El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva brindó un discurso en la inauguración de la VII Cumbre de la CELAC en el que revindicó "la integración regional y la consolidación de una región pacífica, basada en relaciones marcadas por el diálogo y la cooperación" y planteó que "la estrategia de desarrollo debe ir paso a paso con la reducción de la desigualdad". También criticó la decisión del ex mandatario Jair Bolsonaro de retirar a Brasil de la CELAC y celebró su reincorporación.
"En mi primer discurso después de los resultados electorales, afirmé que Brasil estaba de vuelta en el mundo. Nada más natural que emprender este viaje de regreso por la CELAC", comenzó diciendo el mandatario brasileño en su discurso.
En su intervención, Lula afirmó que en sus dos primeros mandatos se dedicó "junto a tantos que hoy veo reunidos alrededor de esta mesa a la tarea de construir una América Latina basada en lazos de confianza". "Es con gran alegría y muy especial satisfacción que Brasil está de regreso en la región y dispuesto a trabajar codo a codo con todos ustedes, con un sentido muy fuerte de solidaridad y cercanía", reconoció.
El mandatario destacó que el mundo actualmente padece múltiples crisis: "pandemia, cambio climático, desastres naturales, tensiones geopolíticas, presiones sobre la seguridad alimentaria y energética, amenazas a la democracia representativa como forma de organización política y social", pobreza, hambre. Estas crisis, según Lula, demuestran el valor de la integración.
"Esto no significa que debamos aislarnos del mundo. Solo señala que esa integración se hará en mejores términos si estamos bien integrados en nuestra región. Debemos unir fuerzas para una mejor infraestructura física y digital, la creación de cadenas de valor entre nuestras industrias y más inversión en investigación e innovación en nuestra región", planteó y marcó que la "estrategia de desarrollo debe ir paso a paso con la reducción de la desigualdad en sus diversas dimensiones, con la garantía del acceso a los derechos fundamentales en los campos de la educación, la salud y el trabajo, entre muchos otros".
"Para que podamos crecer de manera sostenible, no podemos seguir presumiendo de niveles inaceptables de pobreza y hambre, ni podemos vivir con la desigualdad y la violencia de género que afecta a la mitad de nuestra población. Es necesario respetar y proteger a nuestros pueblos originarios, hasta hoy amenazados y desatendidos. Es necesario trabajar para que el color de la piel deje de definir el futuro de nuestros jóvenes", afirmó el mandatario brasileño.
El discurso completo de Lula da Silva en la CELAC
Querido amigo Alberto Fernández, Presidente de Argentina, presidente pro tempore de la CELAC y campeón mundial de fútbol, que nos recibe fraternalmente en Buenos Aires, Queridas y queridos colegas Jefes de Estado y de Gobierno de los países que integran nuestra región, Amigos presentes,
Por azares del destino, compañero Alberto Fernández, mi primera actividad fuera del país en este nuevo mandato fue en Argentina, y para una Cumbre de la Comunidad de Países Latinoamericanos y Caribeños.
En mi primer discurso después de los resultados electorales, afirmé que Brasil estaba de vuelta en el mundo. Nada más natural que emprender este viaje de regreso por la CELAC.
A lo largo de los sucesivos gobiernos brasileños desde la redemocratización, hemos trabajado arduamente y con sentido de misión a favor de la integración regional y la consolidación de una región pacífica, basada en relaciones marcadas por el diálogo y la cooperación. La lamentable excepción fueron los últimos años, cuando mi antecesor tomó la inexplicable decisión de retirar a Brasil de la CELAC.
En mis dos primeros mandatos me dediqué –junto a tantos que hoy veo reunidos alrededor de esta mesa– a la tarea de construir una América Latina basada en lazos de confianza.
Es con gran alegría y muy especial satisfacción que Brasil está de regreso en la región y dispuesto a trabajar codo a codo con todos ustedes, con un sentido muy fuerte de solidaridad y cercanía.
Hoy renuevo, con una dosis de emoción, el espíritu que nos animó en 2008, cuando realizamos la primera Cumbre de América Latina y el Caribe en la Costa do Sauípe, en el estado brasileño de Bahía, que tres años después evolucionaría al formato de esta Comunidad.
Aquel encuentro tuvo un significado histórico que sigue siendo muy actual. Porque fue la primera vez que los jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe nos reunimos, sin ninguna autoridad extranjera, para discutir nuestros problemas y buscar nuestras propias soluciones a los desafíos que compartimos.
Este espíritu -de solidaridad, diálogo y cooperación- en una región del tamaño e importancia de América Latina y el Caribe, no puede ser más oportuno y necesario.
El mundo vive un momento de múltiples crisis: pandemia, cambio climático, desastres naturales, tensiones geopolíticas, presiones sobre la seguridad alimentaria y energética, amenazas a la democracia representativa como forma de organización política y social. Todo ello en un contexto inaceptable de crecientes desigualdades, pobreza y hambre.
Quisiera aprovechar aquí para agradecer a todos y cada uno de ustedes que se han puesto del lado de Brasil y de las instituciones brasileñas, en estos últimos días, en repudio a los actos antidemocráticos ocurridos en Brasilia. Es importante recalcar que somos una región pacífica, que rechaza el extremismo, el terrorismo y la violencia política.
La mayoría de estos desafíos, como sabemos, son de naturaleza global y requieren respuestas colectivas. No queremos importar rivalidades y problemas particulares a la región. Al contrario, queremos ser parte de las soluciones a los desafíos que son de todos.
La CELAC ha avanzado y colaborado en este período reciente para demostrar la importancia y el potencial de este mecanismo. Conocí con gran satisfacción cuánto se construyó durante las recientes presidencias de México y Argentina, que coincidieron con uno de los períodos internacionales más difíciles.
La CELAC actuó con prontitud durante la pandemia de covid-19, incluyendo el establecimiento de un plan para fortalecer las capacidades de producción de vacunas y medicamentos.
La CELAC no se ha quedado callada ante los desafíos de la seguridad alimentaria, la seguridad energética y el cambio climático.
Estoy convencido de que, en un sentido pragmático y basado en la colaboración con organismos y agencias especializadas –como la FAO, la OMS y la CEPAL, entre muchos otros– tenemos mucho que aportar en cada uno de estos temas.
En el área de energía, tenemos capacidades muy especiales para participar, de manera ventajosa, en la transición energética global. Contamos con matrices energéticas diversificadas y potencial de crecimiento en energías renovables y limpias.
Además, contamos con algunos de los principales biomas en nuestros territorios; contamos con recursos naturales estratégicos, como minerales críticos; conservamos una porción importante de la biodiversidad del planeta; y somos una potencia en recursos hídricos, clave para el futuro de la humanidad.
En la COP-27, en Egipto, anuncié que Brasil pronto convocará una Cumbre de Países Amazónicos. La cooperación que viene de fuera de nuestra región es muy bienvenida, pero son los países que forman parte de estos biomas los que deben liderar, de manera soberana, las iniciativas para cuidar la Amazonía. Por lo tanto, es fundamental que valoremos nuestra Organización del Tratado de Cooperación Amazónica - OTCA.
Brasil presentó recientemente la candidatura de Belém do Pará para ser sede de la COP-30, en 2025. El apoyo que estamos recibiendo de los países de la CELAC es indispensable para que podamos mostrar al resto del mundo la riqueza de nuestra biodiversidad, el potencial de la sostenibilidad desarrollo y la economía verde, además, por supuesto, de la importancia de preservar el medio ambiente y luchar contra el cambio climático.
Señoras y señores,
Hay una clara contribución de la región a la construcción de un orden mundial pacífico, basado en el diálogo, el fortalecimiento del multilateralismo y la construcción colectiva de la multipolaridad.
Consideramos fundamental desarrollar y profundizar los diálogos con socios extrarregionales, como la Unión Europea, China, India, ASIAN y, muy especialmente, la Unión Africana.
Mis amigos y mis amigos,
Las diversas crisis que vivimos hoy en el mundo demuestran el valor de la integración. La pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto los riesgos asociados a nuestra excesiva dependencia de insumos fundamentales para el bienestar de nuestras sociedades.
Esto no significa que debamos aislarnos del mundo. Solo señala que esa integración se hará en mejores términos si estamos bien integrados en nuestra región. Debemos unir fuerzas para una mejor infraestructura física y digital, la creación de cadenas de valor entre nuestras industrias y más inversión en investigación e innovación en nuestra región.
Nuestra estrategia de desarrollo debe ir paso a paso con la reducción de la desigualdad en sus diversas dimensiones, con la garantía del acceso a los derechos fundamentales en los campos de la educación, la salud y el trabajo, entre muchos otros. Para que podamos crecer de manera sostenible, no podemos seguir presumiendo de niveles inaceptables de pobreza y hambre, ni podemos vivir con la desigualdad y la violencia de género que afecta a la mitad de nuestra población. Es necesario respetar y proteger a nuestros pueblos originarios, hasta hoy amenazados y desatendidos. Es necesario trabajar para que el color de la piel deje de definir el futuro de nuestros jóvenes.
Nada debe separarnos, ya que todo nos une. Nuestro pasado colonial. La intolerable presencia de la esclavitud que marcó nuestras sociedades profundamente desiguales. Las tentaciones autoritarias que aún hoy desafían nuestra democracia.
Pero también la inmensa riqueza cultural de nuestros pueblos indígenas y la diáspora africana. La diversidad de razas, orígenes y credos. La historia compartida de resistencia y lucha por la autonomía. Todo esto nos hace sentir parte de algo más grande y alimenta nuestra búsqueda de un futuro común de paz, justicia social y respeto a la diversidad.
Por eso, no podía terminar sin homenajear a un brasileño extraordinario, que se dedicó a repensar nuestra región cuando una comunidad latinoamericana y caribeña era aún un espejismo.
El pasado mes de octubre, Darcy Ribeiro, figura pública y uno de nuestros más grandes pensadores, habría cumplido cien años. Habiendo vivido en el exilio en los años 60 y 70, fue uno de los primeros en hablar de nuestra unidad en la diversidad . esta Patria Grande, y señalando el aporte civilizatorio muy particular que nuestra región tiene para dar al mundo.
Brasil nuevamente mira hacia su futuro con la certeza de que estaremos asociados con nuestros vecinos bilateralmente, en Mercosur, UNASUR y CELAC.
A Ralph Gonsalves, Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas que asume la CELAC, le dedico toda la suerte del mundo
Es con este sentimiento de destino común y de pertenencia que Brasil regresa a la CELAC, con el sentimiento de quien se reencuentra consigo mismo.
Muchas gracias.