Con el objetivo de mantener su adecuado funcionamiento, apuntando a modernizar sus instalaciones sin alterar el patrimonio histórico y cultural del edificio, siguen avanzando las obras en el interior de la Casa Rosada, que incluyen la renovación general de espacios y de instalaciones eléctricas y de agua, recuperación de oficinas y nuevos ascensores, mientras se planifican tareas de mejoras en la fachada exterior.
Con la llegada de Alberto Fernández a la Casa Rosada se evaluó críticamente el proyecto de reformas que venía llevando adelante la anterior gestión y se instruyó a la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de las obras, para que realice una revisión, redefinición y adecuación de las mismas.
Pese a las restricciones que impuso la pandemia que obligaron a la reformulación de los alcances de algunas tareas y al ajuste de los plazos previstos, las obras nunca se pararon. Sobre la base de protocolos estrictos se organizaron sectores seguros y se continuó con los trabajos en curso.
El plan de obras redefinido incluyó diferentes áreas de trabajo y objetivos Se dispusieron de nuevos emplazamientos para las oficinas de servicios que requiere el funcionamiento diario de la Casa. Se modernizó y unificó el sistema de tableros eléctricos y se emplazó una nueva sala de bombas y tanques cisternas. Todo esto impactó en un mejor funcionamiento cotidiano. Además, fue reciclado el Patio Balcarce.
Si bien hay tareas pendientes con plazos de finalización próximos, la Secretaría General tiene previsto la recuperación del ala de Paseo Colón con la rehabilitación de espacios y ya se encuentran en preparación los pliegos para la refacción y pintura de la fachada externa y de todo su interior. También está previsto el traslado del comedor a los fines de extremar el cuidado de los salones históricos y optimizar el uso de los espacios y la puesta en valor del Museo del Bicentenario.
Además de sede del Poder Ejecutivo, la Casa de Gobierno alberga a la Jefatura de Gabinete de Ministros, a tres Secretarías dependientes directamente de la Presidencia y al Ministerio del Interior. Por esta razón, la circulación de personal e participantes en las diferentes actividades diarias resulta muy importante para un edificio que pertenece al Siglo XIX.
El plan original preveía la instalación de dos ascensores sin sala de máquina y su estructura vidriada en el segundo patio de Balcarce 50. Este diseño se vinculaba con una refuncionalización de la terraza y un nuevo concepto de circulación de la Casa. Atendiendo las observaciones de la Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos se suspendieron esos trabajos por considerarlos invasivos sobre el patrimonio histórico de la Casa de Gobierno, y se decidió emplazar los nuevos ascensores, que ya están en pleno funcionamiento, en el núcleo Paseo Colón.
Estos elevadores son de última generación y significan una clara mejora en términos de accesibilidad. Incorporan nuevos avances en materia de sanitización, acordes a pautas internacionales. La innovación consiste, básicamente, en la combinación de cuatro tecnologías: un sistema de aislación entre pasajeros por pared de aire, la renovación de aire de cabina en 10 segundos, la esterilización de la cabina por rayos UVC, y la instalación de botoneras exteriores que operan sin contacto directo y actúan por proximidad.
De este modo, se saldó una vieja deuda. Después de años la Casa de Gobierno cuenta con un sistema de ascensores moderno que garantiza la accesibilidad a todas las personas sin agredir su diseño arquitectónico. Además, con este avance no se alteró la fisonomía y el espíritu de la Casa.
La Casa Rosada se creó a partir de la unión de los antiguos edificios del Correo y de la Casa de Gobierno según la remodelación proyectada por el arquitecto Francisco Tamburini en 1884. Con el transcurso del tiempo, fue experimentando diferentes transformaciones. En 1942 fue declarada Monumento Histórico Nacional y es patrimonio arquitectónico y cultural del país.