El presidente Alberto Fernández dio su primer discurso ante la Asamblea General del as Naciones Unidas (ONU) de forma virtual a causa de la pandemia del coronavirus. Durante su exposición, cercana a los 10 minutos, el jefe de Estado hizo foco en la necesidad del diálogo y cooperación entre las naciones para superar la crisis sanitaria y social global. Con la solidaridad como eje central, afirmó que "no es tiempo de globalizar la indiferencia sino de globalizar la solidaridad en múltiples dimensiones”.
Desde Olivos, Fernández analizó que el mundo vive una crisis sanitaria que "invita a un nuevo comienzo. El Papa Francisco nos interpela a todos, especialmente a los líderes unidos en esta ocasión, a pensar en cómo salir mejores y no peores de esta crisis". Por eso, ratificó "un llamamiento al mundo entero, a recrear un multilateralismo basado en nuestra solidaridad. No es tiempo de globalizar la indiferencia sino la solidaridad en múltiples dimensiones. Esta pandemia nos ha revelado frágiles y la necesidad de construir puentes entre personas, naciones y regiones. Tenemos que ser capaces de soñar y construir respiradores no artificiales para el tiempo de la post pandemia".
El mandatario reflexionó que si todo el mundo está uniendo esfuerzos para descubrir una sola vacuna, "tenemos que ser capaces de soñar y construir una vacuna contra la injusticia social, la depredación ambiental, la discriminación en todas sus formas. Este espíritu solidario es el que mi gobierno ha priorizado desde su llegada, porque de la pandemia y de la pobreza nadie se salva solo".
Por eso, remarcó, "la vacuna que se produzca para prevenir la enfermedad que hoy padecemos tiene que ser un bien público global, accesible a todas las naciones de una manera equitativa", no para unos pocos ni en degradé y recordó que nuestro país puso a disposición sus capacidades para investigar y producir este antídoto.
Respecto a las medidas argentinas contra la pandemia, recordó que su Gobierno priorizó "la salvaguarda de la vida y el cuidado de los más vulnerables implementando una serie de medidas de emergencia que permitieron evitar el colapso del sistema de salud y mitigar las consecuencias inmediatas de la pandemia con un Estado presente y activo" a través de programas como el IFE o los ATP.
Sobre ésto, señaló que su objetivo es "poner a la Argentina de pie pero juntos podemos volver a poner al mundo de pie. Ello requiere que reconozcamos la importancia del equilibrio. Un equilibrio que implica reestablecer las prioridades del sistema multilateral empezando por los últimos para llegar a todos. Tenemos que ser arquitectos de una nueva casa común".
Una nueva casa porque la pandemia puso en jaque muchas de las formas en las que se manejaba el mundo, entre ellas "las clásicas métricas para determinar el acceso a los recursos para el desarrollo, indicadores utilizados comúnmente para clasificar las necesidades de los países ya no dan cuenta de las desigualdades y realidades diversas que existen en un país". Sobre éste punto hizo énfasis en las desigualdades de género por la gran cantidad de mujeres que realizan trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
Dentro de esa nueva construcción, pidió tener una "profunda reflexión" que vaya más allá de la respuesta dada a la pandemia, en pos de los objetivos planteados por el organismo, algo que requiere "promover políticas económicas, industriales y sociales orientadas al cambio estructural de nuestras economías". Entre ellas, el compromiso con el medioambiente que necesita de los países desarrollados porque demanda inversiones, recursos y tecnologías. "Nadie se salva solo en un planeta que se incendia, se inunda o se envenena", argumentó.
Deuda
Uno de los pasajes estuvo dedicado a la deuda externa, a la cual definió como "tóxica e irresponsable, con fines especulativos, que constituye otra ola de atraso y desarrollo". En ese sentido, recordó que "la Argentina logró sellar un importante acuerdo con casi la totalidad de los acreedores externos privados, convirtiéndose en uno de los primeros países en enfrentar el desafío de afrontar una reestructuración de deuda en el marco de la pandemia".
Sobre éste punto, resaltó el apoyo de la comunidad internacional, "clave para recuperar la sostenibilidad de la deuda pública" y adelantó que "las negociaciones con el FMI se encararán de la misma manera, de forma responsable, siendo respetuosos de los compromisos contraídos, evitando al mismo tiempo poner en riesgo las condiciones que permitan la reactivación económica y la construcción de un sendero de desarrollo inclusivo y sostenible".
Ante la experiencia argentina, instó "a la comunidad internacional a continuar buscando nuevas alternativas multilaterales que faciliten la reestructuración ordenada de las deudas y asegurar la mayor disponibilidad de recursos para la aplicación de políticas públicas para enfrentar la pandemia y sostener el crecimiento inclusivo". Porque "ningún país puede pagar su deuda a costa de que su pueblo quede sin salud, sin educación, sin seguridad o sin capacidad de crecer".
Derechos humanos
El mandatario aseguró que "la promoción y protección de los derechos humanos es de hecho una política fundamental del Estado argentino desde 1983", lo que se tradujo "en la ratificación y el otorgamiento de rango constitucional a todos los instrumentos internacionales de derechos humanos vigentes y en nuestra activa participación en el sistema universal y regional". Y remarcó que "las banderas de memoria, verdad y justicia guían las instituciones de nuestra democracia, al igual que el respeto a la diversidad y la inclusión".
Frente a una futura realidad de post pandemia, alertó que se puede "exacerbar la grave crisis de refugiados y desplazados que afronta el planeta y nuestra región. La respuesta debe ser la promoción y garantía de los derechos humanos de los migrantes". Por eso, volvió al concepto de solidaridad dado que "no podemos quedar pasivos frente a sanciones que suponen bloqueos económicos que solo asfixian a los pueblos en medio de esta crisis humanitaria", en referencia al bloqueo a Cuba.
Y, finalmente, aseguró que "la lucha contra todas las formas de discriminación y el consecuente compromiso con los derechos de las personas y grupos vulnerables e históricamente discriminados, es parte de esta política del Estado argentino que se proyecta en las numerosas iniciativas que la Argentina apoya y lidera".
Desigualdad de género
El mandatario aseguró que la igualdad es un pilar para la democracia argentina y destacó que el Gobierno está comprometido con esa tarea. "Es por eso que, por primera vez en la historia, hemos creado el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, así como un Gabinete Nacional para hacer transversales las Políticas de Género".
Además, informó que se "decidió reforzar las acciones y dispositivos nacionales de atención a las mujeres víctimas de violencia, al tiempo que hemos instrumentado un enfoque de género en las medidas de protección social y laboral, y hemos promovido la corresponsabilidad y una distribución más justa de las tareas de cuidado".
Terrorismo
Fernández recordó que la Argentina "condena al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y privilegia su tratamiento en el marco de los foros multilaterales. Siempre en el marco del imperio del estado de derecho y el respeto a los derechos humanos". Y a 26 años del atentado a la AMIA, requirió "a las autoridades de la República Islámica de Irán que cooperen con las autoridades judiciales argentinas para avanzar en la investigación de dicho atentado".
Además, solicitó "a la comunidad internacional cumplimentar las solicitudes contenidas en las cédulas rojas de Interpol ante la eventual presencia de un imputado en sus territorios, algo que Argentina jamás dejó de reclamar".
Islas Malvinas
Finalmente, el mandatario reafirmó "los legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, los cuales forman parte integrante del territorio nacional argentino. Y que se encuentran ocupados ilegalmente por el Reino Unido desde hace ya más de 187 años".
Fernández cuestionó que "el Reino Unido persiste en su actitud de desoír el llamado a reanudar las negociaciones respecto de la disputa territorial y ha agravado la controversia por los llamados a la explotación ilegal y unilateral de los recursos naturales renovables y no renovables en el área, acción contraria a la resolución 31/49 de esta Asamblea".
Y destacó su insistencia "con la injustificada y desmedida presencia militar en las Islas, que no hace más que traer tensión a una región caracterizada por ser una zona de paz y cooperación internacional". Por eso, informó que le solicitaron al "Secretario General que renueve sus esfuerzos en la misión de buenos oficios que le fuera encomendada por esta Organización. Confiamos en que esta misión puede ser de gran asistencia para que podamos dar cumplimiento a lo dispuesto por la comunidad internacional".