Centenares de vendedores ambulantes realizaron una Caravana por el Derecho al Trabajo y protestaron en el barrio de Once para recordar a Beatriz Machado, quien al huir de la represión de la Policía de la Ciudad fue atropellada hace un año por una moto que le provocó la muerte.
"Transformemos el dolor en organización popular", dijo Dina Sánchez, dirigente social de UTEP, quien clamaba con dolor este miércoles 17, porque hacía un año atrás, en esa misma esquina de Sarmiento y Pueyrredón, en el barrio de Once, era perseguida por efectivos de la policía de la ciudad y espacio público.
"Beatriz de 67 años cometió el delito de vender medias en la calle. Claro ella era pobre, mujer y migrante peruana. Se inventó su trabajo para poder sostener a sus hijos y nietos. Esto es lo que Larreta reprime".
Más de tres mil personas, en su mayoría mujeres y vendedoras callejeras, se concentraron a las once de la mañana en Plaza Miserere. Desde allí marcharon hasta Av Corrientes para luego tomar Av Callao, pasando por la esquina del Congreso Nacional para retomar Av Rivadavia hasta el punto de partida donde a una cuadra de había instalado un camión que hacía de escenario móvil para el acto en reclamo de justicia por Beatriz Machado.
"Las empresas concentran cada vez más riquezas. Nos expulsan del trabajo formal a millones y nos dejan en la calle. Mientras que el creador de la humanidad, Dios, distribuyó la capacidad creativa a cada ser humano. Pero estos gobiernos solo generan represión por la razón de no amar a los humildes. De allí que nuestro sindicato UTEP busca la unidad de los trabajadores, en los barrios y nacional para que todos tengamos trabajo con derechos", sostuvo en el cierre del acto Esteban "Gringo" Castro, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular.
En dos semanas será colocada la placa en honor a Beatriz Machado. "Los hechos ganaron a las palabras en esta gran movilización de los vendedores ambulantes. Beatriz desde el cielo está feliz", aseguró un vendedor de origen senegalés.
La movilización fue realizada en medio del vilo por la búsqueda de la niña M. (la sigla es para resguardar su identidad) que vivía junto a su madre entre lonas y colchones en el barrio Parque Avellaneda. La menor fue secuestrada por un hombre que le ofreció mejorar su vida. Apareció luego de una intensa búsqueda policial realizado por la policía Bonaerense. Para los vendedores ambulantes la desaparición de la niña y el flagelo de los vendedores tiene la misma matriz: la vulnerabilidad de las personas que viven y trabajan en la calle.
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