En el Senado ya comenzó la rueda de llamados y comunicaciones. El oficialismo empezó a tantear la posibilidad de contar con los dos tercios de los votos necesarios para avanzar con el debate de un proyecto sobre tablas, atento al acotado tiempo existente para sancionar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. La oposición inició una ronda de consultas internas para ver, aproximadamente, cuántos votos podrían aportar y si tienen ganas o no de hacerlo para consolidar el número de 48 legisladores sobre 72 para habilitar su tratamiento. Cuando se llegó al consenso en Diputados y la mesa nacional de Juntos por el Cambio avaló ese acercamiento, también se abrazó a la Cámara Alta. En los próximos días habrá una seguidilla de debates intra-bloque para terminar de pulir el sentido de los votos e imitar la actitud de la Baja.
Con una estructura mucho menor, los movimientos de Juntos por el Cambio en el Senado sólo incluyen dos bloques, el radicalismo y el PRO. El primero se reunirá el lunes, luego del regreso, el sábado, del jefe del interbloque, Alfredo Cornejo, de gira por Estados Unidos. La postura de este espacio ya está tomada, según confiaron a este medio. El proceso de definición no se explicitó hasta que Diputados logró el consenso necesario para acompañar. El mendocino mantuvo una postura crítica respecto del programa, algo que desde un sector de la UCR se le cuestionó a Gerardo Morales, que desde el inicio propició que se facilite la aprobación, sin confrontación.
En el PRO, en tanto, se prefirió aguardar el resultado de la votación en Diputados para convocar a un encuentro, sobre todo para ver la nueva configuración del oficialismo. Un gesto clave, anticipatorio, fue la participación de Humberto Schiavoni, presidente de esa bancada, en un encuentro virtual con Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y autoridades parlamentarias de la Cámara Baja. En ese mitin se informó el consenso alcanzado con parte del Frente de Todos, se pusieron sobre la mesa los alcances e implicancias y se salió con el visto bueno de la cúpula de los halcones.
Macri, reacio a aprobar el acuerdo, había abandonado una reunión de la mesa nacional el fin de semana pasado, después de exponer su postura contraria al pacto. La exclusión del programa de medidas económicas, la ausencia de cualquier análisis crítico de su gestión y la deuda contraída por su gobierno en 2018 fueron las razones que permitieron cambiar el rumbo discursivo del ex presidente respecto del proyecto de ley. "Felicito a todos los bloques porque han tenido una gran actuación", dijo este jueves en ExpoAgro para dejar en claro el acompañamiento.
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Con esos encuentros como telón de fondo - uno ya ocurrido, otro por suceder y otro por poner en agenda antes del debate -, Juntos por el Cambio planea también votar positivamente en el Senado. Desde el radicalismo se mostraron más seguros con esa postura y desde el PRO prefirieron confirmarla recién después de la charla entre sus legisladores, aunque “en principio, sí” estarían a favor. La presencia de Schiavoni en el Zoom que convenció a Macri funcionó como un guiño en ese sentido.
Así, se comenzó a barajar la posibilidad de un resultado amplio en favor del acuerdo que “sale” aprobado. La cuestión de los tiempos y la postura oficialista, que podría reunir a su tropa la semana que viene, serán los dos factores a tener en la mira. Sobre el segundo punto ya se expresó la oposición en el comunicado de la mesa nacional: “Esperamos que en el Senado la vicepresidenta esté a la altura de su cargo” y le pateó la pelota a Cristina Kirchner.
Respecto de la cuestión temporal, el Senado, más reglamentarista que Diputados, respeta los siete días “sánguche” entre la firma del dictamen de comisión y la sesión, además hace dos semanas estipuló que las jornadas de debate en el recinto serán los miércoles y jueves. Pero la Argentina enfrentará un vencimiento el martes 22 de marzo y es la fecha que todos miran. Con ese dato como horizonte, empezó a especular con un tratamiento la semana que viene, ya sea con un despacho de comisión mega veloz, una sesión especial o, como se perfila, el tratamiento sobre tablas que requerirá, para la aprobación de su tratamiento, las dos terceras partes de los votos emitidos. Ese fue, básicamente, el motivo de la ronda de consultas durante la noche del jueves. La figura de los gobernadores será muy relevante en un hemiciclo que convoca a los representantes de las provincias. Catorce de ellos ya pasaron por Diputados para apoyar el pacto.
Luego llegará el momento de consagrar a los “ganadores” de las negociaciones y el consenso. En las últimas horas, se revalorizó mediáticamente el rol dialoguista de Gerardo Morales, aunque tantos halagos no fueron compartidos por todas las filas radicales. El gobernador de Jujuy estuvo a favor de facilitar la sanción del pacto con el FMI desde el principio, con programa incluido. Y si bien el consenso alcanzado esta semana fue celebrado por todos, los que descorcharon fueron aquellos que decidieron ponerle un manto de misterio a su decisión y mantuvieron la pelea con el oficialismo.
Es que los que se mostraron menos receptivos a facilitar la sanción sin modificaciones se jactaron de haber aprovechado una debilidad del FdT para la negociación, las divisiones internas que obligaron a buscar más votos que los habituales en las filas de JxC. En ese tire y afloje de cualquier pulseada, no enamoró globalmente la moderación jujeña, sede de la jefatura del partido centenario. Por eso, se cuestionó que Morales no se haya pronunciado en contra del programa de medidas durante su intervención en el plenario de comisiones en Diputados y se recordó que el gobernador convocó, hace un mes, a una reunión opositora con Martín Guzmán, algo que esperaron pero no llegó.