En las últimas horas, I.C., uno de los dos jóvenes atropellados por Ignacio Buzali, el marido de la diputada macrista Carolina Píparo, revocó el poder de sus abogados luego de haber declarado ante la justicia que había “perdido la confianza” en ellos porque “lo llevaron a un encuentro clandestino con Carolina Píparo en una casa quinta”.
Según se deprende de la declaración ante la fiscal, Cecilia Rodríguez, el joven revocó “los patrocinios de los letrados Juan Beluardo y Juan Manuel Fontana”, debido a una “pérdida de confianza”, y por verlos “más preocupados en defender la imagen de la Diputada Píparo que mis derechos, con lo cual solcito, ambos se abstengan de representarme en cualquier sede tribuna licia”.
En ese sentido, detalló que lo llevaron a “un encuentro clandestino y a escondidas y desconociendo el motivo de tal reunión con la señora Carolina Píparo, que el encuentro, se realizó en una casa quinta de la localidad desconociendo la ubicación exacta de la misma”.
“De dicho encuentro participó un masculino que dijo ser el hermano de Carolina Píparo. Luego de mucho pensar y, pese a mis escasos 17 años, entiendo que dicho encuentro debería haberse llevado a cabo en la Oficina de Asistencia a la Víctima de la ciudad de La Plata”, relató la víctima haciendo referencia al segundo cargo que posee Píparo, ya que también es la directora municipal de la oficina mencionada.
Durante la reunión, y tal cual figura en la declaración ante la Justicia, “me siento muy mal por haber aceptado los dos mil pesos que me entregó en mano la Señora Píparo, los cuales oportunamente se los reintegraré”. I.C. confesó que, “si bien seré joven, inexperto, sin dinero, pobre, no soy un delincuente para tener que andar encontrándome a escondidas con la esposa de quien fuera el victimario de los hechos”.
Además relató que “me pidieron que difundiera o comentara dicha reunión, induciéndome a mentir, que la Señora Piparo, mujer de mi victimario, y quien a las 6 horas del hecho que se investiga (doble tentativa de homicidio) salió por los medios de comunicación nacional a acusarme de ladrón”.
Qué dijo Carolina Píparo
Este martes a las once de la mañana, la legisladora provincial, luego de haberse conocido la noticia, utilizó su cuenta personal de Twitter para dar su versión del hecho: “Me sorprende y entristece la cantidad de barbaridades que leí. Me remito a contar lo que sucedió para dejar de lado las operaciones berretas”.
“Hace meses me informaron que una de las personas involucradas en el accidente tenía problemas de índole personal. Inmediatamente me puse a disposición y su abogado ofreció su casa como punto de encuentro. Nadie se veía incómodo en el lugar, fui con mi hermano, mi gran pilar, estaba obviamente su abogado y también su mamá. Conversamos sobre varias cosas y sobre lo sucedido, la reunión fue muy cordial”, agregó.
"Seré joven, inexperto, sin dinero, pobre, no soy un delincuente para tener que andar encontrándome a escondidas con la esposa de quien fuera el victimario de los hechos", declaró uno de los chicos atropellados
“El joven manifestó que en el accidente se le había roto el celular y las zapatillas, ofrecí hacérselo llegar, se mostró contento y cuando lo recibió, me manifestó estar feliz y agradecido, incluso intercambiamos mensajes después de aquella reunión porque todo fue de corazón. Fue una reunión súper positiva y que nada tenía que ver con todo el proceso penal en marcha, sino con poder escucharnos sobre cómo cada uno vivió la situación. Se me reprochó que no me acerqué, se me reprocha que me puse a disposición, entonces entiendo qué hay una voluntad de perseguirme y no otra cosa”.
Y finalizó: “La bajeza y la politiquería no dejan de sorprenderme. No hubo reuniones secretas con nadie, mi vida entera es pública. Yo no necesito fotos para la tribuna. Trabajo y estoy cerca de la gente siempre. Y así voy a seguir. Espero que no se utilice más el tema.
A la política le pido que se concentre en trabajar por quienes lo necesitan. Menos rosca y más barrio, porque con operaciones y ataques personales no llegan más vacunas, no abren más escuelas, nadie se siente más seguro, no se come, no se genera trabajo y muchísimo menos llega la paz y certidumbre que todos necesitamos. Laburen”.