El editorialista Ricardo Roa publicó una columna de opinión en el diario Clarín donde justifica los mensajes xenófobos, racistas, homofóbicos y violentos de los jugadores de rugby del seleccionado Los Pumas por el hecho de ser jóvenes y ataca a Diego Armando Maradona luego de su muerte. Para colmo, sin ninguna prueba saca conjeturas acerca de quién pudo haber encontrado los tweets de los rugbiers.
"Acaban de aplicarle la política de prontuario a tres jugadores por cosas que tuitearon cuando eran adolescentes y no borraron", escribió Roa como si haber borrado los mensajes hubiera sido un acto de redención. Luego el editor de Clarín intenta matizar la discriminación y el odio que se viven en parte del mundo del rugby como demuestran los mensajes.
"Expresan algo que trasciende al rugby: el racismo y el sesgo discriminatorio están más extendidos en la sociedad de lo que habitualmente se quiere reconocer", sostiene la nota. Luego Roa se mete con Maradona que nada tiene que ver con las violentas publicaciones de los rugbiers. "Maradona también dijo muchísimas veces frases horribles. Desde el celebrado la tenés adentro hasta el desprecio de hijos que supo concebir pero no reconocer", escribió.
En un gesto antiperiodístico, Roa lanzó hipótesis sin pruebas ni fundamento de personas disímiles que podrían haber sacado a la luz los mensajes discriminadores de los rugbiers. Alli menciona a los "maradonianos", a las internas en el rugby y de forma insólita lanza: la "política para distraer el desastre que cometió el Gobierno al velarlo".
Incluso culpa a la vicepresidenta Cristina Kirchner de haber cerrado la Casa Rosada cuando estaban velando a Maradona, cuando en realidad el presidente Alberto Fernández contó que el horario de finalización del velorio lo determinó la familia del astro del fútbol mundial.
"Los rugbiers pidieron perdón. Es creíble pensar que cambiaron como cambió al menos una parte de nuestra sociedad. Juzgarlos hoy por lo que escribieron hace 10 años es negarles la posibilidad de haber cambiado. Maradona se arrepintió poco o nada", los exculpa Roa.
El editor de Clarín menciona en tres oportunidades que los rugbiers eran jóvenes al momento de tuitear, la misma edad que tuvieron los asesinos de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. "Con menos de 20 años, en los ambientes de Pablo Matera, Guido Petti y Santiago Socino pueden haber soplado vientos racistas. Ese pasado ahora los condena como si fueran demonios. El Diez no se juzga", afirma.
Roa cierra la nota con un intento de redención de los rugbiers y una condena contra Maradona que no puede defenderse porque está muerto. "La muerte tiene la costumbre de equilibrar. El olvido se mezcla con la memoria y después gana generalmente el olvido, no el del muerto sino de lo que el muerto hizo y no gustó. Y con algunas personalidades excepcionales la muerte deja paso a un proceso de santificación. Pero ni Maradona fue un ángel ni estos rugbiers son demonios", afirma.