Se trató de una “muerte violenta, por no ser natural”, producto de una sumersión -ahogamiento- y “no se observaron signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados”. Tampoco tenía heridas de armas de fuego ni evidencia de golpes. Del estudio forense no surgen elementos que permitan suponer que los restos hayan estado “en otro ambiente distinto al del hallazgo durante el intervalo postmortem consignado”. Es decir, el cuerpo no fue plantado en el lugar.
Tampoco se observaron cambios de coloración en los huesos “compatibles con el uso de sustancias ácidas, alcalinas o por exposición a una fuente emisora de calor”. Todas las lesiones que tenía el cuerpo, como la falta de ambos brazos, y pérdida de algunas piezas dentales son postmortem (posteriores a la muerte), producto de depredadores y exposición medioambiental.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) presentó el informe integrado de los estudios de la autopsia realizada el 25 de agosto en el marco de la causa que investiga la desaparición seguida de muerte de Facundo Castro. El juzgado Federal Nº2 de Bahía Blanca, a cargo de María Gabriela Marrón, comunicó los principales resultados científicos. La perito que representa a la familia de Facundo, Virginia Creimer, firmó en disidencia el resultado del informe.
Destaca el avanzado estado de esqueletización del cadáver limitó las posibilidades de conocer el modo de la muerte. Es decir, la ciencia forense no pudo determinar con rigor científico qué tipo de muerte violenta sufrió Facundo: homicida o accidental. Y agrega que los restos óseos estudiados no presentaban lesiones vitales, de origen traumático, ni otras antemortem (previas a la muerte).
Facundo no tenía heridas de armas de fuego ni evidencia de golpes. “En las diferentes piezas óseas observadas, y mediante el estudio de imágenes radiográficas, no se evidenciaron estructuras de densidad metálica, similares a elementos que puedan corresponderse con aquellos que producen injurias o lesiones (como por ejemplo proyectiles de arma de fuego, segmentos de arma blanca, entre otros)”.
También confirma que Facundo murió en el lugar donde hallaron sus restos. “Los resultados del estudio biológico llevado a cabo en médula ósea determinaron la presencia de un número significativamente alto de restos de algas microscópicas coincidentes con las de las muestras ambientales de agua y sedimentos tomadas en el lugar del hallazgo”.
La muerte de Facundo se produjo por asfixia por sumersión, ahogamiento. “La sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)”.
Facundo murió en el lugar donde encontraron su cuerpo. “El hecho de que la identificación de los géneros y especies de diatomeas halladas en la médula sean coincidentes con las recuperadas en muestras de agua y de sedimentos recogidos en el lugar del hallazgo de los restos es altamente indicativo de que se trata del medio en el cual se produjo la muerte”.
Sobre el estado de descomposición del cuerpo, el informe indica que fueron producto de los animales del lugar. “La acción de carnívoros de la familia de los cánidos de pequeño tamaño. De acuerdo a la fauna presente en el área, el zorro pampeano o gris constituye el principal agente que afectó al cuerpo”.
La ausencia de algunas partes del cuerpo de pequeño tamaño “es el esperado para la acción del zorro pampeano. La desarticulación y desplazamiento de ambos miembros superiores (uno de ellos hallado a 73,9 metros del cuerpo) y del miembro inferior derecho fue producida por este mismo cánido”.
También detalla el informe que el cuerpo habría estado sujeto -además de a la acción de animales carnívoros- a la fluctuación de agua por las mareas, la presencia de invertebrados (cangrejos) y aves, entre otros. “Esta dinámica posiblemente generó el movimiento del cuerpo y la pérdida de las prendas de vestir”.
También el informe describe el fenómeno “Pink Teeth” (diente rosado) observado en las piezas dentales anteriores del maxilar inferior, y considera que debe ser considerado “orientador pero inespecífico” para establecer causa de muerte, aunque complementa la condición de una asfixia por sumersión.
"El tiempo mínimo transcurrido entre la muerte y el hallazgo, sería no menor a 30 días determinados por tafonomía (acción del ambiente) y entomología (micro fauna asociada a los restos); siendo el tiempo máximo estimado del período transcurrido desde la muerte mayor, pero no pudiendo determinarse científicamente", destaca el informe.
El reconocido Equipo Argentino de Antropología Forense informó los resultados del informe integral de la autopsia luego de analizar y articular la totalidad de los estudios y análisis realizados por cada uno de los peritos. Los expertos del EAAF le entregaron los resultados a la jueza federal 2 de Bahía Blanca, María Gabriela Marrón, a cargo del caso. En representación de Cristina Castro y sus abogados, estuvieron la médica legista Virginia Creimer, y Margarita Jarque, de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM). Fue en el predio de la ex ESMA, donde se realizó la autopsia el 25 de agosto.
Es un día clave en el caso que investiga la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo Castro. Aunque el resultado de la autopsia no resuelve el caso, fuentes de la investigación habían anticipado a El Destape que se trata de un aspecto clave para contextualizar toda la información incorporada a la causa.
Esta tarde, habrá una conferencia de prensa coordinada por Amnistía Internacional, en la que participarán, desde las seis de la tarde, Cristina Castro y sus abogados Luciano Peretto y Leandro Aparicio, además de Virginia Creimer y Margarita Jarque, y Paola García Rey, directora adjunta de Amnistía Internacional Argentina, para informar las novedades del caso.
“Esta es una prueba que debe ser analizada en el contexto y con las caracterísitcas de la causa, que tuvo durante casi dos meses una instrucción provincial muy deficiente, la actuación de la Policía Bonaerense en el territorio”, dijo Margarita Jarque, de la CPM, en la previa de la reunión con el EAAF
En la autopsia participaron casi una veintena de profesionales del EAAF, el Cuerpo Médico Forense (CMF) de la Corte Suprema, investigadores del Conicet y la Universidad del Centro, de 7 disciplinas distintas, durante casi 10 horas. Se aplicó el protocolo de Minnesota, un modelo de Naciones Unidas que se utiliza en investigaciones de muertes potencialmente ilícitas en las que puedan estar involucrados agentes del Estado. El peritaje fue filmado y fotografiado, y el material quedó a resguardo del EAAF.
Facundo fue hallado sin vida el sábado 16 de agosto en un cangrejal de la localidad de General Daniel Cerri, en la zona de Villarino Viejo. La identidad fue confirmada el 2 de septiembre por el EAAF. Fue visto por última vez con vida el 30 de abril, cuando partió de Pedro Luro rumbo a Bahía Blanca. La familia apunta a la responsabilidad de agentes de la Policía Bonaerense en la desaparición y muerte.
El sábado 12 de septiembre fue hallada la mochila de Facundo, con su licencia de conducir y dos teléfonos celulares, uno marca Nokia y otro BlackBerry, entre otros elementos, a unos 2.3 kilómetros del lugar donde se hallaron los restos óseos.
La investigación está a cargo de tres fiscales federales: Santiago Ulpiano Martínez, de la FIscalía Federal N1 de Bahía Blanca, cuestionado por la madre de Facundo Castro y sus abogados, y los fiscales Andrés Heim -titular de la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN)- y Horacio Azzolin -de la Unidad Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI)-, designados el 28 de agosto por el procurador general de la Nación interino, Eduardo Casal, para intervenir en forma conjunta con Martínez.