Así se vivió el debate por el aborto legal dentro del Congreso

Respeto, tranquilidad, maduración del debate, poroteo, helados, programa de televisión y un horario de votación incierto.

11 de diciembre, 2020 | 08.23

Con casi 30º de temperatura, a las 11:12 de la mañana del jueves 10 de diciembre comenzó la sesión en Diputados para debatir la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Un tratamiento que duró 20 horas y que desde un principio estuvo definido. El clima, el humor y la tranquilidad verde se mantuvieron desde la mañana hasta la madrugada siguiente, a las 7 de la mañana, cuando el tablero marcó 131 votos a favor, 117 en contra y 6 abstenciones. Afuera, verdes y celestes se movilizaron para expresar su acompañamiento o rechazo a la iniciativa del Poder Ejecutivo que legaliza y despenaliza el aborto hasta la semana 14 de gestación. Ahora deberá pasar por la Cámara Alta y se espera una sanción sin modificaciones ya que los cambios realizados en la Baja fueron acordados con los senadores. Sin embargo, allí el debate será otro y deberá recorrer su propio camino. No hay una fecha estipulada para su tratamiento, pero aseguran que podría ser la última semana de diciembre: el 29 o 30, para cerrar el año.

Según confiaron altas fuentes parlamentarias a El Destape, el Poder Ejecutivo no bajó línea a los y las peronistas celestes para que revean su voto y acompañen la iniciativa, algo que esperaban quienes impulsaron el proyecto en el Congreso. ¿Pasará lo mismo en la otra Cámara? Sin embargo, hubo una cumbre clave entre Sergio Massa, presidente de la Cámara, junto a diputados y funcionarios para darle volumen al debate y recordar que se trata de un proyecto del Gobierno. Jugada que podía interpretarse como una estrategia para sumar voluntades pero también para garantizar el quórum necesario a la hora de la votación.

Tanto el clima como el poroteo se mantuvieron estables durante toda la jornada. Desde el sector verde confiaron desde un primer momento en que la media sanción sería un hecho, sobre todo teniendo en cuenta la abrumadora mayoría que se consiguió para la firma del dictamen el miércoles (47 de diferencia a favor de la IVE). "Esa diferencia no es replicable en el recinto pero esperamos tener una mayoría que nos permita la media sanción", dijo Mónica Macha, presidenta de la comisión de Legislación General, a El Destape antes del debate.

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De hecho, así fue. No fue una victoria igual de aplastante pero sí mucho más abultada que en 2018, cuando se consiguió la media sanción con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención. En este caso, hubo un salto de 14 votos entre una y otra postura. Aprovechar el empuje verde para lograr un resultado similar en la Cámara Alta es algo clave. Por eso no se descarta su tratamiento durante las sesiones ordinarias extendidas, antes de que termine diciembre. "Cuando tengamos la media sanción, empezaremos a trabajar fuertemente en el Senado para que se pueda tratar lo más rápido posible", dijo la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidades, Elizabeth Gómez Alcorta, ante la prensa horas antes de la votación.

A diferencia de 2018, no hubo corridas, no hubo grandes convencimientos de último momento, convocatorias ni votos salvadores durante la madrugada. "No hemos tenido sorpresas en términos de cambio de votos", dijo la ministra. La incógnita más grande fue la duración. Hace dos años, la votación se extendió para lograr conseguir las voluntades que aseguraran la media sanción, esta vez se buscó acortar la lista de oradores. Eso no sucedió. Tampoco sucedió que se respetaran a rajatabla los cinco minutos acordados para cada una de las intervenciones. Algo que llevó a que Sergio Massa advirtiera un posible corte de micrófonos en caso de excesos. Así, los horarios fueron mutando. Massa también se reservó algunos retos para los periodistas. En un par de ocasiones salió del recinto para corroborar si se cumplía el protocolo previsto por el coronavirus. También para consultar si había comida - nunca es suficiente -.

Pero no fue todo reto. En un momento, entrada la madrugada, a las cuatro de la mañana, Massa leyó el tuit de una de las periodistas que estaba cubriendo el debate, Florencia Alcaraz. En broma, como un chiste interno entre colegas, publicó que nadie se animó a pedirle helado cuando salió del recinto para preguntar si estábamos bien. El  presidente de la Cámara leyó la publicación y una hora más tarde llegaron bolsas con palitos helado, de agua y bombón, para todos los presentes. Otro de los momentos de color tuvo lugar más temprano, cerca de las 22:30 del jueves cuando la antiderechos Viviana Canosa llegó a Pasos Perdidos para hacer su programa. Casi provocativa, aseguró que todo era verde, como si fuera a propósito, y que decidió hablar con los celestes porque estaban en minoría. Antes y después estuvo con la militancia "pro vida" en la calle. 

Volviendo al debate. El miércoles a la noche se hablaba de una votación durante la primera mañana del viernes, algunos se arriesgaron a apostar por el mediodía pero se mantuvo la información oficial: cerca de las 4 o 5 de la mañana. Eso cambió con el correr de las horas. Se dijo que iban a elegir a la una de la mañana, luego a las dos, después dos y media, luego una hora más tarde. Cerca de las nueve de la noche se planteó que recién pasadas las cuatro de la mañana y, finalmente, terminó a casi a las siete y media de la mañana.

Por su parte, el poroteo se mantuvo. A la tarde circularon dos versiones, una pesimista de 125 votos a favor y una optimista de 131 positivos. Esta fue la que primó durante toda la jornada: 131 contra 118 o, en caso de un convencimiento de último momento, 132 a 117. Finalmente terminó cerca: 131 a 117. De ellos, varios diputados cambiaron su parecer respecto a 2018En ese momento la misionera Flavia Morales votó negativamente y cambió de su postura en este; Francisco Guevara - a favor - reemplazó a Daniela Castro que votó en contra hace dos años.

En tanto, Aida Ayala votó de forma positiva hace dos años y optó por el rechazo en este debate, al igual que Sofía Brambilla,  Roxana Reyes y Héctor Stefani. Alejandra Vigo se abstuvo en el último debate y en este optó por la negativa. Eduardo Cáceres, por su parte, pidió licencia por lo que estuvo ausente y en 2018 había elegido ir contra el aborto legal. Ignacio de Mendiguren también está de licencia y había votado a favor. José Luis Patiño reemplazó a Elisa Carrió, quien había votado por la negativa, y se abstuvo. 

"Hoy se va a escribir una página muy importante en la historia del movimiento de mujeres en la Argentina con esta ley que hace muchos años venimos pidiendo", dijo Silvia Lospennato, del interbloque de Juntos por el Cambio, antes del debate. Y así fue. Ahora faltará ver la evolución en el Senado con una diferencia clave: no sólo quien lo conduce - Cristina Kirchner - está a favor, sino que el Ejecutivo es autor y militante de la medida. Tan es así que varios funcionarios se hicieron presentes durante el tratamiento en Diputados: además de Gómez Alcorta pasaron el ministro de Salud, Ginés González García; la secretaria de acceso a la Salud, Carla Vizzotti; la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; la ministra de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense, Estela Díaz, la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y Malena Galmarini, titular de Aysa.

Para lograr el consenso, hubo cambios clave en el dictamen y fueron defendidos por diputados y funcionarios. Ginés aseguró que la objeción de conciencia institucional no impedirá la aplicación de la ley, en caso de sancionarse. Si bien la figura no aparece en el texto de forma literal, abre la puerta a una objeción masiva de todos los profesionales de la salud de un centro antiaborto. "Vamos a hacer todo lo necesario para que no sea una coartada para que no se cumpla" la normativa, dijo el ministro. Algo que también repitió Gómez Alcorta.

Hubo muchos puntos en común durante toda la jornada: lo pacífico del tratamiento en el recinto (hasta la denuncia del diputado Daniel Ferreyra que cambió su voto a favor por una abstención a raíz de amenazas que sufrió junto a su familia); la madruación del tema desde 2018 a la fecha, las expectativas en torno a que finalmente se convierta en ley durante el 2020 y el rol del movimiento de mujeres, el de ahora y el de hace décadas. Ellas, quienes instalaron la demanda y la necesidad en la agenda pública, quienes la mantuvieron durante años y quienes, como aseguraron algunos funcionarios, no van a dejar que la IVE no se cumpla.

Pero algo tuvo de similar al debate de 2018: la transversalidad. Hay peronistas celestes y PRO verdes. Entre todos y todas militaron y empujaron para obtener la media sanción. Momentos que a muchos pueden generarle una explosión de la Matrix porque se encuentran aplaudiendo el discurso de su opuesto político. Pero así es la política. 

Después del bullicio de la jornada, pasada la medianoche Pasos Perdidos se fue vaciando, quedando en silencio. Algunos y algunas se quedaron toda la noche, escuchando el debate y esperando la votación. En el cierre, Silvia Lospennato, de Juntos por el Cambio, aseguró: "Estamos cruzando la última valla para el reconocimiento legal, pleno de la autonomía de las mujeres. Y lo estamos haciendo juntas. Llegamos hasta acá porque miles de mujeres salieron a la calle, esta ley no es de ningún Presidente ni de ningún Gobierno, es una conquista más del movimiento de mujeres".

La radical Brenda Austin planteó que "venimos a saldar una deuda con la democracia. Las tres mil mujeres muertas (por abortos inseguros) pesan sobre las espaldas de este Congreso" y Gabriela Estevez sostuvo: "Hay un recorrido que lo venimos trazando las mujeres y disidencias, pero la realidad es que si nos asomamos y miramos para afuera vamos a ver miles y miles de jóvenes. Ellos son el sujeto histórico".

El cierre estuvo a cargo de Gabriela Cerruti quien planteó que el mundo es difícil pero la respuesta no está en el útero de las mujeres. "Pino, acá te decimos que vamos a cumplir y que va a ser ley", dijo en homenaje al enorme posicionamiento de Pino Solanas en el Senado de 2018. "Cuando una ley se construye sobre la lucha, sobre los reclamos de las organizaciones sociales, se convierten en sentido colectivo", sostuvo y lanzó: "Somos las ancestras de las que vienen. Yo elijo ser la chispa que encienda la antorcha de una piba que en algún futuro se prenda a luchar por otro derecho".

Los diputados y diputadas salieron a festejar después de las 7:30 de la mañana del viernes para luego empezar con el tratamiento del plan de los Mil Días. En Pasos Perdidos, los y las periodistas celebraron y cantaron "aborto legal en el hospital" una vez confirmada la media sanción, con teléfonos en mano registrando un momento histórico.

Lo cierto es que ahora la pelota pasó la mitad de la cancha. Otra vez. Con más diferencia, con más consensos, con un trabajo conjunto entre ambas Cámaras y ahora será el turno del Senado. Hasta el miércoles, aún no estaban definidos los cronogramas de comisiones. Esperaban la media sanción. Esta semana comenzará el movimiento que tendrá como protagonistas a los y las representantes de las provincias. Será a fin de año, antes de que termine un 2020 que va a ser recordado como el año de la pandemia, de la muerte de Diego, de Sabella y pero también podrá ser recordado como un año en el que se conquistaron derechos.

 

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