La alianza de medios y políticos opositores difundieron ampliamente dos supuestas informaciones que se desprendían de datos del Indec y cálculos privados. La primera de ella, era que el promedio de salarios aumentó por debajo de la inflación, pues mientras que el primero lo hizo en un 33 por ciento, el segundo tuvo un incremento del 36,1 por ciento, mientras que las jubilaciones también habían perdido entre un 0,6 y el 8,3 por ciento de su poder adquisitivo. Los resultados, sin embargo, fueron disimiles, pues mientras que en efecto el gobierno no cumplió con su inicial promesa de restituir parte de los 15 puntos que la alianza Cambiemos le quitó a los trabajadores asalariados, sí logró que la mayor parte de las jubilaciones, correspondientes a los estratos más bajos, le ganen a la Inflación.
En diálogo con El Destape, Santiago Fraschina, Secretario General de la Anses, aclaró ese y otro punto respecto a las jubilaciones y su fondeo, especificando que “las informaciones de que las jubilaciones perdieron con la inflación omiten en el cálculo contabilizar los bonos que otorgamos por un total de 13.000 pesos, los cuales llegaron a un 70 por ciento de los jubilados, que son los que cobran uno o más beneficios por el monto de un haber mínimo. Ellos sí le ganaron a la inflación en 11.600 pesos, e incluso le hubiesen ganado a la fórmula macrista en 7.279 pesos. Pero además, debemos señalar que la totalidad de jubilados/as y pensionados/as tuvieron otros beneficios indirectos con los que no contaban previo a nuestro gobierno.
-¿En relación a estos beneficios, tienen un cálculo de lo recibido por cada jubilado en medicamentos gratuitos y diferimiento de créditos Anses?
-En el caso de los medicamentos, hubo un ahorro de 3.200 pesos por mes por cada jubilado, con una inversión de 30.000 millones de pesos, mientras que dos millones y medio de jubilados que venían con los créditos Anses tuvieron un diferimiento de varios meses en el pago, sobre el que no se le cobraron intereses, y cuando empezaron a pagar en diciembre tuvieron reducida la tasa usuraria del macrismo, que estaba en 42 por ciento y se llevó al 29. También otros dos millones y medio de titulares de la AUH que habían tomado créditos fueron beneficiados con esta medida, lo que requirió una inversión de la Anses de 56.000 millones de pesos, un número importante si se tiene en cuenta que la masa mensual de pago de jubilaciones es de 210.000 millones para el régimen general, es decir sin contar jubilaciones de privilegio. Y a eso hay que agregarle el congelamiento de tarifas y los Precios Cuidados, así que estamos conformes con lo que ha hecho el gobierno por el grueso de los jubilados, sobre todo en un año tan difícil como el de la pandemia.
-¿Estiman que este año las jubilaciones podrán superar a la inflación, y en que se basan esas proyecciones?
Seguro que la van a superar, porque la nueva fórmula está compuesta en un cincuenta por ciento por salarios y en otro cincuenta por recaudación, y estamos seguros que con la reactivación, que ya es un hecho en muchos sectores, la recaudación le va a ganar a la inflación, tal como ya está sucediendo, y también que existe una decisión política de que este año los salarios le ganen a la inflación, así que con estos dos componentes por encima, calculando los cuatro aumentos previstos, seguro las jubilaciones estarán por encima. Lo que no podemos saber es cuanto, pero sí que van a ganar.
-¿Cuál fue el máximo desafío que encararon en 2020 luego del IFE?
-Un elemento en el que trabajamos mucho fue en la reincorporación de 270.000 caídos de la AUH, conformado sobre todo por monotributistas que al no pagar su monotributo no podían acceder a la AUH, aunque también por otras cuestiones burocráticas que les impedían acceder a este beneficio, sobre el que consideramos que no podían quedar afuera.
-Estos beneficios derivan en gran parte del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que el macrismo recibió en 66.209 millones de dólares y lo dejó en 34.831 millones. ¿Cuál es su diagnóstico sobre ese cuadro?
-Son dos factores principales, uno de ellos fue el tipo de inversión, que generó una rentabilidad baja, y el otro punto, que es el más importante, es el desempeño macroeconómico, porque si devalúas como lo hizo el macrismo es imposible no desvalorizar el stock en dólares de los bonos, ya que cerca del 70 por ciento son títulos públicos en pesos, así que la rentabilidad nominal hay que deflactarla con las tasas de devaluaciones. Es cierto que hubo ventas de acciones susceptibles de ser analizadas, como en el caso de Petrobras, donde hay incluso una causa judicial, pero el grueso de la pérdida pasa por el programa de devaluación serial que llevó a cabo el macrismo, que hundió el valor de los bonos medidos en dólares.
-¿La denominada “reparación histórica”, comprometía también el FGS?
-Claro, porque la ley planteaba que las nuevas erogaciones se financiarían con un stock del blanqueo, pero cuando este se acabara, que fue lo que sucedió en octubre pasado, se empezaría a usar el FGS, lo cual iba a terminar liquidándolo. Por eso logramos sacar una ley para que sea el Tesoro el que se haga cargo, como se pagan todas las jubilaciones del SIPA. Fue para cumplir con la ley, aunque esta “Reparación Histórica” fue una medida completamente regresiva, ya que ninguno del 9 por ciento de jubilados beneficiados estaba ni cerca de la jubilación mínima, o sea que beneficiaba a la punta de la pirámide, y originalmente, en detrimento del FGS.
-Este año incrementaron el Fondo para llegar a 42.471 millones ¿Fue solo por el canje?
-El canje subió el precio de los bonos, pero la estabilidad cambiaria fue clave para valorizar el FGS cerca de un 22 por ciento. Pero además, esta revalorización se hizo financiando políticas públicas claves como el programa de viviendas Procrear. Acá es importante decir que por ley la inversión productiva del FGS debe estar entre el 5 y el 50 por ciento del Fondo, en 2015 estaba en el 15 y el macrismo lo dejó en 3, violando incluso la ley. Nosotros ya subimos ese piso, y para este año por caso, destinaremos un fondo de 100.000 millones de pesos para inversión en infraestructura y productiva. Es el camino inverso al macrismo, porque el FGS ya no se usa para la timba financiera, la macro no lo destruyó, y por último se volvió a orientar a la inversión productiva.