El modelo de gestión del macrismo en la ciudad de Buenos Aires basado en los negocios inmobiliarios no sabe de vedas electorales. Este jueves, a menos de un mes de las PASO, el bloque de Juntos por el Cambio y sus aliados en la Legislatura porteña dieron la primera aprobación para habilitar el proyecto de barrio privado de torres de lujo de 45 pisos que se construirán en la ex ciudad deportiva de Boca Juniors, en la Costanera Sur. Se trata de un negocio fabuloso: los terrenos comprados por IRSA por 50 millones de dólares pasarán a valer alrededor de 1.200 millones de dólares. "Este megaproyecto inmobiliario se enmarca dentro del objetivo del gobierno de Juntos por el Cambio de privatizar la costa de nuestra Ciudad para el disfrute exclusivo de sectores minoritarios con grande fortunas", denunciaron desde el bloque del Frente de Todos.
La iniciativa tiene similitud con la proyectada en los terrenos de Costa Salguero y Punta Carrasco, también a orillas del río. En diciembre pasado, pese al rechazo generalizado de organizaciones sociales y ambientales, el bloque macrista aprobó el proyecto que permitía vender las hectáreas donde se encuentran esos predios, luego frenado por un juez que lo declaró inconstitucional. Ahora, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta busca la manera de reflotarlo con una fachada "joven y sustentable".
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Mientras esperan que avance, ya dieron el primer paso con esta otra iniciativa en una parcela de 71 hectáreas -la más grande de la Ciudad en manos privadas- que alguna vez obtuvo Boca Juniors para fines deportivos y que años atrás adquirió IRSA, el poderoso holding de Eduardo Elsztain y en el que Augusto Rodríguez Larreta -el influyente hermano del jefe de gobierno- supo desempeñarse como gerente de Relaciones Institucionales. Es decir, lobista. Hace poco, el hermano Augusto se incorporó a la mesa chica que trabaja en el proyecto presidencial del jefe de gobierno.
Toda una casualidad. El proyecto de barrio privado de IRSA había quedado frenado pero se reactivó cosa de un mes atrás, cuando el gobierno de Rodríguez Larreta informó que Ia inmobiliaria cedería el 67% del predio para un parque público y que, a cambio, se le permitiría levantar el barrio Santa María del Plata, un desarrollo de torres de hasta 145 metros de altura para viviendas, oficinas y los infaltables locales comerciales. "La Dubai argentina", lo apodaron hace unos años, cuando se lo presentó.
Con el voto de los bloques oficialistas del PRO, la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica, el Partido Socialista y Confianza Pública, la Legislatura aprobó la primera lectura por 37 votos a for y 20 en contra. Queda por delante la audiencia pública y la segunda lectura. La oposición marcó varias irregularidades:
* la zona donde se construirá, lindera a la Reserva Ecológica y al barrio Rodrigo Bueno, es zona de humedales (sitio Ramsar) por lo que cuenta con protección internacional. No se hizo un estudio ambiental para medir el impacto.
* El artículo 8 de la Constitución porteña dice que el contorno ribereño debe ser público y de libre acceso.
* El macrismo modificó los códigos de Edificación y de Catastro para permitir la edificación de barrios privados, pese a que prometió que no lo haría.
El rechazo opositor
El modo "escribanía" que tanto critica el macrismo en el Parlamento a nivel nacional, es cosa de todos los días en la Legislatura porteña. El trámite exprés que se le dio a este proyecto evitó que se lo discutiera en las principales comisiones, incluyendo la Comisión de Espacio Público y de Ambiente. El miércoles pasado, el Frente de Todos realizó un abrazo simbólico al predio junto a entidades deportivas, comuneros y vecinos del barrio Rodrigo Bueno.
“El modelo de ciudad que nosotros estamos defendiendo parte de la premisa de que lo importante es el ser humano, la vida”, explicó allí el candidato a diputado Leandro Santoro. Aportó un dato más que representativo: el día que el proyecto ingresó a la Legislatura, las acciones de IRSA subieron un 28%. "Nosotros no estamos en contra de que se construya en la Ciudad de Buenos Aires, estamos en contra de que no se defiendan los criterios elementales de inclusión social y de sustentabilidad ambiental”, agregó el legislador.
"Este es un lugar de uso deportivo y ya estamos bastante cansados de que el gobierno de Larreta encuentre la posibilidad de construir torres para ricos en cualquier espacio que puede”, señaló el legislador Claudio Morresi, quien preside la comisión de Deportes. Un punto que resaltaron fue el esquema de negocios inmobiliarios que se estableció con el macrismo en CABA y que este megaproyecto lleva a una escala superior. "No hay halcones y palomas, en materia de negocios inmobiliarios son todos halcones", ironizó el legislador Javier Andrade.
El bloque del Frente de Todos apuesta ahora a conseguir una gran movilización ciudadana durante la audiencia pública para que, como sucedió en el caso de Costa Salguero, quede una constancia expresa del rechazo de los vecinos a estos proyectos con capacidad para modificar de un plumazo todo un sector de la ciudad. El barrio que proyecta IRSA tiene una superficie que representa más de la mitad de su vecino San Telmo, con una capacidad para construir 895 mil metros cuadrados -especulan que podría comercializarse a razón de 6 mil dólares el metro-, con torres de 45 pisos. Minutos después de la aprobación en la Legislatura, las acciones de la constructora habían aumentado otro 3%.