Pinta como una final. Al menos así lo tomaron los bloques de diputados del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio que van a "concentrar" el domingo para el "partido" decisivo del tratamiento del acuerdo con el FMI que arrancará el lunes con la exposición del ministro de Economía, Martín Guzmán, y demás funcionarios nacionales en la comisión de Presupuesto y Hacienda. Con sigilo, en ambas coaliciones vienen preparando por su lado encuentros para exponer las posiciones que llevarán a la Cámara, que pinta que mostrarán importantes diferencias internas. "Será un debate histórico e inédito", anticipó el jefe de la bancada oficialista, Germán Martínez. En principio, lo que se percibe es que redefinirá a ambas alianzas en la carrera hacia 2023.
El presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, que hasta ahora había dicho poco en público, expresó en Tucumán que hará todo su esfuerzo en tratar de convencer "hasta el último diputado" de votar a favor del acuerdo. Es conocido su buen vínculo con Máximo Kirchner, aunque -a priori- se veían pocas posibilidades de que consiguiera algún resultado positivo por ese lado. Martínez les pidió a los 118 integrantes del bloque del Frente de Todos que el domingo al mediodía estuvieran "en zona", es decir, en CABA o alrededores. Se hablaba de un posible encuentro grupal en Tigre, el pago chico de Massa. "Estoy como Bilardo en el '86", bromeó Martínez con un conocido a propósito de la concentración a sus dirigidos, influenciado por la serie de HBO.
Es lógico que en el Frente de Todos se bsuque un diálogo previo a las exposiciones en el Congreso. En una bancada de 118 integrantes, a priori, habría 88 que votarían a favor del acuerdo y 30 que optarían por la abstención. Máximo ya expresó en su carta de renuncia a la conducción del bloque sus diferencias con la negociación que llevó adelante Guzmán y dejó en claro que mantiene ese concepto al ausentarse para el mensaje de Alberto Fernández en la apertura de sesiones ordinarias. La Cámpora subió el viernes un nuevo video -el jueves había difundido uno de Néstor Kirchner hablando sobre el FMI-, con tramos de distintos discursos de Máximo hablando del endeudamiento en los que insistía que la deuda principal era con los argentinos y argentinas y que el Fondo tenía que ir "a la cola". Todo indicaba que la lectura de la "letra chica" del acuerdo no había modificado la visión de ese sector. "La impugnación no es a la letra chica sino a la orientación general de la negociación", explicaba un legislador.
En general, decían no haber visto diferencias sustanciales en lo que había trascendido del acuerdo y el texto que había llegado ayer a sus manos. "No veo ninguna novedad o sorpresa. Es todo lo que ya sabíamos", respondía un diputado luego de concluir la lectura. Si no hay posibilidades de cambiar el voto de esos 30 diputados, al menos el "retiro" en Tigre -o en el lugar que se decida- serviría para mejorar la comprensión grupal de esas diferencias y que, en todo caso, se resuelvan en un clima de cordialidad, sin gestos destemplados. Hay coincidencia en la necesidad de preservar la unidad del Frente de Todos.
También la oposición
Las diferencias no son menores en Juntos por el Cambio. Los jefes de los interbloques, junto a los demás integrantes de la mesa nacional, realizarán un zoom el domingo para definir la posición que presentarán en el Congreso. Luego de la estampida que protagonizaron los legisladores del PRO en la apertura de sesiones del miércoles, el macrismo viene tironeando al resto de la coalición a una postura de rechazo. Resulta llamativa la posición de liderazgo político que el ex presidente Mauricio Macri -responsable número uno del endeudamiento récord con el FMI- parece haber reasumido en la principal oposición.
Luego de esa salida a los gritos, algunos de los ultras del macrismo -como el diputado Fernando Iglesias- hostigaron a través de las redes sociales a compañeros de interbloque que decidieron quedarse en su bancas como Facundo Manes o Margarita Stolbizer. La separación la aprobación en dos artículos que realizó el Gobierno en su redacción final puede haber facilitado la idea de Juntos por el Cambio: aprobar el proyecto en general para evitar que el país caiga en default y luego oponerse en particular al artículo 2 que remite a los anexos en los que se detalla el plan económico, que ellos rechazan. Sin embargo, en la entrevista exclusiva con El Destape Radio, el ministro Guzmán desbarató esa posibilidad. "En el Congreso no se puede separar el financiamiento y el esquema de políticas económicas", afirmó.
A grandes rasgos, la UCR y la Coalición Cívica se muestran proclives a la aprobación aunque esa declaración del ministro más la redacción final del artículo 2 -que remite al 1- les generó dudas. En cambio, en el macrismo entienden que luego del discurso de Fernández del miércoles donde remarcó la posible responsabilidad criminal de Macri por la deuda, no queda otra que pintarse la cara. O, al menos, que no deberían apoyar el acuerdo si no lo hace la totalidad del oficialismo.
En la contabilidad del Gobierno hay unos 60 votos positivos que llegarán por fuera del bloque oficialista, en los que descansa su certeza de la aprobación del acuerdo en la sesión especial del próximo jueves. Lo que está claro es que las posiciones que se adopten en este debate en el Frente de Todos y en Juntos por el Cambio perfilarán las definiciones de cara a las próximas presidenciales, posiciones que comenzarán a delinearse a partir de la finalísima que se empezará a jugar el domingo.