Con dos actos en la Plaza de Mayo, el 10 y el 20 de diciembre, el presidente Alberto Fernández apuesta a nutrir a su gestión de respaldo popular y volumen político de cara al tramo decisivo de la negociación por la deuda con el FMI. Fue en el cierre de una semana donde consiguió apoyos tanto del sector empresario, como de la CGT y de las organizaciones sociales. Son los movimientos previos a que el tema comience a ser discutido en el Congreso, donde el panorama se presenta más dividido.
Vale aclarar que ninguna de las dos movilizaciones tendrán un carácter partidario. El 10 de diciembre se celebrará el día de la democracia y los derechos humanos con un festival musical en la Plaza de Mayo, pero tendrá un indudable perfil político con los mensajes de Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el invitado ilustre, el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva. También habrá distinciones a grandes referentes de los derechos humanos como Estela de Carlotto y Taty Almeida.
En ese campo, el Gobierno espera tener un reconocimiento internacional este lunes cuando, si todo sale como planean, designarán al país para presidir el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, un prestigioso organismo que se encarga de discutir la situación de derechos en diversas partes del mundo. En la misma línea, el 20 de diciembre, el Presidente anunciará que el Estado otorgará una reparación económica a los familiares de los fallecidos en la represión de 2001, tal como se lo solicitaron en el encuentro que mantuvieron esta semana. Además, se descubrirá una placa con los nombres de los 38 fallecidos y también un acto de conmemoración en la Plaza.
Todos los apoyos
El Gobierno interpretó que el Presidente salió fortalecido del examen electoral e ideó una reestructuración de poder en base al respaldo de los gobernadores, intendentes, la CGT y los movimientos sociales afines. "El peronismo", sintetizaba esta semana un funcionario muy cercano a Fernández. "Antes teníamos el problema que nuestra forma de gestionar no conformaba a nadie, nos criticaban desde el peronismo tradicional y desde el kirchnerismo. Bueno, ahora por lo menos vamos a dejar a un sector conforme", agregaba.
El reacomodamiento, completaba, no se traduciría en un cambio de funcionarios. La salida de Débora Giorgi no tenía nada que ver con eso. "Giorgi cometió muchos errores que, en vez de fortalecerlo, lo debilitaron a Roberto Feletti. Nosotros lo necesitamos fuerte para el trabajo que tiene que hacer", aseguraba para desmentir que el malestar alcanzara al secretario de Comercio. Todo lo contrario, dicen estar conformes con lo que viene haciendo. Como para corroborarlo, este sábado se lo vio en una reunión con los ministros Martín Guzmán y Matías Kulfas para hablar de políticas de precios.
Guzmán, justamente, fue quien se encargó de ir a explicarles a los jefes cegetistas algunos pormenores del programa plurianual que viene preparando, pero principalmente asegurarles que no negocia un ajuste, ni quitar derechos a los trabajadores. Además, les adelantó que si hay acuerdo significará que el primer pago al Fondo se hará recién en 2026. Los jefes sindicales salieron del encuentro conformes y colmaron de elogios al ministro.
Con los movimientos
La otra pata de apoyo tiene que ver con el respaldo popular de movimientos sociales como el Evita, Barrios de Pie, a CCC y la UTEP, quienes fueron recibidos el viernes en la Casa Rosada. El Presidente habló allí sobre el informe de los técnicos del Fondo para hacer una "evaluación", como pidió, del préstamo exorbitante que otorgaron a Mauricio Macri y derivó en una fabulosa fuga de capitales. Los dirigentes sociales quisieron saber sobre la posibilidad de acudir a la Justicia para determinar las responsabilidades del caso. Fernández les recordó que él instruyó el inicio de una querella criminal, como lo anunció en el discurso de inicio de las sesiones ordinarias en el Congreso, y que esa causa está en curso. "Eso va a seguir", les aseguró.
Lo escuchaban Daniel Menéndez, Emilio Pérsico, Gildo Onorato y Cecilia Mariño, entre otros. Ellos se comprometieron a aportar militantes a los actos del 10 y del 20 en la idea de "ganar volumen político en un escenario tan duro", como definió uno de estos dirigentes los días que se vienen. Plantearon que mientras más fortalecido estén el Gobierno y el Presidente, mejores posibilidades habrá de conseguir un acuerdo en los términos que se busca. "El sólo pensar los próximos años con misiones del Fondo cada tres meses para revisar las cuentas, queda claro que va a ser muy complicado. Pero no queda otra que apoyar", añadía el referente social.