Seis de cada diez familias cuentan con un único dispositivo tecnológico, compartido, para realizar las tareas. Apenas el 17% de los chicos tienen una computadora o teléfono propio para conectarse. El 44,4% manifestó "serios problemas de conectividad", por lo que sostuvieron el contacto con la escuela mediante el uso de datos móviles y vía WhatsApp en el 76,8% de los casos.
La falta de dispositivos tecnológicos y la escasa conectividad digital plantean serias dificultades para que niñas, niños y adolescentes mantengan el vínculo con la escuela ante el avance de la segunda ola y las restricciones a la presencialidad en las aulas. Así lo indica un relevamiento territorial de las organizaciones sociales realizado en marzo para medir la continuidad pedagógica y conocer la situación educativa de los barrios populares. La muestra alcanza a más de 16 mil casos en casi todas las provincias del país.
La directora de Educación Comunitaria del Ministerio de Educación, Natalia Peluso, señala una situación compleja porque la educación es una ventana a la desigualdad que sufren las infancias y las adolescencias. “No podemos pensar solamente en las falencias o dificultades del sistema educativo, sino que hay una pobreza estructural que se traduce en que un montón de pibes y pibas no puedan acceder a la educación si no es de manera presencial”, dice Peluso.
Al margen de las discusiones sobre la presencialidad en las escuelas y las medidas urgentes para frenar una nueva ola de contagios, Peluso plantea que la discusión de fondo es que “la escuela ya no es esa institución con la que un montón de pibas y pibas sueñan o encuentran un proyecto de futuro. Esa es la discusión sobre la desigualdad”.
“Hay muchos pibes que perdieron el vínculo, muchos que no van a volver, y que descreen de una escuela que desde hace mucho dejó de garantizar un ascenso social, seguir estudiando o un mejor laburo”, advierte la funcionaria, que además integra la estructura del Movimiento Evita y participó del relevamiento comunitario en los barrios.
En un contexto de retorno a la virtualidad y con un horizonte de restricciones, las organizaciones señalan la necesidad de garantizar la conectividad, distribuir dispositivos tecnológicos y fortalecer el acompañamiento comunitario que realizan las promotoras educativas en los barrios.
Lucía Bianchi, directora de la Universidad Popular Barrios de Pie, señala que “la conectividad y el acompañamiento comunitarios son las claves que garantizan la continuidad pedagógica”.
Advierte que es necesario "distribuir dispositivos tecnológicos, establecer puntos de conectividad, y que el entramado educativo que existe en los barrios pueda acompañar a la escuela para trabajar de manera conjunta”.
“Lo educativo es ordenador de la vida cotidiana. Los pibes de los barrios populares, cuando no tienen escuela, van a los centros educativos y los comedores, donde hay un seguimiento de la tarea diaria”, explica Bianchi.
El relevamiento indica que el 44,4% de los hogares tiene acceso a internet solo con datos móviles, el 18,3% no tiene conexión posible, y el 14,9% cuenta con un acceso fijo pero con problemas de señal.
En el 66% de los hogares hay un solo dispositivo que se comparte entre todos los integrantes de la familia, apenas el 17,3% de las personas en edad escolar cuentan con uno propio, y en el 13,5% no hay ninguno.
Esta semana hubo reuniones entre distintas áreas de la jefatura de Gabinete con ENACOM y algunas empresas de comunicaciones para avanzar con la implementación de la Prestación Básica Universal, un plan con el que buscarán garantizar el acceso y la conectividad a más de 3 millones de personas en todo el país.
Al mismo tiempo, organizaciones sociales junto al Enacom entregaron esta semana medio millón de pesos en tarjetas de datos móviles para teléfonos celulares a familias que viven en la primera y tercera sección de la provincia de Buenos Aires, en distritos que están sin clases presenciales, para garantizar la conexión durante las próximas semanas.