El Gobierno celebró la participación de 23 provincias en el encuentro que el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, encabezaron en el Museo del Bicentenario para dar detalles del estado de las negociaciones con el FMI. Con matices, los gobernadores del Frente de Todos y de los partidos provinciales dieron su respaldo a la postura oficial en tanto que, en un efecto colateral no buscado, la oposición de Juntos por el Cambio quedó fracturada. Mientras que los gobernadores radicales enviaron representantes, de nuevo -como ocurrió con la firma del Consenso Fiscal- el único ausente fue el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. "Estuvo invitado y no quiso venir", comentó Fernández, quien confirmó que participará de la reunión con la oposición el lunes o martes próximo en el Congreso.
"No era un acto partidario, era un acto con la vocación real de que los argentinos sepan dónde estamos parados", cerró el Presidente la inusual convocatoria que redondeó dos horas y media entre las exposiciones y preguntas. Los gobernadores no sólo pudieron escuchar a Fernández y Guzmán sino que luego tuvieron la oportunidad de consultar y dar su parecer sobre lo que habían escuchado. "Una reunión importantísima", la calificó Axel Kicillof, que fue de los más duros tanto con el Fondo Monetario como con la oposición, a la que acusó de "borrarse olímpicamente" de aportar a la solución del problema que ellos generaron. Como piensan en reserva otros gobernadores del Frente de Todos, Kicillof expresó en voz alta su creencia de que Juntos por el Cambio no va a votar el acuerdo cuando llegue al Congreso.
El chaqueño Jorge Capitanich mostró su respaldo a la negociación, pero se mostró preocupado por las consecuencias económicas podría traer aparejadas para los próximos años y fue el que más preguntas le transmitió a Guzmán. "Es un escenario que se advierte complejo porque a los pagos futuros al Fondo hay que sumarle los de los acreedores privados", subrayó a El Destape, todo ello además mechado con el monitoreo trimestral del staff del organismo. Como puntualizó Guzmán, no hay acuerdo "bueno" posible. Capitanich fue otro de los que apuntó a la oposición por el endeudamiento "irresponsable".
Por fuera del oficialismo hablaron la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, y el de Neuquén, Omar Gutiérrez, los dos para expresar su apoyo. En principio, Carreras no iba a participar y enviaría a su vicegobernador, que es economista. Pero cuando se generó la controversia entre el Gobierno y Juntos por el Cambio decidió viajar para que no pareciera que se sumaba al grupito de mandatarios críticos. Sin embargo, planteó que debía terminarse el discurso de la grieta. "Es una discusión que no nos interesa", marcó.
En este punto, el Gobierno navega en una contradicción. Busca el respaldo político de la oposición -lo necesita para mostrar ante la conducción del Fondo-, pero no puede dejar de destacar las características de la crisis recibida. Sería imposible justificar los términos de la negociación sin indicar de dónde se viene y la enormidad de lo acordado por el macrismo. Por suerte para la Casa Rosada, la discusión se instaló en Juntos por el Cambio a partir de las declaraciones del gobernador de Jujuy y presidente de la UCR, Gerardo Morales, quien asumió el rol de interlocutor directo con el Presidente para este encuentro.
"Nosotros contrajimos la deuda y lo menos que tenemos que hacer es ir", afirmó Morales. Para un interlocutor neutral, la declaración tendría toda la lógica, pero no para el interior del macrismo, donde niegan hasta que Macri tomó deuda. "Ignorante", le dijo el diputado Fernando Iglesias entre otras lindezas. El gobernador de Jujuy -con aspiraciones hacia 2023- pasó a ocupar el lugar de referente moderado de la coalición opositora que Rodríguez Larreta abandonó en las últimas semanas, presionado por el ala ultra. El Presidente destacó que "todos los gobernadores radicales mandaron gente" a la reunión. En cambio, en la Casa Rosada comentaban con asombro que Guzmán le había mandado un whatsapp a Rodríguez Larreta para convencerlo de participar pero el jefe de gobierno "le clavó el visto" y lo dejó sin respuesta.
El ministro de Economía calificó como "muy valiosa" la presencia de los gobernadores sobre lo que consideró "un proceso de absoluta trascendencia para el presente y el futuro de nuestro país". Si bien puntualizó que toda deuda es condicionante, una deuda con el FMI lo es más por los compromisos que deben asumirse. "Nosotros nos ponemos la camiseta de Argentina, cada quién define qué camiseta tiene puesta", lanzó en una frase dirigida a la oposición y, en específico, a ese mensaje que el jefe de gobierno dejó sin responder.
Fernández terminó de arreglar con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y con el jefe de la bancada del Frente de Todos, Máximo Kirchner, el encuentro que se realizará, en principio, el lunes en el Congreso del que participarán los gobernadores radicales y los jefes de los bloques parlamentarios. Desde el entorno de Rodríguez Larreta aseguraron que esta vez estará presente. Con todo, habrá que estar atento a la reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio de este jueves, donde analizarán especialmente cómo posicionarse frente al convite. El ala dura insistirá en no participar pero parecen estar en minoría. La discusión sobre la responsabilidad de la deuda va a estar para alquilar balcones.