definición política”, anticiparon.
El jefe de bloque debe mediar entre las distintas posiciones y necesidades de los sectores radicales. “A De Loredo se lo eligió por presión de los gobernadores. Ellos quieren una postura flexible”, describieron desde el sector que promueve votar en contra de la ley. Ayer el cordobés hizo un alto en las charlas con el Gobierno para conectarse al zoom de los gobernadores. Todos los legisladores del espacio no se sienten contenidos en sus declaraciones públicas. La diferencia de intereses está entre quienes tienen responsabilidad de gestión y quienes promueven desde el Congreso la construcción de un nuevo liderazgo “de partido nacional”. Ese eje se referencia en Facundo Manes, quien, ausente de las negociaciones, se reúne lejos de las cámaras con los sectores afectados por la ley ómnibus.
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Son aproximadamente 10 diputados de una bancada de 34 los que se inclinan contra el paquete de reformas de Milei. “El problema es el posicionamiento político. Si no se rechazan estas cosas el partido deja de tener poder”, plantean. “Debemos pensar más allá de una provincia y discutir la visión de país”, propusieron.
Fuera del Congreso también se discute el rol de la UCR en la argentina mileista. La juventud radical es uno de los sectores más enfáticos. “Debemos ser una oposición firme a Milei. Desde ese lugar se debe construir una nueva alternativa republicana y alejada de los extremos”, señaló su presidente Adriano Morone. “De Loredo está ocupando un rol que no le corresponde como presidente de bloque. Sus declaraciones muestran que está avanzando más de lo que debería”, señaló el histórico dirigente radical Juan Manuel Casella. Desde el bloque le cuestionan que apoyó públicamente al Presidente antes de reunirse con los diputados del espacio.
Otro referente, Federico Storani, también apuntó contra el presidente del bloque: “Tiene una posición ambigua. Está de acuerdo con el contenido de la ley. Es diferente a lo que expresan otros diputados radicales”.
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Emerge, sin embargo, una tercera posición: la construcción de un dictamen propio que le permita al radicalismo “sostener las banderas del cambio conservando la identidad”, indicaron sus promotores. Esa posición podría ser mayoritaria si la negociación fracasa.
Fue el planteo que sumó la mesa del Comité Nacional del radicalismo con Martín Lousteau a la cabeza en reunión el lunes con algunos diputados y senadores. “Todos compartimos los mismos reparos sobre las delegaciones, retenciones, privatizaciones, jubilaciones”, ponen paños fríos quienes pugnan por la tercera vía.