El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, aseguró que la Provincia no entró en una etapa de relajación ante el coronavirus sino que, por el contrario, se extremaron las medidas para poder controlar la propagación del COVID-19 ante la apertura de algunas actividades industriales. Con los dos condimentos sobre la mesa, el mandatario debió volver a aclarar que hay un falso dilema entre salud y economía porque no aplicar la cuarentena, como ocurrió en algunos países, no evitó el desplome de los mercados y la caída del producto bruto interno.
Kicillof aclaró, nuevamente, que "el dilema entre economía y salud es relativo, porque las provincias o los gobiernos, los Estados que no hicieron una cuarentena intensa también tuvieron un parate económico. Todo el mundo está así, las finanzas mundiales están patas para arriba, hay varios países que están al borde de una cesación de pagos y es una situación muy especial y caótica".
Sin embargo, aclaró en diálogo con Guillermo Andino, "la gente está asustada" ante una nueva reapertura e intento de la vuelta a la normalidad, "y con razón, porque este es un virus muy complejo que mata también". De hecho, más del 80% de los ciudadanos bonaerenses mostraron su preocupación ante una flexibilización de la cuarentena.
Como el contexto es difícil, analizó que "todo el mundo desarrollado y perisférico está tomando medidas de este tipo (asistencia estatal) porque es una situación especial, no como la económica de 2008 o la del 30 (en referencia a la Depresión de 1929), tampoco es una situación bélica".
El mandatario explicó que, a diferencia de los casos citados, "acá hay gente que tenía un trabajo, comercio o alguna actividad y hoy no la puede hacer. Entonces, tenemos, por un lado, la demanda de la gente que necesita vivir y consumir y del otro lado tenemos los que quieren producir". Por eso, sostuvo, "no es como una crisis financiera, estamos en una situación especial que esperemos que dure lo menos posible, y cuando lo superemos volverá a producir el que tiene que producir y consumir el que tiene que consumir".
De este modo, el objetivo es crear un "sistema especial para mantener una parte de la producción y una parte del consumo", y en ese contexto el Estado es como "una especie de puente entre la producción y el consumo, que están suspendidos por la pandemia y ocurre en todo el mundo con ayuda muy amplia del Estado" pero, aclaró, "no es que han cambiado las bases en que se organiza el sistema económico".