La jueza Capuchetti dictó el secreto de sumario en la causa abierta por el atentado contra Cristina Kirchner

La decisión llegó horas después de que se conociera que el teléfono de Fernando Sabag Montiel fuera formateado y corre peligro su información.

04 de septiembre, 2022 | 19.19

La jueza federal María Eugenia Capuchetti impuso el secreto de sumario en la causa en la que se investiga el intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Kichner por parte de Fernando Sabag Montiel.

En las últimas horas, se conoció que el teléfono de Sabag Montiel podría perder información porque fue formateado cuando apenas lo incautaron, por lo que peritos especializados de la Policía Federal y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) declararon hoy ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti. 

Fuentes judiciales señalaron a Noticias Argentinas que esa es un posibilidad latente, pero confían en que "pueda recuperarse toda la información" del aparato. Ese hecho podría explicar los motivos para que la jueza federal Capuchetti le diera el viernes por la noche la pericia del aparato al personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), según pudo averiguar NA.

El teléfono fue secuestrado cuando detuvieron a Sabag Montiel en la noche del jueves, tras el ataque a Fernández de Kirchner cuando llegaba a su domicilio en el barrio porteño de Recoleta. El agresor llevaba el móvil en el bolsillo de su campera.

El secuestro del celular

El teléfono, que estaba apagado y sin batería, había sido colocado por los efectivos en un sobre cerrado y trasladado al juzgado, por orden de la magistrada. Se encendió recién cuando lo conectaron para intentar la primera extracción y, de inmediato, fue puesto en modo avión para que no se pudiera tener acceso remoto al teléfono.

Cuando determinaron que los intentos fracasaron, escribieron un informe para informar lo realizado y la condición en la que el teléfono quedó bajo custodia del juzgado en un sobre abierto y en la caja fuerte. Más tarde, el juzgado recibió la noticia de que la PSA contaba con un sistema más actualizado que podía intentar extraer la información y hacia allí se llevó el aparato en un auto de custodia y un secretario del juzgado.

En las oficinas de la PSA intentaron nuevamente la extracción de la información donde apareció la leyenda que decía que había sufrido un "reseteado de fábrica", según detalló el periodista de Página/12 Raúl Kollmann.

En esas condiciones, el teléfono volvió, siempre encendido y en modo avión, a la caja fuerte del juzgado, en el mismo auto en el que había sido llevado hasta la sede de la PSA en Ezeiza. En este marco, se convocó a los dos integrantes de PSA para que informen el evento de modo técnico.

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