Más allá de la importancia del Proyecto de Ley de Promoción Agrobioindustrial -que lo tiene-, quedó clara la intención de Alberto Fernández y Cristina Kirchner de utilizar el acto en el Museo del Bicentenario para pasar página de la tumultuosa semana que siguió a la derrota en las PASO y para afrontar con otro espíritu la campaña de noviembre. Más allá del reencuentro y el evento, el gobierno aseguró que los planes del presidente seguirán siendo los mismos, con un mensaje público semanal y sus descensos para dialogar "cara a cara" con la gente, con la que dice estar feliz.
El vicepresidente llegó 15 minutos antes de la hora de inicio - las 6 de la tarde - y se dirigió a la oficina del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, en la planta baja, claramente el lugar donde hace "base" cuando pasa. por la Casa Rosada. Hubo notas para los amantes de la estadística. Por ejemplo, era la tercera vez que ingresaba a la Casa de Gobierno desde el inicio de su mandato, que el presidente y el vicepresidente no llevaban juntos 17 días y siete desde que Alberto Fernández no había pronunciado un discurso. Para el Frente de Todos lo importante fue que volvieron a reunirse y tuvieron suficiente diálogo para que la burocracia retomara la marcha hacia las elecciones generales. En definitiva, los que merecen la pena.
El secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el ministro de Agricultura y Ganadería, Julián Domínguez, fueron quienes enviaron mensajes para acercarse al vicepresidente. Vitobello como delegado de la Presidencia y Domínguez como protagonista del evento, recordando su anterior trabajo en el mismo cargo durante el gobierno de CFK, con quien mantiene una buena relación. El vicepresidente accedió de inmediato, parecía una buena situación para reaparecer. El proyecto elaborado por el Consejo Agroindustrial Argentino le ha resultado interesante desde que lo dio en primera lectura, a mediados del año pasado.
En las gradas
Juntos, en primera fila, estaban Wado de Pedro y el canciller Santiago Cafiero, los "alter egos" de Cristina y Alberto en el gabinete, mostrando otra representación de la unidad recuperada. Los ministros participaron del acto de manera presencial y los gobernadores en forma virtual, incluyendo al vice tucumano Osvaldo Jaldo, quien reemplaza a Juan Manzur a cargo del Ejecutivo. Todos amigos. El ministro de Economía, Martín Guzmán, siguió atentamente todo lo que se decía en el escenario. El se encargó de darle las últimas puntadas a la iniciativa que ahora irá al Congreso. Detrás suyo se ubicó el diputado Eduardo Valdés, quien cuando las cosas marchan mal suele hacer de nexo entre su amigo el presidente y la vice, su referente política. Cuando Cristina ingresó le envió besos con la mano, que ella retribuyó desde el escenario. Una fila detrás se ubicaban los sindicalistas, entre ellos Hugo Moyano y Ricardo Pignanelli.
Quienes no estuvieron fueron el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el jefe del bloque, Máximo Kirchner. Pero Massa publicó varios tuits con elogios para el proyecto al que consideró de "profunda mirada federal" y que "otorga beneficios para las principales cadenas productivas que generan alimentos, empleo y divisas en todo el territorio nacional". Ambos habían participado del acto de la semana pasada, en el mismo escenario, en el que asumieron los nuevos ministros. Esta vez el protagonismo quedó, excluyente, para la pareja presidencial.
Luego del acto, Cristina se despidió de Alberto, Manzur y Domínguez con una foto y volvió a pasar por el despacho de Wado, donde se quedó un buen rato. Jugó con el hijo del ministro y se sacó fotos con los empleados que se lo pidieron. Quienes se la cruzaron, aseguraron que estuvo en todo momento de muy buen humor. Se fue a las 19.45, dos horas exactas después de haber llegado.
Cómo sigue
No había demasiadas pistas sobre los próximos pasos. En Gobierno comentaban que el Presidente estaba conforme con la dinámica de los últimos días, con Manzur comandando la gestión de gobierno en modo campaña, con mucha actividad y anuncios diarios con buenas noticias para la gente. Además del empoderamiento de ministros, la estrategia pasa por darle espacio a gobernadores e intendentes para que lleven adelante una campaña más local, dado que la nacionalización en la previa a las PASO salió muy mal.
Mientras tanto, Fernández seguirá con sus bajadas al territorio para conversar cara a cara con la gente que, comentaban en su entorno, "le hacen bien". "Me estuvo hablando de lo buena que había sido la recorrida que hicieron más temprano con Mario Secco por Ensenada, está entusiasmado con eso", decía un funcionario. En su mensaje, volvió mucho sobre la "cultura del encuentro" y la necesidad de profundizar el diálogo. Tal vez una atención a aquellos funcionarios de su entorno que consideran que el Presidente perdió apoyos cuando se "cristinizó" y le jugó a la grieta. También insistió sobre la necesidad de "escuchar", su obsesión de los últimos días.
Con todo, habrá que observar e ir ajustando. Los primeros sondeos realizados, según conversaban por lo bajo funcionarios y dirigentes en el Museo del Bicentenario, no tuvieron resultados positivos luego de las discusiones post PASO y del cambio de gabinete. "Es lógico porque después de las elecciones la gente suele inclinarse por el ganador y alejarse de quien perdió. Pero ese es el efecto inmediato. Es el primer día de la campaña y nos queda un mes y medio para remontar y recuperar a nuestros votantes. Lo que no podemos es darnos el lujo de volver a equivocarnos y mostrarnos de nuevo peleando", comentaba uno de los participantes del acto de ayer.