El presidente Alberto Fernández le explicó a las autoridades de la DAIA que, como estila desde que asumió esta gestión, Argentina votó en las Naciones Unidas siguiendo un informe de la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, para realizar una amplia investigación sobre los últimos sucesos en Medio Oriente porque entiende que Israel pudo haber cometido crímenes de guerra en Gaza. Jorge Knoblovits, presidente de la entidad, sostuvo que para ellos lo que correspondía era que Argentina se abstuviera. El encuentro, aseguraron ambas partes, fue cordial. Este martes, el embajador en Tel Aviv, Sergio Urribarri, repetirá la argumentación en la cancillería israelí, a donde fue convocado.
Argentina acompañó el jueves pasado en la comisión de Derechos Humanos de la ONU una propuesta de Pakistán para que se cree una comisión investigadora para que se esclarezca lo sucedido en el reciente conflicto en Medio Oriente que dejó un saldo de, al menos, 254 muertos en Gaza y 12 en Israel. "Los ataques israelíes provocaron numerosas muertes y lesiones de civiles", subrayó en su exposición Bachelet, quien también alertó sobre los muchos daños materiales ocasionados. Israel argumentó que atacaba objetivos militares, pero eso no pudo ser comprobado. Argentina votó a favor de la comisión investigadora junto a México y Bolivia, los dos países de la región con los que suele actuar en conjunto en materia de política exterior. También votaron igual China, Rusia, Cuba y Venezuela. Los países de la Unión Europea se abstuvieron.
Desde el primer comunicado que emitió la cancillería sobre el conflicto, los representantes israelíes le recriminaron al gobierno argentino que equiparara la actuación de Israel con la de la organización palestina Hamas, a la que consideran terrorista. "El Gobierno explicó que nunca se legitimó a Hamas como organización valedera. Dijimos que en lo sucesivo sería bueno que haya otras maneras de condenar al terrorismo. Lo que le correspondía a Argentina era abstenerse", insistió Knoblovits a la salida del encuentro en la Casa Rosada. Fernández recibió a las autoridades de la DAIA junto al canciller Felipe Solá y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Knoblovits también cuestionó que el Gobierno acompañara en la Comisión de Derechos Humanos la posición de países "que no son democráticos y violan los derechos humanos".
Fernández le aseguró que no tiene ninguna animosidad contra Israel sino todo lo contrario. De hecho, su primer viaje al exterior fue a Jerusalén para homenajear a las víctimas del Holocausto. Luego, recordó, introdujo en el ámbito del sector público nacional la definición de antisemitismo aprobada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, algo que incluso le valió quejas de parte de algunas organizaciones islámicas y de derechos humanos. "Tenemos la mejor relación con Israel en mucho tiempo", aseguraban en Gobierno.
Convocaron a Urribarri
Casi al mismo tiempo que se desarrollaba la reunión en la Casa Rosada se conoció que el embajador Urribarri había sido convocado a una reunión en la cancillería israelí. El gobierno de Israel viene llamando a los representantes de todos los países que votaron la creación de la comisión para escuchar sus argumentos y, a su vez, justificar la actuación del ejército israelí.
En el Gobierno explicaban que la gestión del Frente de Todos tienen una línea que lleva adelante en lo que se refiere a la defensa de los derechos humanos. Que en el caso de este nuevo conflicto en Medio Oriente se observó el desarrollo de los acontecimientos hasta que el 11 de mayo emitió un comunicado pidiendo el cese del fuego y planteando su preocupación por el uso desproporcionado de la fuerza por parte de las unidades de seguridad israelíes, que llevaron a una escalada de las acciones bélicas y de sus consecuencias.
Respecto a lo actuado en las Naciones Unidas, detallaban, el Presidente suele marcar la importancia que le otorga a los informes de Bachelet, no sólo en este caso sino, por ejemplo, en Venezuela. "La resolución no asigna responsabilidades sino que pide que se trate de verificar los hechos y de ser posible identificar responsables", argumentaban respecto al voto argentino. Aseguraban que respondía a la posición histórica argentina respecto a la situación Israel-Palestina y, específicamente, al trabajo que lleva adelante el Consejo de Derechos Humanos.
En Gobierno no descartaban realizar próximamente un encuentro con dirigentes de la comunidad judía que representen un pensamiento diferente al de la DAIA. Al respecto, el Llamamiento Judío Argentino emitió un comunicado marcando que la DAIA es la voz de "los sectores más conservadores de derecha de la colectividad" y que es "la expresión comunitaria de Juntos por el Cambio". "No aceptamos que se nos utilice para defender la posición colonial del gobierno de Netanyahu", concluyó la organización.