El gabinete de Alberto Fernández (IV): ¿la edad importa?

Cómo está compuesto el equipo de ministros y secretarios que acompañan al presidente en su gestión. La comparación con los gobiernos anteriores. 

31 de mayo, 2020 | 00.05

En columnas anteriores analizamos diversos aspectos del reclutamiento de género en el gabinete de Alberto Fernández, mostrando los avances realizados hacia la paridad de género en los cargos ejecutivos, e identificando también en qué espacios y jerarquías políticas aún subsiste la desigualdad. El análisis deriva de una investigación mayor que realizamos en el Observatorio de las Élites del Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA-CONICET-UMET), que busca explicar los cambios sociológicos recientes en las elites políticas argentinas, analizando el perfil de los individuos que ocupan los cargos más altos en los ejecutivos nacionales (ministros, secretarios y subsecretarios, y cargos de jerarquía equivalente).

Hoy analizamos otro aspecto muy importante del reclutamiento de los más altos funcionarios ejecutivos: la edad. ¿Qué perfil de edad muestra el gabinete de Fernández en relación con gabinetes previos? ¿Se trata de un equipo de funcionarios jóvenes o, por el contrario, el presidente optó por rodearse de colaboradores de más edad? ¿Cuáles son las dependencias donde se reúnen los equipos de gobierno más jóvenes, y cuáles las que nuclean a funcionarios mayores? ¿Es la edad una variable a tener en cuenta a la hora de designar funcionarios en los cargos más altos, y cómo? ¿Cómo se vinculan la edad con el sexo y el cargo en el gabinete? Realizamos nuestras observaciones sobre un conjunto de 277 funcionarios y funcionarias que ocupan los cargos más altos en las 22 dependencias del gabinete nacional inicial de Fernández (incluyendo la Jefatura de Gabinete de Ministros y las Secretarías de la Presidencia). 

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Alberto Fernández tenía 60 años cuando asumió la presidencia de la Nación y eligió un equipo de funcionarios y funcionarias con un promedio de edad de 49,6 años. Este dato se corresponde con la gran estabilidad que viene mostrando la edad de los ministros argentinos a lo largo de las últimas décadas. En efecto, el conjunto de ministros nacionales de la última dictadura militar tenía un promedio de edad de 54 años, el de Raúl Alfonsín, 53 años, el de Carlos Menem, 51, el de Cristina Fernández (2011) 54,9, el de Macri 54 años y el de Fernández, 53,4 años. 

Al observar la edad promedio de cada una de las 22 dependencias que integran el gabinete actual, nos encontramos con un conjunto equilibrado en edad, con poco más de la mitad de las carteras sobre el promedio del gabinete, y una brecha de 18 años entre el promedio de la dependencia más joven (el Ministerio de Turismo y Deportes, de Matías Lammens) y la de más edad (el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, de Felipe Solá). Como referencia, en el gabinete de Macri esa brecha era de 20 años y en el de María Eugenia Vidal, de 21. Este equilibrio también se muestra en los promedios de edad de los diferentes cargos, donde la edad promedio va descendiendo a medida que disminuye la jerarquía: la edad promedio de los ministros es de 53,4 años, la de los secretarios es de 51,2 años, y la de los subsecretarios es de 48,1 años.

Las dependencias con promedios de edad más altos son Relaciones Exteriores (casi 58 años), Trabajo (56,7), Obras Públicas (54,1), Ciencia y Tecnología (54,0) y Salud (53,5); carteras que, en general, también fueron las dependencias de mayor edad en los gabinetes de Macri y de Cristina Fernández de Kirchner. Las dependencias más jóvenes del gabinete de Fernández son Turismo y Deportes (40,5 años), Interior (43,4), Mujeres (43,5) y Economía (44,5). 

  

 

Nuestros datos revelan otras singularidades del reclutamiento en el gabinete del Frente de Todos. Primero, hay una asociación estrecha entre la edad del ministro y el promedio de edad de la dependencia bajo su mando. La mayoría de los ministros más jóvenes del gabinete (Guzmán, Lammens, Cafiero, Cabandié, De Pedro) tienden a designar equipos más jóvenes para acompañarlos. Y al revés: la mayoría de los ministros de más edad tienden a reclutar equipos con funcionarios de edades más avanzadas (Solá, Salvarezza, González García). 

Segundo, hay una importante asociación entre mayor promedio de edad de la dependencia y menor paridad de género. Esto se aprecia sobre todo en Relaciones Exteriores, y en las tres dependencias que, como mostramos en columnas anteriores, no reclutaron ninguna mujer para ocupar altos cargos (siempre nos referimos a la administración pública centralizada): se trata de Trabajo, Obras Públicas y Transporte. Es así que, en general, las dependencias que tienen edades más altas también muestran una presencia mínima (o bien una ausencia total) de mujeres.  

Tercero, al cruzar la edad de los funcionarios y funcionarias con datos sobre sexo y cargo ocupado, observamos otras cuestiones muy relevantes. 

Por un lado, en el grupo de ministros se observa que los 6 ministros más jóvenes del gabinete son todos hombres: Guzmán, Lammens, Cafiero, Cabandié, de Pedro y Trotta. Y también que, si bien los promedios de edad para cada cargo son relativamente armónicos, las mujeres llegan al cargo de ministra con una edad promedio casi 3 años más alta que la de los hombres: 55,7 años contra 52,9. 

Por otro lado, en el grupo de los secretarios y secretarias esto se revierte. De los 12 secretarios más jóvenes del gabinete, 9 son mujeres. Y además, las mujeres acceden a dicha posición mucho más jóvenes que los hombres, con casi 6 años menos en promedio: 47,8 contra 53,4.  

Esto tiende a confirmar dos fenómenos que ya identificamos en columnas anteriores. El primero es que uno de los techos de cristal más importantes en el gabinete de Fernández es la relativa exclusión de las mujeres de los cargos más altos del gabinete: sólo 4 de los 21 ministros son mujeres. Ellas, además, llegan a ocupar este cargo a una edad más avanzada que los hombres, lo que sugiere que las mujeres están sometidas a requisitos y antecedentes mayores que los hombres para ocupar el mismo cargo. El segundo fenómeno, característico de este gabinete en particular, es que el cargo de secretaria, en mayor medida que el de ministra o subsecretaria, es una vía de ascenso importante para las mujeres: Fernández tendió a reclutar muchas más mujeres secretarias que sus antecesores, y estas además fueron elegidas a una edad promedio mucho menor que la de los hombres. 

 

Nota: este trabajo fue posible gracias a la colaboración de Marcos López y Florencia Corradi, del CITRA; y de los estudiantes de la Carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Laura Amorena, Ignacio Ascione, Gonzalo Duarte Avalos, Mariana Ferriello, Gabriel Gerding y Ian Link.  

 

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