Banderas, carteles, huida PRO y el indignómetro en el inicio de sesiones ordinarias

El apoyo opositor a Ucrania, la exposición de los incendios en Corrientes y la crítica al acuerdo con el Fondo quedaron de lado con la escapada macrista en medio del discurso de Alberto Fernández. Los compañeros de la alianza opositora no encontraron justificación para una actitud ya definida por el PRO que se resguardó en un salón exclusivo hasta el fin de la sesión.

01 de marzo, 2022 | 15.30

Con mucho más movimiento que el año pasado, por cuestiones lógicas de la pandemia y el avance de la campaña de vacunación, las puertas de ingreso al Congreso de la Nación se vieron colmadas de dirigentes que pasaron rápido, sin hacer declaraciones, y otros que decidieron frenar para hacer presencia mediática. Banderas ucranianas, carteles sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y los incendios en Corrientes le dieron color a una previa que tuvo, por momentos, a la marcha peronista como cortina musical. Temprano, cerca de las 9 de la mañana, la militancia se empezó a acercar a la plaza del Palacio legislativo y, cada tanto, sonó la canción insignia. A diferencia de cualquier 1 de marzo, las cuestiones protocolares se desarrollaron sin saber que, poco después, la oposición iba a dividirse para, desde un sector referenciado en el ala dura del macrismo, hacer un show en medio del discurso de Alberto Fernández y retirarse por supuestas mentiras y agravios hacia su bando político.

La postura del PRO había sido adelantada en la previa de la apertura de la Asamblea Legislativa. Un diputado del macrismo anticipó que se retirarían del recinto ante una "cruzada de línea" de parte de Fernández. La frontera, en principio, contempló como "tolerable" un señalamiento de Cambiemos como responsable de la toma de deuda, básicamente porque fue una realidad, pero después se convirtió en un concepto necesario para encender una mecha que culminó con la ausencia macrista, que se refugió en un lindo salón ubicado bajo el recinto, con ladrillos a la vista y comedor, durante casi la mitad del discurso presidencial. 

La idea combativa fue propuesta por el macrismo. Se definió el lunes a la tarde y se difundió bajo el mecanismo, viejo y efectivo, del boca a boca. Humberto Schiavoni, jefe del bloque PRO en el Senado, se lo comunicó a Alfredo Cornejo, titular del interbloque en la Cámara Alta. El equipo del radical fue el encargado de contarle la novedad a los diputados. Esa divulgación de la palabra hizo que no fuera una sorpresa la levantada del espacio opositor mayoritario en la Cámara Baja pero sí hubo discrepancias en torno al "indignómetro". 

Toda la alianza de Juntos por el Cambio había barajado, como estrategia, la posibilidad de levantarse ante ataques del presidente. Pero nunca se definió el alcance de esos supuestos ataques. ¿Cuál es el límite tolerable? Nadie lo dijo. Eso implicó que ningún bloque de la coalición opositora decidiera acompañar al PRO en su cruzada escénica. De hecho, compañeros de coalición no dijeron haber percibido ninguna justificación o argumento en el discurso de Fernández y hasta se llegó a escuchar, en medio del murmullo de Pasos Perdidos, cierto temor a alguna maniobra poco planificada por parte de los halcones. Algo a lo que después le bajaron el precio. Si hay diferencias dentro de la unidad, las PASO son el mecanismo para resolverlas, sostuvieron.

Los voceros del escándalo fueron Fernando Iglesias, que salió primero del recinto, Hernán Lombardi, en segundo lugar y después se sumó Gerardo Milman, todos del ala combativa del PRO. El resto decidió resguardarse en un salón lindo y exclusivo, a la espera del fin de la sesión. "Les molestó que mencionaran a (Mauricio) Macri", dijo un dirigente de la UCR después de la huida de sus aliados. La coalición decidió quedarse porque, más allá de la falta de argumentos, contempló que no puede salir a defender al ex presidente ante cada mención en su contra, porque también tienen que construir para si mismos.

Además de la mención a Macri por la deuda, desde la oposición se apuntó contra presuntas "mentiras" del jefe de Estado. En palabras del radical Mario Negri: "Habló de un país de ficción, contó la Argentina de las Maravillas, acá no hubo ningún problema en la pandemia. Acá no hubo vacunatorios VIP, acá no pasó nada. El país está feliz y hay 132 mil muertos a dos años de la pandemia. Ni una palabra, ni una autocrítica”. “¿Escucharon algo sobre qué lugar tiene la Argentina en el mundo? Si la vicepresidenta le impidió a la Asamblea Legislativa hacer un minuto de silencio que pidió JxC por Ucrania, es la primera vez que ocurre eso en una Asamblea Legislativa. Después el Presidente pidió un minuto de silencio, pero ¿saben qué es eso? Una pijotería. ¿saben por qué? Porque están acostumbrados a sentirse dueños de todo. El Presidente pidió una disculpa medio lavada para Cristina que lo vigila”.

La jugada PRO dejó de lado y sacó de escena otros datos de la jornada. Máximo Kirchner, por cuestiones personales, estuvo en el sur del país al igual que el año pasado, y esta vez no se conectó de forma remota porque la modalidad mixta ya no existe en el Congreso. También quedaron de lado las exigencias opositoras por la situación en Corrientes o la proclama a favor de Ucrania, bandera que compartieron Juntos por el Cambio y Javier Milei, de los libertarios, ambos sectores con los colores azul y amarillo.

En la previa, todo pareció girar en torno a eso y la expectativa por el acuerdo con el Fondo que ingresará en los próximos días, según dijo Fernández. Sin mucha ilusión, desde la oposición se fueron acercando al Congreso, incluso Emilio Monzó llevó una docena de medialunas para compartir a su bloque de cuatro integrantes. María Eugenia Vidal, de blanco, pasó con la intención de eludir a la prensa, Diego Santilli arrojó algunas palabras sin detener su paso, y los dirigentes de la CGT ingresaron velozmente. Todo eso quedó tapado por la escapada PRO que decidió esperar, en el bajo recinto, una merma en la concurrencia para salir del parlamento, casi como el bloque oficialista. Los voceros del Frente de Todos fueron varios ministros y Germán Martínez, el jefe de la bancada, que celebró la actitud de la oposición no PRO y vaticinó una actividad parlamentaria compleja en los tiempos venideros.