Una frase en el vuelo de vuelta de la Cumbre de las Américas resumía el clima del gobierno nacional sobre el sistema financiero: "Menos mal que hoy es sábado". Claro, los mercados estaban cerrados. Alberto Fernández regresó al país ese día junto a la comitiva que lo acompañó a Los Ángeles para dar un discurso que lo tuvo como protagonista. El domingo lo llamó al ministro de Economía, Martín Guzmán, y estuvieron reunidos en la Quinta de Olivos.
Fernández y sus ministros se enteraron del caos financiero en Estados Unidos. El riesgo país superaba los 2000 puntos y volvía a los niveles previos al canje de deuda. Y se disparaban para abajo los bonos argentinos: llegaron a caer hasta casi 5%. Todo 24 horas después de que el FMI confirmara que enviará al país otros US$4000 millones este mes porque Argentina cumplió las metas del acuerdo. Un hombre clave que fue parte de la comitiva del Presidente, en el lobby del hotel donde se hospedaron todos, alertó a una funcionaria: "¿Viste lo que está pasando en los mercados?". Caras de preocupación.
En una entrevista con El Destape y otros medios, ese mismo día Alberto Fernández fue consultado por este tema y respondió: "Creo que la cosa se va a ir ordenando paulatinamente y obviamente seguiremos de cerca el tema para monitorearlo y para intervenir si es necesario". Reveló que se había comunicado sobre el tema con el ministro de Economía, y con el presidente del BCRA, Miguel Pesce. El mandatario argumentó: "Por esta época esto podía pasar porque muchas empresas se desprenden de títulos para cumplir con obligaciones".
Durante la estadía en Los Ángeles se escuchó en repetidas ocasiones de parte de la delegación argentina la idea de "repensar el Gobierno", "que el Gobierno entre a boxes y haga los cambios necesarios" y hasta se especuló con modificaciones inmediatas otra vez. "No creo que esté chocado ni destruido este auto. Tiene algunos bollos. Hay que tocarle algunas cosas para encarar este año y medio", afirmó una de las caras destacadas que acompañó al Presidente a EE.UU.
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Tras la reunión de domingo, Guzmán quedó a cargo de monitorear de cerca durante el día de apertura de la semana de los mercados qué ocurría. Desde Economía creen que la mayor volatilidad tiene que ver con lo que pasa en el mundo y subrayaron que a eso se suman ciertos sectores generando dudas con respecto al mercado de deuda en pesos.
Hoy, uno de los referentes económicos de Juntos por el Cambio, Hernán Lacunza, por las dudas, salió a cruzar esa versión. "Me dicen que me atribuyen conjeturas sobre el tratamiento de la deuda en pesos en un eventual futuro Gobierno. Falsas", escribió en Twitter. Guzmán cree que este gobierno reconstruyó un mercado y se encargó de dejar en claro que jamás lo defaultearía. Según su versión, es eje y es política de estado reconstruir la confianza en la moneda local.
El propio Guzmán tuvo que salir a negar la posibilidad de un default de la deuda en pesos. Y desmintió que haya suspendido su presencia en un foro de minería que se hizo en Canadá. "Yo no suspendí el viaje. La empresa canceló el vuelo y no llegaba al Foro de Minería. Asistiré de forma virtual", explicó el funcionario.
Durante la tarde del lunes encendió todas las alarmas la entrada sorpresiva del titular del BCRA, Miguel Pesce, a la Casa Rosada. No vio al Presidente. Se reunió con funcionarios. Inmediatamente desde el entorno de Pesce salieron a apagar el incendio mediático: "Fue por temas burocráticos de gestión. Temas de gestión del banco totalmente desvinculados de la coyuntura", aclararon a El Destape.
Hoy el dólar blue aumentó cinco pesos y se vendió a $215, su valor máximo desde febrero. De esa forma, se ubicó por encima del solidario. Actualmente, la brecha entre el tipo de cambio clandestino y el oficial es alrededor del 69%.
¿Cómo piensa resolver el gobierno este nuevo temblor? Según pudo saber este portal, se esperan anuncios que podrían llegar este martes: va haber una suba de las tasas de interés y habrá medidas fiscales.