Durante su gira primera gira oficial por Asia, la canciller argentina, Diana Mondino, visitó Malasia, Vietnam y Japón “con eje en las relaciones económicas”, precisaron desde el Palacio San Martín. Desde allí, se animó a dar una serie de definiciones: “El Gobierno argentino no le dirá a las empresas que comercien con China”, manifestó durante una entrevista a un medio nipón, en relación al segundo socio comercial que tiene el país, pero con el que las relaciones están en constante tensión desde la llegada de La Libertad Avanza a la gestión nacional. Las declaraciones, además, llegan tras el cruce del vocero presidencial, Manuel Adorni, con la embajada china en el país.
“Son sólo las empresas privadas las que compran o venden a empresas chinas”, aseveró durante una conversación con Nikkei Asia. En esa línea, la representante diplomática del país reiteró la posición del Ejecutivo de que el “gobierno no debería interferir como fue en el pasado decidiendo a quién comprar, qué comprar y a qué precio”, manifestó y reforzó la idea de haberse alejado de los Brics –el grupo económico de países emergentes al que el Gobierno rechazó unirse al poco tiempo de haber sido aceptado-. “Es más una relación política y ahí no acordamos”, dijo Mondino.
Es que, para ella, “no hay mucho que ganar trabajando junto con países que no son democracias liberales”, dijo en relación a quienes forman parte de ese grupo económico, cuya población representa más del 40% mundial con un PBI de 134 951 billones de dólares. Las declaraciones fueron a tono con las posiciones manifestadas por el presidente, Javier Milei, que en más de una ocasión dijo no querer mantener relaciones con Brasil o China por “comunistas”, situación que llevó a tensar los vínculos con ambos países.
Según Nikkei Asia, Mondino se mostró “escéptica” ante la idea de una articulación geopolítica conjunta de los países en desarrollo desde el “Sur Global” para la disputa internacional en medio de una coyuntura de constantes tensiones entre el gigante asiático y Estados Unidos. “Creo que es un poco exagerado”, opinó la canciller.
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Por otro lado, se pronunció sobre un posible acuerdo entre el Mercosur y Japón y aprovechó para insistir en la idea de que el país “se abra al mercado” a través de acuerdos de libre comercio, algo que está prohibido para todos los países del bloque en el Tratado de Asunción.
Las vías de comercio sobre las que hizo énfasis en ese sentido fue en los recursos energéticos con los que cuenta el país que “podrían ayudar a Japón para la transición energética y seguridad alimentaria”.
En otro orden, al ser consultada sobre la posibilidad de mudar la embajada argentina a Jerusalén, Mondino aclaró que “no es una decisión formal”. A diferencia del Presidente, la canciller destacó “la presencia de Argentina en Israel desde el primer día. Argentina apoyó la existencia de Israel y, también, la solución de dos estados”, en referencia a la creación de un Estado Palestino.
Sobre el cierre de la nota, Mondino fue consultada sobre las dificultades que encontró el Gobierno en el Congreso Nacional para el avance de las leyes que impulsaron, como la fracasada ley ómnibus. A lo que la canciller respondió con una evasiva y haciendo énfasis en “la libertad” que supuestamente están mostrando a la ciudadanía: “Estamos dejando que las personas decidan su propio horario de trajo, que decidan cómo usar su licencia por maternidad, estamos permitiendo que las personas decidan cuándo y cómo divorciarse. ¿Se imaginan si estuvieran reguladas por el Gobierno?”, dijo. “Digamos que me equivoco, Digamos que las personas no están dispuestas a aceptarlo. ¿Cuáles son las opciones? ¿Quién va a pagar por lo que teníamos? Una vez que la gente pruebe la libertad, fervientemente creo que van a ser felices”.